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FÚTBOL

El mejor once de todos los tiempos

France Football ha realizado una encuesta con los votos de 140 periodistas de todo el mundo. Estos son los elegidos, para configurar el mejor once de todos los tiempos.

Nacido en Moscú en 1929, es el único guardameta que ha ganado el Balón de Oro en la historia. Lo hizo en el año 1963. Acudió a cuatro Mundiales con la selección soviética, tres Eurocopas (ganó la primera edición en 1960) y a los Juegos Olímpicos de Melbourne (Australia, ganó la medalla de oro) en 1956. Empezó siendo el guardameta de la fábrica de herramientas donde trabajaba, antes de ingresar en el Dinamo de Moscú en 1949 y se retiraría en 1971: fue su único equipo. Con el conjunto moscovita alcanzaría la categoría de leyenda bajo palos. Ganó cinco Ligas y tres Copas, y dejó unos registros formidables: de 326 encuentros de Liga, dejó 270 con la portería a cero (casi el 83%). Además, detuvo más de 150 penaltis. Falleció en 1990, pero en 1986 le tuvieron que amputar una pierna debido a una tromboflebitis. Vivió sus últimos años en Israel, debido a su mejor clima, más benigno que en tierras soviéticas, falleciendo en 1990 (meses antes caería el Muro de Berlín). Apodado La araña negra por vestir toda su carrera con ese color, siempre valoró sus cualidades a dos detalles: “Un cigarro y un buen trago de vodka” que, según él, le reducían los nervios y la tensión, haciéndole salir al terreno de juego más tranquilo. Lev, que traducido del ruso viene a significar ‘León’, siempre explicó cómo se sentía bajo palos: “Un portero es como una frontera, como un precipicio. Si el balón traspasa la línea, algo malo va a suceder…”.
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Lev Yashin/URSS

Nacido en Moscú en 1929, es el único guardameta que ha ganado el Balón de Oro en la historia. Lo hizo en el año 1963. Acudió a cuatro Mundiales con la selección soviética, tres Eurocopas (ganó la primera edición en 1960) y a los Juegos Olímpicos de Melbourne (Australia, ganó la medalla de oro) en 1956. Empezó siendo el guardameta de la fábrica de herramientas donde trabajaba, antes de ingresar en el Dinamo de Moscú en 1949 y se retiraría en 1971: fue su único equipo. Con el conjunto moscovita alcanzaría la categoría de leyenda bajo palos. Ganó cinco Ligas y tres Copas, y dejó unos registros formidables: de 326 encuentros de Liga, dejó 270 con la portería a cero (casi el 83%). Además, detuvo más de 150 penaltis. Falleció en 1990, pero en 1986 le tuvieron que amputar una pierna debido a una tromboflebitis. Vivió sus últimos años en Israel, debido a su mejor clima, más benigno que en tierras soviéticas, falleciendo en 1990 (meses antes caería el Muro de Berlín). Apodado La araña negra por vestir toda su carrera con ese color, siempre valoró sus cualidades a dos detalles: “Un cigarro y un buen trago de vodka” que, según él, le reducían los nervios y la tensión, haciéndole salir al terreno de juego más tranquilo. Lev, que traducido del ruso viene a significar ‘León’, siempre explicó cómo se sentía bajo palos: “Un portero es como una frontera, como un precipicio. Si el balón traspasa la línea, algo malo va a suceder…”.

Marcos Evangelista de Morães, conocido mundialmente por su apodo Cafú, nació en Brasil en junio de 1970, semanas antes de que Brasil ganara su tercer Mundial en apenas 12 años. Una selección con la que él ganaría los Mundiales de 1994 y de 2002, de la que él fue el capitán. Lateral derecho de largo recorrido, su primer apodo fue El Pendolino, puesto por la afición del Sao Paulo, club en el que se dio a conocer. Se caracterizó por su alto ritmo y sus constantes subidas al ataque por el flanco derecho. Con el conjunto paulista ganó dos Copas Libertadores y dos Copas Intercontinentales. Apalabrado por el Real Madrid, el club brasileño solicitó al blanco que aguantara al mercado invernal para que pudiera jugar la final del Intercontinental ante el Barcelona en 1992. A cambio le cedieron a Vitor… En 1994 fichó por el Zaragoza, antes de regresar al Palmeiras. Completamente consolidado, llegó a Italia, donde triunfó en el Roma y el Milán. Es el único jugador que ha ganado Mundial, Copa Confederaciones y Copa América (con la selección brasileña), Copa Libertadores y Copa Intercontinental (con el Sao Paulo), Champions y Mundial de Clubes (con el Milán).
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Cafú

