En Inglaterra se defiende al Atlético en su guerra con la FA por Trippier
Se da la razón al Atlético y se apunta a la Federación como "músculo" de las casas de apuestas. Además, se pone en duda la legitimidad de apostar sobre el futuro de un jugador sin su permiso.
El Atlético consiguió la suspensión cautelar de la sanción impuesta a Trippier por violar la ley de apuestas deportivas. El defensa fue castigado durante diez semanas sin actividad futbolística por facilitar a allegados información privilegiada sobre su futuro traspaso. Tras el paso exitoso dado por el Atlético, la Federación inglesa filtró las conversaciones a través de mensajes en las que se demostraría que el jugador dio pistas claras de que firmaría por el Atlético. El club colchonero es el máximo perjudicado dado que en ningún momento participó en el hecho, pero se encuentra con que el jugador fue castigado durante un periodo donde únicamente, y de forma muy llamativa, únicamente Trippier tenía que disputar partidos con su equipo y no con su selección.
Pero en Inglaterra también defienden el movimiento colchonero e incluso lo celebran argumentándolo. Las apuestas sobre traspasos llevan tiempo en el disparadero en Inglaterra, al considerarlas apuestas trampa. Por un lado, la casas juegan a ganador, ya que más allá de los rumores, los apostantes no tienen más información que esa. Y por otro, en el caso de que las apuestas ganadoras se eleven mínimamente se buscan indicios de información privilegiada para anularlas. Así, Martin Samuel, uno de los columnistas deportivos más prestigiosos de Gran Bretaña celebra en público el desafío que el Atlético ha planteado contra la FA y contra las casas de apuestas en el Daily Mail. "Está en todo su derecho", dice. El Mail habla de la contradicción que supone plantear una apuesta como esta de partida. Pone como ejemplos las ganancias, muy limitadas por los mecanismos de la casa y que se pueda apostar sobre la vida de un jugador sin su permiso. "Los corredores de apuestas no quieren que nadie haga una apuesta de mercado ganadora porque la única persona que entraría en un campo tan impredecible con mucho efectivo es porque está al tanto de la situación", argumentan exponiendo ganancias nimias de poco más de 5 euros hasta algo más de 100, a pesar de haber apostado más de 300 euros, por las indicaciones de Trippier. Las restricciones de las casas hacen que estas apuestas sean tramposas para el Mail porque se aseguran o bien ganar o bien controlar al milímetro el dinero del que gana.
Mientras, se exponen las cifras del traspaso. Samuel cita uno de los mensajes de Trippier, en el que el jugador asegura que todavía no se ha hecho y hay riesgo de que el traspaso no se haga porque el Tottenham pide medio millón de euros más. Al final se cerró por algo más de 25 millones, dejando comisiones altísimas, en contraposición de las apuestas ganadores desde lo poco más de 5 euros hasta esa de más de 100.
El Mail defiende que Trippier no debió ofrecer información sobre la transferencia, pero se pregunta si eso es realmente ilícito, puesto que no es un partido y él no influye de ninguna manera en un resultado u otro. Es más se apunta a los corredores de apuestas, que han decidido "mercadear con la vida del jugador sin pedir permiso". "Trippier no pidió abrir una apuesta con su traspaso y no obtiene ganancias por ello; quizá eso debería cambiar", esgrime el columnista del Mail.
Se esgrime que solamente sería lógico castigar si se hubiera pedido ese permiso al jugador para sacar beneficios sobre su vida. Se apunta a la FA como "músculo" para que los corredores de apuestas ganen grandes sumas permitiendo apuestas como estas y exime al Atlético de toda culpa. "El Atlético compró un jugador y no tuvieron nada que ver con un escándalo de apuestas que tuvo lugar cuando Trippier aún estaba bajo contrato con los Spurs. Es un castigo dictado desde otro país", por ello, "el Atlético tiene razón al desafiar a la FA por una prohibición inventada, mientras la federación se ha convertido en el músculo que mueve las casas de apuestas", se denuncia.