Rozada divide su plantilla en grupos equilibrados por si aparece otro positivo
El plan es utilizar seis vestuarios y que no coincidan en el mismo jugadores que ocupan las mismas demarcaciones. Jon Ander aun no ha vuelto a entrenar
Tres porteros, cada uno a un vestuario diferente. Cuatro delanteros centros, a cuatro casetas distintas, y lo mismo los laterales izquierdos, los extremos y el resto de los futbolistas. El plan anticonfinamiento con el que ha vuelto a los entrenamientos el Racing pasa por limitar el contacto fuera del terreno de juego entre los futbolistas. Se intenta que, en el peor de los casos, si aparece otro positivo (nada descabellado en un grupo de 35 personas al que se le hacen dos pruebas de antígenos a la semana) no se confine a la totalidad de la plantilla sino a un grupo mucho más reducido y el equipo pueda seguir compitiendo.
La estrategia pasa por utilizar a partir de ahora seis vestuarios para los futbolistas, cuatro en cada uno, más otros dos camerinos para técnicos y auxiliares. El entrenador, Javi Rozada, es el que ha hecho la distribución por grupos en los que ha debido tener en cuenta no solo los puestos de cada jugador sino también el mantener en el mismo vestuario a los que viajan juntos: Iván Crespo e Íñigo van y vienen cada día en el mismo coche desde Ampuero y Pablo Torre y Soko hacen lo mismo desde Soto de la Marina, donde viven los dos. También Nana y Matic, que son vecinos, comparten los desplazamientos. Falta por decidir si a Pamplona viajarán en coches, con los mismo grupos de los vestuarios, o si siguen desplazándose en el autobús del equipo. No hay duda de que prefieren viajar todos juntos, pero si el Gobierno de Cantabria no cambia de criterio estarían a un solo positivo de un nuevo confinamiento masivo.
En la primera sesión tras el segundo confinamiento no ha estado Jon Ander, que debe superar una nueva prueba PCR que determine que ya ha superado el coronavirus. En su caso, el parón ha podido tener un efecto beneficioso para el tendón de Aquiles de su pierna derecha, que estaba padeciendo una sobrecarga que le impedía entrenar dos días seguidos. Andrade, que entre en su cuarta semana de baja, ha trabajado al margen del grupo. La primera mitad del entrenamiento la ha pasado en el gimnasio y en la segunda ya ha saltado al césped para trotar y empezar a tocar balón.
El que ya está cumpliendo con el trabajo del grupo al 100% es Jordi Figueras. Si el entrenador lo considera conveniente podrá estar en disposición de jugar el partido de Copa frente al Mutilvera (jueves, 19:00). Para ese partido ya estará también Óscar Gil, baja por motivos familiares en el último partido, y está por ver su Rozada quiere recuperar en Mutilva el esquema de tres centrales con el que arrancó la liga. En el entrenamiento de hoy el técnico ovetense, aunque no ha ordenado jugar partidillos al uso, en los ejercicios de posesión, sin porteros, se ha visto un equipo distribuido con dos centrales y otro con tres. El entrenamiento lo han acabado especialmente agotados los futbolistas, probablemente por los diez días transcurridos sin pisar un campo, pero también porque especialmente la primera mitad ha sido de una gran intensidad.