Marcos Evangelista de Morães, conocido mundialmente por su apodo Cafú, nació en Brasil en junio de 1970, semanas antes de que Brasil ganara su tercer Mundial en apenas 12 años. Una selección con la que él ganaría los Mundiales de 1994 y de 2002, de la que él fue el capitán. Lateral derecho de largo recorrido, su primer apodo fue El Pendolino, puesto por la afición del Sao Paulo, club en el que se dio a conocer. Se caracterizó por su alto ritmo y sus constantes subidas al ataque por el flanco derecho. Con el conjunto paulista ganó dos Copas Libertadores y dos Copas Intercontinentales. Apalabrado por el Real Madrid, el club brasileño solicitó al blanco que aguantara al mercado invernal para que pudiera jugar la final del Intercontinental ante el Barcelona en 1992. A cambio le cedieron a Vitor… En 1994 fichó por el Zaragoza, antes de regresar al Palmeiras. Completamente consolidado, llegó a Italia, donde triunfó en el Roma y el Milán. Es el único jugador que ha ganado Mundial, Copa Confederaciones y Copa América (con la selección brasileña), Copa Libertadores y Copa Intercontinental (con el Sao Paulo), Champions y Mundial de Clubes (con el Milán).

FOTO:Stu ForsterGetty Images
Cuentan que la historia del fútbol alemán pudo haber sido radicalmente opuesta, pero por un bofetón, el Bayern de Múnich fue poderosamente elevado a cotas que nadie hubiese imaginado. Y el gran protagonista de esa cachetada fue Franz Beckenbauer, nombrado mejor defensa central de la historia. Siendo un crío, este espigado alemán fue con su equipo el SC Múnich 06 a participar en un torneo. La final fue ante su amado TSV Múnich. El encuentro fue bronco. En un lance del mismo, el capitán del equipo, tras una dura entrada, se levantó y abofeteó a Beckenbauer. Una semana más tarde, el propio Franz, junto con otro amigo, Gerd Müller, fichaban por el Bayern. Con el conjunto bávaro ganaría tres Copas de Europa consecutivas (desde 1974 hasta 1976), levantaría la Eurocopa de 1972, el Mundial de 1974 y ganaría dos Balones de Oro en los años 1972 y 1976, y se convertiría en uno de los mejores jugadores en su puesto de la historia. Su calidad técnica, su capacidad de despliegue, su liderazgo, su presencia… hacían de él todo un símbolo de lo que fue el fútbol alemán de la década de los 70.
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Franz Beckenbauer

Cuentan que la historia del fútbol alemán pudo haber sido radicalmente opuesta, pero por un bofetón, el Bayern de Múnich fue poderosamente elevado a cotas que nadie hubiese imaginado. Y el gran protagonista de esa cachetada fue Franz Beckenbauer, nombrado mejor defensa central de la historia. Siendo un crío, este espigado alemán fue con su equipo el SC Múnich 06 a participar en un torneo. La final fue ante su amado TSV Múnich. El encuentro fue bronco. En un lance del mismo, el capitán del equipo, tras una dura entrada, se levantó y abofeteó a Beckenbauer. Una semana más tarde, el propio Franz, junto con otro amigo, Gerd Müller, fichaban por el Bayern. Con el conjunto bávaro ganaría tres Copas de Europa consecutivas (desde 1974 hasta 1976), levantaría la Eurocopa de 1972, el Mundial de 1974 y ganaría dos Balones de Oro en los años 1972 y 1976, y se convertiría en uno de los mejores jugadores en su puesto de la historia. Su calidad técnica, su capacidad de despliegue, su liderazgo, su presencia… hacían de él todo un símbolo de lo que fue el fútbol alemán de la década de los 70.

