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Martí agita la pizarra del Leganés

El entrenador del Leganés comenzó la temporada bajo el mantra de un 4-4-2 que parecía inamovible. Frente al Rayo ya jugó medio tiempo con más centro campo. Estudia otras vías.

Martí agita la pizarra del Leganés
AFP7Europa Press

Cuando José Luis Martí llegó a Butarque, el entrenador del Leganés dejó abierto desde el minuto uno el libreto de su estilo. Y no es lo habitual. Los técnicos suelen esconderse en explicaciones que abundan en un mismo concepto: el dibujo es asunto de partida, apenas el inicio de un renglón. El resto del libro se escribe con el devenir de cada encuentro y no siempre se mantiene la misma narativa. El mismo sistema táctico. No fue el caso de Martí. Hasta el pasado miércoles.

“Nos gusta usar dos delanteros porque nos gusta llegar con gente. Pero luego la final todo depende de la plantilla, momentos de forma…”, comentó a AS en una entrevista a principio de temporada. “Hemos trabajado con el 4-4-2 y el 4-2-3-1”, comentó entonces un entrenador que venía a darle una vuelta de imagen considerable a los pepineros. Porque el Leganés, en Primera, venía dos temporadas consecutivas jugando a lo mismo. Pellegrino hizo de la idea de los tres centrales asunto sagrado cinceló la plantilla para jugar casi y exclusivamente con ese mecanismo.

La regla intocable de los tres centrales

Martí quiso cambiar y lo hizo. Su Leganés es un equipo que parte de inicio con un 4-4-2 casi tan inalterable como lo fue el 5-3-2 del Flaco o Aguirre. Un sistema que ha mantenido fijo aun incluso a costa de usar como delanteros a jugadores que no estaban habituados a esa fórmula. Eraso debutó en la primera jornada como segundo punta y Arnáiz ya ha pivotado en varias alineaciones alrededor del ‘9’.

Sí, ha habido tramos de partidos en los que el Leganés ha adoptado otras fórmulas, pero lo ha hecho por periodos y lapsos cortos, más forzado por la circunstancias de los partidos que como mecanismos consolidados. Algo que cambió ante el Rayo Vallecano.

Primer giro ante el Rayo

Superado en posesión, y sin capacidad para controlar a un Rayo acaparador del balón, Martí sentó al descanso a Rober Ibáñez (con amarilla) y metió en la medular a Gaku. El equipo se desplegó en un 4-1-4-1 con Rubén Pérez, Gaku y Rubén Pardo formando triángulo en la medular.

La fórmula sólo funcionó con efectividad cuando el Lega empezó a jugar con uno más por la roja a Dimitrievski. Pese a ello, Martí ya deslizó hace mucho que baraja la opción de reunir a tres mediocentros en alguna alineación más. Bien por la vía del 4-3-3 o por la de usar (como antaño) tres centrales.

“[Jugar con 4-3-3], es una de las opciones, claro que sí. Claro que es una de las posibilidades. Cualquiera de los jugadores, no sólo Gaku, no sólo los dos Rubén… Luis Perea, Eraso puede jugar ahí… Independientemente de dibujos, también podemos usar otros sistemas como tres centrales y poner carrileros. Hemos trabajado durante las sesiones diferentes sistemas para que los jugadores sepan cómo tienen que jugar”, anticipó antes de recibir al Espanyol bajo la perspectiva de una pizarra más flexible y no sólo encallada en el 4-4-2.