Raúl de Tomás es el líder
Un estratosférico gol del delantero desde su propio campo y otro de penalti sitúan al Espanyol como primer clasificado, en un partidazo ante un brillante Almería.
Si se concibiera el fútbol solo como un espectáculo, un mero arte, lo consecuente hubiera sido que el partido entre Espanyol y Almería finalizara a los nueve minutos. Nada superior podía ya suceder. Es justo cuando el tiempo se detuvo en un salvaje golazo de Raúl de Tomás, desde campo propio, tras controlar, proyectar un sombrero sobre Maras, mirar a un adelantado Makaridze y superarle a quemarropa. Pero el fútbol es también, o sobre todo, competición, y la que brindaron pericos e indálicos por el ascenso directo a Primera desde luego que tampoco defraudó.
Estuvo el partidazo a la altura de las expectativas, y no solo por la barbaridad de De Tomás. En honor al cortejo sobre dos ruedas que había acompañado al autocar del Espanyol camino de Cornellà, salieron ambos equipos como motos y concentrados. Los pericos, con Darder recuperado, igual que Makaridze en el Almería, aunque al georgiano visto lo visto en el 1-0 igual no le hubiera importado estar unos días más bajo cuidados.
Tan avanzadas estaban las defensas para alejar a los atacantes de su zona de peligro que estos tuvieron que buscarse la vida, aunque está claro que no le importó demasiado a RdT, quien antes del descanso había anotado ya otro gol, el 2-0, aunque eso sí, en fuera de juego. Tampoco a Lazo, cuyo tiro de rosca puso en alerta al Espanyol. Y menos a Sadiq, que en el 45’ estrelló un balón en el palo tras driblar a Pedrosa y amagar con una bicicleta.
Parecían Espanyol y Almería, repletos de talento y organización a partes iguales, dos gotas de agua, con presión intensa tras pérdida, en la búsqueda del balón y con una paradoja en clave perica, ya que últimamente encuentra más gol en el juego directo que en su afán combinativo.
Es por esa tremenda igualdad que los goles arribaron solo fruto de genialidades o de casi insalvables detalles. Lo fue en el 1-1 una mano de Óscar Gil en su área, tan clara como involuntaria y sin embargo sancionable en estos tiempos modernos, que implicó un penalti. No le tembló el pulso, ni el pie, a Corpas para engañar a Diego López y transformarlo.
Se siguieron sucediendo los golpes, con un chut de Nico Melamed merodeando la escuadra y la aparición providencial de Diego López para evitar el de Sadiq para el Almería, en un cabezazo a pase formidable de Carvalho. Pero tuvo que ser en otro error, otro detalle, como se acabara de decantar el encuentro. El rechace a un chut de Puado lo recogió Fran Mérida, que había entrado por Darder, e inocentemente lo derribaba Cuenca. Otro penalti, este a favor de los pericos.
En definitiva, y por justicia estética, aunque grupalmente fue muy parejo, este Espanyol-Almería solo podía acabar igual que había comenzado: con Raúl de Tomás anotando el gol de la victoria, esta vez de penalti, para un conjunto blanquiazul que alcanza la Navidad y cierra 2020 como líder en solitario de Segunda División, a costa de un Almería que pierde en las últimas 16 jornadas solo ha perdido contra Espanyol y Mallorca, justo los que le preceden en la zona de ascenso directo por la que seguirá luchando, por méritos propios, en 2021.