Miembro de una generación de oro de jugadores del Milán (su hijo Daniel está ahora en la plantilla del primer equipo del conjunto rossonero, mientras que su padre, Cesare, fallecido en 2016, fue el primer capitán italiano en alzar la Copa de Europa en 1963), las palabras lealtad y fidelidad son las que mejor le definen. Paolo Maldini, lateral izquierdo (también ejerció de central por la misma zona) debutó con apenas 17 años y se retiró con 41: 24 años de servicio a la entidad milanista, en la que puede considerarse una trayectoria legendaria. Fuerte, elástico, vigoroso, era una roca a la hora de defender por su zona y un martillo pilón cuando se incorporaba al ataque. Vistió la elástica rojinegra durante tres décadas diferentes y en todas y cada una de ellas ganó la Copa de Europa (tiene cinco en su palmarés, pero perdió tres finales que hubieran podido superar a Paco Gento que, con seis títulos en su honor, es el único futbolista con más Copas de Europa que dedos en una mano). Sólo le faltó ganar algún título con la selección italiana, aunque estuvo a punto de ganar el Mundial de Estados Unidos-1994 y la Eurocopa-2000, celebrada en Bélgica y Holanda.
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Paolo Maldini/Italia

Miembro de una generación de oro de jugadores del Milán (su hijo Daniel está ahora en la plantilla del primer equipo del conjunto rossonero, mientras que su padre, Cesare, fallecido en 2016, fue el primer capitán italiano en alzar la Copa de Europa en 1963), las palabras lealtad y fidelidad son las que mejor le definen. Paolo Maldini, lateral izquierdo (también ejerció de central por la misma zona) debutó con apenas 17 años y se retiró con 41: 24 años de servicio a la entidad milanista, en la que puede considerarse una trayectoria legendaria. Fuerte, elástico, vigoroso, era una roca a la hora de defender por su zona y un martillo pilón cuando se incorporaba al ataque. Vistió la elástica rojinegra durante tres décadas diferentes y en todas y cada una de ellas ganó la Copa de Europa (tiene cinco en su palmarés, pero perdió tres finales que hubieran podido superar a Paco Gento que, con seis títulos en su honor, es el único futbolista con más Copas de Europa que dedos en una mano). Sólo le faltó ganar algún título con la selección italiana, aunque estuvo a punto de ganar el Mundial de Estados Unidos-1994 y la Eurocopa-2000, celebrada en Bélgica y Holanda.

FOTO:RAFA APARICIODiario AS
El eje sobre el que se vertebró el juego de la Selección española y de su equipo, el Barcelona. Menudo, talentoso, ha sido el mejor ‘cerebro’ de un equipo en el siglo XXI. Dinámico, vertical, agilizador, agitador, encontraba huecos donde nadie más los podía ver. Símbolo de la España del tiqui-taca. Fue Luis Aragonés ‘El Sabio de Hortaleza’ quien supo calibrar el giro de timón que le hacía falta dar al fútbol español. Y ahí es donde surge la figura de Xavi. Debutante de la mano de Luis van Gaal, un auténtico forjador y descubridor de talentos, empezó a despuntar en el Mundial juvenil de Nigeria en 1999. Junto con Casillas y Marchena se proclamó campeón del mundo 11 años después en el Mundial de Sudáfrica. Ese año tanto él como su compañero de selección y de equipo, Andrés Iniesta, merecieron ser reconocidos con el Balón de Oro. Habían ganado todos los títulos posibles con el conjunto azulgrana, y venían arrastrando la Eurocopa de Austria y Suiza de 2008, donde un pase suyo fue coinvertido en gol por parte de Fernando Torres. Diez años después se le reconoce en todos los ámbitos del fútbol mundial.
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Xavi Hernández/España

El eje sobre el que se vertebró el juego de la Selección española y de su equipo, el Barcelona. Menudo, talentoso, ha sido el mejor ‘cerebro’ de un equipo en el siglo XXI. Dinámico, vertical, agilizador, agitador, encontraba huecos donde nadie más los podía ver. Símbolo de la España del tiqui-taca. Fue Luis Aragonés ‘El Sabio de Hortaleza’ quien supo calibrar el giro de timón que le hacía falta dar al fútbol español. Y ahí es donde surge la figura de Xavi. Debutante de la mano de Luis van Gaal, un auténtico forjador y descubridor de talentos, empezó a despuntar en el Mundial juvenil de Nigeria en 1999. Junto con Casillas y Marchena se proclamó campeón del mundo 11 años después en el Mundial de Sudáfrica. Ese año tanto él como su compañero de selección y de equipo, Andrés Iniesta, merecieron ser reconocidos con el Balón de Oro. Habían ganado todos los títulos posibles con el conjunto azulgrana, y venían arrastrando la Eurocopa de Austria y Suiza de 2008, donde un pase suyo fue coinvertido en gol por parte de Fernando Torres. Diez años después se le reconoce en todos los ámbitos del fútbol mundial.

