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LOGROÑÉS 0 - ESPANYOL 3 | ANÁLISIS

Raúl de Tomás, el futbolista más engañoso de LaLiga Smartbank

Parece que apenas participa hasta que aparece para decidir partidos. En Las Gaunas, territorio mítico, anotó un golazo y participó del segundo en un Espanyol lanzado.

Actualizado a
Raúl de Tomás, en el 0-1 del Espanyol al Logroñés en Las Gaunas.
Carlos MiraRCDE

Gol no, golazo en Las Gaunas. El que anotaba a los 17 minutos del Logroñés-Espanyol, para llevar esos tres puntos camino a la batalla por el ascenso directo a Primera, el jugador más engañoso de LaLiga Smartbank. Acaso, esta temporada y desde esa guarida emboscada que a veces representa la Segunda, de todo el fútbol profesional español.

El jugador que en cualquier partido es capaz de irritar a sus aficionados por su escasa incidencia en el juego grupal y, al instante, callar centenares, miles de bocas –hasta la del analista más experimentado– con un solo gesto. El del gol. El que se dispone a lanzar una falta alejada, que parece casi una ocasión perdida de antemano el día en que precisamente no está Embarba, por sanción, y que de repente convierte en puro caviar, en un proyectil teledirigido que se cuela por toda la escuadra. El 0-1. El que parece no tocar apenas el balón, pero cuando lo hace se hace el silencio que casi siempre es un presagio de peligro, o de algo maravilloso. Como en la acción del 0-2.

Todo eso y mucho más es Raúl de Tomás, quien mediante una de las faltas más bellas y contundentes que se le recuerdan al Espanyol contemporáneo –a la altura de los mejores Granero, Salva Sevilla, Arbilla o el mencionado Embarba– introdujo en el saco su décimo gol de la temporada para un Espanyol sabedor de que, si quiere subir (y no solo quiere, sino que está obligado a ello), precisa como mandan los cánones de un ‘pichichi’. Y la mejor noticia para los pericos en Las Gaunas es que a día de hoy no cuenta con un goleador, sino con varios. Y eso, repetimos, que no estaba Embarba.

Tiene esa pólvora Puado, quien paulatinamente se ha ido soltando para asemejarse al que maravilló la pasada campaña en Zaragoza, y que protagonizó una soberbia acción iniciada por Dídac para driblar a toda la zaga rival e incluso a su propio compañero Wu Lei. Y también le está cogiendo el gusto a marcar un Darder que iniciaba y culminaba al filo del descanso una preciosa jugada colectiva, en que el mediocentro recuperaba, participaban casi al primer toque De Tomás, Puado y Óscar Gil, y cabeceaba el de Artà en su tercer gol en solo cuatro jornadas.

Entre engaños y goleadores, lo cierto es que regresó el Espanyol a la sensación de superioridad de las primeras jornadas, y también a aquella tranquilidad de tener los tres puntos en el bolsillo mucho antes del pitido final. Que es como los estaba consiguiendo en los últimos partidos.

Encadena cuatro victorias el equipo de Vicente Moreno por primera vez esta temporada con una especialmente estratégica, la cosechada contra el Logroñés cuando al frente de la clasificación parecía escaparse el Mallorca y cuando, en siete días, despide el año el conjunto perico en casa frente al Almería. En esto nada es engañoso: la lucha por el ascenso directo no puede ser más encarnizada.