Tuto Sañudo cierra la puerta de El Sardinero por segunda vez

Uno de los grandes del racinguismo ha decidido jubilarse. Juan Antonio, Tuto, Sañudo, hasta ahora presidente de honor del Racing comunicó esta misma mañana al director general del club, Víctor Alonso, su decisión de solicitar, unos meses antes de cumplir los 65 años, la jubilación. El de Serdio, que llegó siendo un chaval al Rayo Cantabria procedente del Barquereño, fue durante diez temporadas, en dos etapas, jugador del primer equipo verdiblanco. En total, 346 partidos con el Racing. A los que hay que sumar 170 con el Real Oviedo en cinco temporadas. También allí, en la capital asturiana, el carisma de Tuto es inolvidable. En ambas aficiones es unánimemente querido.

Retirado como futbolista en 1993 con el ascenso a Primera de la mano de Paquito (¡jugando 41 partidos como titular el año de su retirada, algo casi único!), Sañudo pasó a ser delegado de equipo, con Javier Irureta de entrenador. Luego, las muchas peripecias del Racing le llevaron a salir del club y dedicarse al mundo de los seguros, pero sin olvidarse nunca del Racing, al que seguía intensamente como comentarista en diferentes medios.

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En el momento de mayor crisis institucional del Racing, al borde mismo de la desaparición, Tuto Sañudo dio un paso adelante y fue la persona elegida para aglutinar al racinguismo y fue elegido presidente en la Junta de Accionistas que expulsó a Ángel Lavín, Harry, de la entidad el 31 de enero de 2014. Su última etapa fue como representante institucional del club, con el cargo de presidente de honor, que comenzó con Manolo Higuera, que decidió profesionalizar ese puesto en la persona de Sañudo en 2015.

En su escrito de despedida, Sañudo ha afirmado que "soy y seré siempre racinguista, todo lo que soy se lo debo a todos los aficionados, a una afición que ha estado y sé que esta incondicionalmente conmigo, como así me demuestra día a día por todos los rincones de Cantabria, que desde el primer día que me enfundé la camiseta verdiblanca he recibido un tratado excepcional, desde mi época de futbolista hasta llegar a mi última etapa como representante institucional del club. Mi obsesión siempre fue devolver el enorme afecto y respeto que la afición me ha transmitido como mejor sé hacerlo, con ESFUERZO, TRABAJO y PUNDONOR, en todo aquello que tenía encomendando por el club, porque antes que yo siempre estará el club como entidad y cuyo patrimonio más preciado es su grandiosa afición".