FOTO:CARLOS MIRADIARIO AS
A finales de la década de los 70, un joven centrocampista intentaba hacerse un hueco dentro de la plantilla del Borussia Mönchengladbach. Por aquel entonces, Los Potros, como así se les conocía, eran un equipo que practicaba un fútbol alegre y muy ofensivo. Como su técnica no era lo suficientemente depurada por entonces, mostraba una agresividad notable para con sus compañeros. Poco a poco su visceralidad le fue transformando en un jugador de fuerte carácter, largo desarrollo, potente disparo, a la par que se iba convirtiendo en una figura carismática. A medio caballo entre la generación que jugó dos finales de Mundial (ambas perdidas en 1982 y 1986), supo liderar con maestría a los germanos en el Campeonato de Italia en 1990. Su autoridad y personalidad le hicieron que fuese apodado Terminator. Un detalle de su carácter fue que fuese elegido Futbolista alemán del año en 1999, contando con 38 años de edad. Un trofeo que ya había ganado en 1990, cuando tenía 29. Su actuación en el Mundial italiano hizo que ganase el Balón de Oro ese año.
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Lothar Matthäus/Alemania

A finales de la década de los 70, un joven centrocampista intentaba hacerse un hueco dentro de la plantilla del Borussia Mönchengladbach. Por aquel entonces, Los Potros, como así se les conocía, eran un equipo que practicaba un fútbol alegre y muy ofensivo. Como su técnica no era lo suficientemente depurada por entonces, mostraba una agresividad notable para con sus compañeros. Poco a poco su visceralidad le fue transformando en un jugador de fuerte carácter, largo desarrollo, potente disparo, a la par que se iba convirtiendo en una figura carismática. A medio caballo entre la generación que jugó dos finales de Mundial (ambas perdidas en 1982 y 1986), supo liderar con maestría a los germanos en el Campeonato de Italia en 1990. Su autoridad y personalidad le hicieron que fuese apodado Terminator. Un detalle de su carácter fue que fuese elegido Futbolista alemán del año en 1999, contando con 38 años de edad. Un trofeo que ya había ganado en 1990, cuando tenía 29. Su actuación en el Mundial italiano hizo que ganase el Balón de Oro ese año.

FOTO:Marc FrancotteGetty Images
Recientemente fallecido, Maradona fue el penúltimo representante del fútbol-arte del siglo XX (Zidane se puede considerar como el último). Su Mundial de 1986, que ganó liderando a la selección argentina, es un compendio de regates, fintas, goles, liderazgo… Maradona era el fútbol hecho arte. Bajo su liderazgo, el Nápoles, un modesto equipo italiano, considerado como un equipo de desarraigados (el despectivo adjetivo de ‘terrone’, con el que las gentes del norte de Italia (Milán, Turín) consideraban a los habitantes de la Italia del sur) lograse dos Scudetti y una Copa de la UEFA es otra de las muescas que dejó a lo largo de sus más de 20 años de carrera, donde sufrió entradas violentísimas. Maradona era amor a la pelota, al juego, a la diversión (él no jugaba, él se divertía y hacía divertirse tanto a sus compañeros, sus rivales y los aficionados). Maradona fue La Mano de Dios (la picardía, la habilidad, el truco) y El Pie del Diablo (la calidad, la técnica, el talento). Maradona fue Diego. Con sus problemas, sus tribulaciones. También con su arte, su talento innato.
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Maradona

Recientemente fallecido, Maradona fue el penúltimo representante del fútbol-arte del siglo XX (Zidane se puede considerar como el último). Su Mundial de 1986, que ganó liderando a la selección argentina, es un compendio de regates, fintas, goles, liderazgo… Maradona era el fútbol hecho arte. Bajo su liderazgo, el Nápoles, un modesto equipo italiano, considerado como un equipo de desarraigados (el despectivo adjetivo de ‘terrone’, con el que las gentes del norte de Italia (Milán, Turín) consideraban a los habitantes de la Italia del sur) lograse dos Scudetti y una Copa de la UEFA es otra de las muescas que dejó a lo largo de sus más de 20 años de carrera, donde sufrió entradas violentísimas. Maradona era amor a la pelota, al juego, a la diversión (él no jugaba, él se divertía y hacía divertirse tanto a sus compañeros, sus rivales y los aficionados). Maradona fue La Mano de Dios (la picardía, la habilidad, el truco) y El Pie del Diablo (la calidad, la técnica, el talento). Maradona fue Diego. Con sus problemas, sus tribulaciones. También con su arte, su talento innato.

