Borja Jiménez salva la cabeza ante un Málaga deplorable en casa
El Málaga volvió a pinchar en La Rosaleda. El Cartagena remontó con dos goles de Gallar y De la Bella, acaba con su mala racha y Borja salva el match-ball.
Jugar en casa es una abominación para el Málaga. El equipo de Sergio Pellicer obsequia en su hogar todo lo que obtiene fuera. Esta tendencia blanquiazul a la elegancia social del regalo hizo feliz al Cartagena y en especial a su entrenador, Borja Jiménez, que salvó mucho más que una pelota de partido. El héroe del ascenso, precisamente en La Rosaleda, podría haber sido cesado en caso de derrota. Pero el Efesé salió a por todas ante un Málaga castigado por las bajas, el cansancio y una noche horrible. La escuadra de Sergio Pellicer no supo defender su afortunado gol, disparo de Cristian que rebotó en la espalda de Marc Martínez, y penó su nulidad en ataque y la mala noche de Juan Soriano que estuvo aciago en los dos goles de Gallar y De la Bella, ambos revisados por el VAR. Respiro para el Cartagena y soberana decepción para el Málaga. Jugar en la Costa del Sol es todo un cadalso.
El partido se ponía de cara para el Málaga a los 17 minutos. Clásico centro templado de Yanis que Andújar despeja de cabeza como puede. El esférico llega a Jozabed, que lo dirige hasta la posición de Cristian Rodríguez y el jerezano, sin pestañear, conecta un fenomenal trallazo que entra en la portería tras dar en la parte interior del travesaño y la espalda de Marc Martínez.
Pero la alegría local duraba apenas 11 tristes minutillos. Álex Gallar saca una falta lateral en busca del remate de cualquiera de sus delanteros. El caso es que Juan Soriano no está vivo y falla porque se queda parado esperando un offside que no se decreta. El gol sube al marcador tras ser revisado por el VAR, que no observa como fuera de juego la posición adelantada e interfiriendo en el ángulo de visión del portero de hasta dos atacantes del Efesé, José Ángel y Rubén Castro. Jugada para el análisis en tiempos de discutida tecnología y parafernalia VOR.
Tras este varapalo, el Málaga se tuvo que reiniciar y el Cartagena respiraba un poco y mejoró en su oferta buscando la respuesta de sus artistas del gol, el eterno Rubén Castro (ocho goles) y Elady (cinco). Orlando Sá, en su segunda titularidad, sufría en sus carnes lo complicado que es ser delantero malaguista. Apenas un cabezazo sin puntería. Al portugués le está costando coger sensaciones.
El Málaga encomendaba sus esperanzas a la magia de Yanis Rahmani, vigiladísimo y cosido a faltas como siempre, en tanto que el Efesé esperaba algún zarpazo de sus mosqueteros goleadores más el talento de Gallar. El Cartagena apretaba sabedor de que este 1-1, aunque interesante, podría no ser suficiente para salvar la continuidad de su entrenador, Borja Jiménez, cuestionado tras haber sumado solo un punto de 18 posibles. La ambición del Cartagena obtiene premio a los 57’ tras una excelente jugada culminada por Alberto De la Bella que aprovecha una formidable asistencia de Elady para batir a Juan Soriano, de nuevo desafortunado. El VAR revisó también esta jugada por si había una mano previa de Gallar.
Sergio Pellicer trata de paliar el desastre con un triple cambio radical. Jozabed, Cristo y Caye Quintana en lugar de Matos, Jozabed y el desafortunado Orlando Sá. El Cartagena lo tenía bajo control. El Málaga, sin brújula ni ataque. Luis Muñoz le rebaña a Elady el 1-3 a los 71’.
De manera desordenada, el Málaga se vuelca en busca del 2-2. Más corazón que plan. Una jornada más, al menos en La Rosaleda, un portero adversario, en este caso Marc Martínez, se quedaba sin lucimiento. Su primer blocaje fue a los 84. Esta vez, el Málaga no tuvo la épica del empate en circunstancias adversas. Perdió con toda justicia y reafirma lo traumático que le resulta jugar en su campo, Solo un punto de los últimos 12 con nueve goles encajados, que se dice rápido. Y respiro más que merecido para el Cartagena de ese excelente entrenador que es Borja Martínez.