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ANAITASUNA 1 - GETAFE 2

Ángel salva al Getafe ante un bravo Anaitasuna

El delantero canario remonta en el 94'. El equipo azkoitiarra se adelantó y rozó la hazaña hasta que Unal empató el encuentro.

Ángel salva al Getafe ante un bravo Anaitasuna
Amaia ZabaloDiario As

Sobre la bocina. Cuando se mascaba la tragedia en Getafe. Cuando todo parecía abocado en Txerloia a jugar una prórroga que hubiera sido muy exigente contra un equipo de Tercera en su primer sorbo copero de esta temporada, apareció Ángel para poner las cosas en su sitio ante un bravo Anaitasuna. El Getafe culminaba así in extremis la remontada en la pequeña localidad gipuzkoana de Azkoitia y lograba su clasificación para la siguiente ronda de la nueva Copa de a Rubiales. El equipo azulón despertó a tiempo de salvar la papeleta, pero durante mucho tiempo pareció dormido. Y todo porque enfrente tuvo a un meritorio y casi heroico Anaitasuna que rozó la proeza con el gol de su capitán Markel Ezkurtza al poco de comenzar la segunda parte. Hasta que Enes Unal empató el partido. Y luego Ángel remató la faena. Pero todos los honores para este Anaitasuna que también mereció la clasificación sobre un césped embarrado y lleno de charcos que daba al choque copero un aire 'vintage' al más estilo del norte. Mucha lucha, pelea y brega. No había tiempo de tonterías. Fútbol de toda la vida, sin especulación. La Copa permite este tipo de espectáculos alejados del brillo de los focos, pero más cerca de la vida diaria.

El Anaitasuna plantó cara al Getafe desde el primer minuto. A pesar de ser un equipo de Tercera, salió peleón y con la intención de hacerle un partido muy complicado de descifrar al equipo de primera división. Los azulones se aplicaron rápido y se adaptaron a lo que demandaba el partido. El terreno de juego estaba irregular, y con alguna parte embarrada, por lo que había que ponerse el buzo de trabajo, una de las características del equipo de Bordalás. El problema es que con eso no era suficiente, porque los jugadores del Anaitasuna parecía que iban a la guerra, luchando por cada balón como si les fuera la vida en ello. Y con eso les bastaba para generarle incertidumbre a un Getafe que no encontraba la fórmula para llegar a la portería de Mikel Ruiz, imponente en ese primer acto en los balones aéreos. La mezcla de jugadores titulares habituales con otros que han jugado menos, y el refuerzo de algún canterano, no le daba resultado a Bordalás. Apenas un saque de falta de Palaversa que se fue desviado, y un centro de Diaby que estuvo cerca de rematar a la red Patrick. Escaso bagaje. Y mientras, los azkoitiarras llegaban con relativo peligro al área de Rubén Yáñez, con un disparo de Soraluze desde fuera del área que se marchó desviado. No hubo goles en ese primer acto, tampoco hubo opciones para ello. Parecía que ambos se estaban reservando.

Todo se decidió tras el descanso. La dinámica del primer tiempo continuó al comienzo de la segunda parte. Y como suele pasar en estos casos, el que juega con fuego se acaba quemando. Bordalás pensó que con salir un equipo a medio gas le iba a bastar en Azkoitia. Pero esta cuadrilla de chavales del pueblo gipuzkoano no estaban dispuestos a regalar nada. Jugaban el partido más importante de sus vidas. El meritorio esfuerzo del Anaitasuna tuvo recompensa a los diez minutos de la reanudación. Un saque de esquina bien botado por Xabi Soraluce, y muy mal defendido por el Getafe, lo remachó a la red en el segundo palo absolutamente sólo el capitán Markel Ezkurtza. Locura en Txerloia. Los azulones hacían aguas. Y Bordalás reaccionaba. Sacaba su pólvora arriba, con Cucurella, Enes Unal y Ángel, y su cambio de tercio la daba resultado. Pasaba del intentar clasificarse con lo mínimo a poner toda la carne en el asador. El Anaitasuna, todo garra y pundonor, le obligaba al Getafe a tener que tirar su primera unidad. Enes Unal empataba a falta de 25 minutos y tranquilizaba al equipo azulón. Pero el equipo de tercera aguantaba de pie, con un derroche físico digno de elogio. El partido entraba en el descuento y todo apuntaba a la prórroga. Mucho mérito del Anaitasuna. El Getafe se tambaleaba. Y entonces llegó la jugada clave del partido. Azkoitia derribaba a Ángel y el árbitro decretaba penalti claramente. El canario no falló. Esta vez Mikel Ruiz, que lo había parado casi todo, no pudo hacer nada. Le dio tiempo de detener otro mano a mano a Portillo justo después. El partido agonizaba. El Anaitasuna caía con honores. El Getafe pasaba sudando y sufriendo. Esto es la Copa. La sorpresa estuvo muy cerca de consumarse en Azkoitia.