FOTO:POOL NewREUTERS
Considerado por muchos el mejor jugador de la historia, aunque ese es otro debate. Ganador de tres Mundiales de fútbol, Edson Arantes do Nascimento Pelé mantuvo una carrera en la que su regularidad fue superior a su apogeo: tras despuntar con apenas 17 años (a esa edad ganó su primer Mundial en 1958), mantuvo siempre un mismo nivel desde 1964 hasta 1972-73 (siempre con el Santos), años en los que se fraguó un nombre por todo el mundo: quizá deba considerársele el primer gran producto de marketing deportivo. Justo antes de irse a la Liga americana, la NASL (al Cosmos de New York), donde vivió el origen y desarrollo del fútbol americano (hasta en ese punto tuvo su papel relevante). Influyente en el juego, atacante pertinaz, constante, peleón, batallador: su mejor actuación fue en el Mundial de México-1970, en el que con La delantera de los Cinco Dieces (Clodoaldo, Gerson, Tostão y Rivelino y el propio Pelé) dominaron el primer Mundial televisado en color para todo el mundo.
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Pelé/Brasil

Considerado por muchos el mejor jugador de la historia, aunque ese es otro debate. Ganador de tres Mundiales de fútbol, Edson Arantes do Nascimento Pelé mantuvo una carrera en la que su regularidad fue superior a su apogeo: tras despuntar con apenas 17 años (a esa edad ganó su primer Mundial en 1958), mantuvo siempre un mismo nivel desde 1964 hasta 1972-73 (siempre con el Santos), años en los que se fraguó un nombre por todo el mundo: quizá deba considerársele el primer gran producto de marketing deportivo. Justo antes de irse a la Liga americana, la NASL (al Cosmos de New York), donde vivió el origen y desarrollo del fútbol americano (hasta en ese punto tuvo su papel relevante). Influyente en el juego, atacante pertinaz, constante, peleón, batallador: su mejor actuación fue en el Mundial de México-1970, en el que con La delantera de los Cinco Dieces (Clodoaldo, Gerson, Tostão y Rivelino y el propio Pelé) dominaron el primer Mundial televisado en color para todo el mundo.

FOTO:Peter Robinson - EMPICSPA Images via Getty Images
El jugador que mejor ha entendido el juego desde Johan Cruyff. Argentino de nacimiento, pero adaptado desde el primer momento a la disciplina del Barcelona desde que llegase en el año 2000, ha sido el líder y motor de los azulgrana desde que debutase por 2004. Jugador omnipresente en cualquier parte del campo, juega y hace jugar al resto de sus compañeros. Con el Barcelona ha ganado todo lo posible. Prueba de ello son sus seis Balones de Oro, logrados todos con la elástica blaugrana. El reto pendiente es intentar ganar un título con la selección argentina. Ya lo hizo con las categorías inferiores, la selección olímpica, logrando la medalla de oro en los JJ OO de 2008. Su rivalidad con Cristiano Ronaldo retroalimentó un duelo a lo largo de toda la segunda década de siglo XXI por ver quién ha sido el mejor jugador del momento. Ahora los dos están en el mismo equipo de leyendas…
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Lionel Messi/Argentina

El jugador que mejor ha entendido el juego desde Johan Cruyff. Argentino de nacimiento, pero adaptado desde el primer momento a la disciplina del Barcelona desde que llegase en el año 2000, ha sido el líder y motor de los azulgrana desde que debutase por 2004. Jugador omnipresente en cualquier parte del campo, juega y hace jugar al resto de sus compañeros. Con el Barcelona ha ganado todo lo posible. Prueba de ello son sus seis Balones de Oro, logrados todos con la elástica blaugrana. El reto pendiente es intentar ganar un título con la selección argentina. Ya lo hizo con las categorías inferiores, la selección olímpica, logrando la medalla de oro en los JJ OO de 2008. Su rivalidad con Cristiano Ronaldo retroalimentó un duelo a lo largo de toda la segunda década de siglo XXI por ver quién ha sido el mejor jugador del momento. Ahora los dos están en el mismo equipo de leyendas…

FOTO:Quality Sport ImagesGetty Images
El hombre que atacaba como una manada de bisontes. Delantero total. O Fenómeno. Nunca nadie pudo frenarlo. Sólo las lesiones. Dotado de una habilidad innata para regatear, driblar, marcar, superar porteros, defensas, rivales con una facilidad pasmosa.... Fue un jugador que, como Puskas por ejemplo, tuvo dos carreras en una. En la primera pasó por equipos como el Cruzeiro (llegó a acudir al Mundial de Estados Unidos de 1994, pero no disputó ni un solo minuto), el PSV, el Barcelona (formidable campaña la suya como jugador azulgrana) y el Inter. Fue precisamente en el conjunto italiano donde las lesiones se cebaron con él y no le permitieron desarrollar todo el potencial que acumulaba. Tras conquistar el Mundial de Corea y Japón en 2002 (marcó los dos goles en la final a Alemania), fichó por el Real Madrid donde en su debut marcó dos goles para la felicidad de la afición. Tras su salida del conjunto blanco recayó en el Milán y en el Corinthians, donde puso punto y final a su carrera de futbolista.
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Ronaldo Nazário/Brasil

El hombre que atacaba como una manada de bisontes. Delantero total. O Fenómeno. Nunca nadie pudo frenarlo. Sólo las lesiones. Dotado de una habilidad innata para regatear, driblar, marcar, superar porteros, defensas, rivales con una facilidad pasmosa.... Fue un jugador que, como Puskas por ejemplo, tuvo dos carreras en una. En la primera pasó por equipos como el Cruzeiro (llegó a acudir al Mundial de Estados Unidos de 1994, pero no disputó ni un solo minuto), el PSV, el Barcelona (formidable campaña la suya como jugador azulgrana) y el Inter. Fue precisamente en el conjunto italiano donde las lesiones se cebaron con él y no le permitieron desarrollar todo el potencial que acumulaba. Tras conquistar el Mundial de Corea y Japón en 2002 (marcó los dos goles en la final a Alemania), fichó por el Real Madrid donde en su debut marcó dos goles para la felicidad de la afición. Tras su salida del conjunto blanco recayó en el Milán y en el Corinthians, donde puso punto y final a su carrera de futbolista.

FOTO:GUSTAU NACARINOREUTERS
El martillo pilón que se convirtió en uno de los mejores delanteros del Siglo XXI. Portugués de nacimiento, ha superado los registros que otros ilustres lusos como Eusebio, Futre o Luis Figo dejaron en el Siglo XX y siglo XXI. Tras pasar por el Sporting de Lisboa y Manchester United, llegó al Real Madrid en 2009. Hasta 2018 vivió un intenso duelo particular por Leo Messi. Mientras éste entendía el juego, Cristiano lo ejecutaba. Gol a gol. De todas las maneras posibles. Superando retos frente al argentino. Con su trabajo, pasión, método y voracidad fue capaz de conquistar cuatro Balones de Oro (tiene cinco en total), más ganar cuatro Champions (tres de manera consecutiva, algo que nadie había hecho con el nuevo formato de la Copa de Europa). Su salida a la Juventus no sólo no ha hecho disminuir el enfrentamiento, sino que sigue igual de parejo que el primer día. Enfilando desde la banda izquierda, Cristiano se ha consagrado en este equipo de leyendas. Mérito al que se lo ha ganado pulso a pulso.
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Cristiano Ronaldo

El martillo pilón que se convirtió en uno de los mejores delanteros del Siglo XXI. Portugués de nacimiento, ha superado los registros que otros ilustres lusos como Eusebio, Futre o Luis Figo dejaron en el Siglo XX y siglo XXI. Tras pasar por el Sporting de Lisboa y Manchester United, llegó al Real Madrid en 2009. Hasta 2018 vivió un intenso duelo particular por Leo Messi. Mientras éste entendía el juego, Cristiano lo ejecutaba. Gol a gol. De todas las maneras posibles. Superando retos frente al argentino. Con su trabajo, pasión, método y voracidad fue capaz de conquistar cuatro Balones de Oro (tiene cinco en total), más ganar cuatro Champions (tres de manera consecutiva, algo que nadie había hecho con el nuevo formato de la Copa de Europa). Su salida a la Juventus no sólo no ha hecho disminuir el enfrentamiento, sino que sigue igual de parejo que el primer día. Enfilando desde la banda izquierda, Cristiano se ha consagrado en este equipo de leyendas. Mérito al que se lo ha ganado pulso a pulso.

FOTO:JOSEP LAGOAFP