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REAL MADRID

Un Real Madrid bipolar

Zidane no terminar de entender cómo su equipo puede brillar en el Camp Nou o en San Siro y luego perder contra Cádiz, Shakhtar o Alavés.

Madrid

"No tengo explicación. Alternamos buenos y malos momentos, el otro día en Milán jugamos bien y tres días después, hacer un partido así en casa... Es complicado. Pero es nuestra realidad, no tenemos regularidad. No conseguimos cambiar la dinámica de los partidos y eso me molesta. Y creo que a los jugadores también”. Zidane tampoco entiende qué le pasa a este Real Madrd de dos caras, un equipo bipolar capaz de lo mejor y de los peor, de imponerse a Barcelona (1-3) e Inter (0-2) en sus propios estadios para luego acumular frenazos contra Cádiz (0-1), Shakhtar (2-3) o Alavés (1-2). La teoría general señala falta de actitud por parte de un vestuario al que las jornadas de oficina se le hacen largas, pero que se activa según los duelos ganan altura. Sólo así se explica un empate en casa del Mönchengladbach unos días después de reventar el Clásico, o desaprovechar la inercia de un convincente 3-2 al Inter en Valdebebas recibiendo una tunda en Valencia (4-1).

La derrota ante el Alavés fue la tercera en la presente Liga; en todo el campeonato pasado, en el que el Madrid se proclamó campeón, perdió los mismos partidos. Apenas ha hecho 16 goles en diez fechas y ha encajado más de un tanto por encuentro: lleva 12. El curso pasado, los de Zidane cerraron la Liga con sólo 25 goles recibidos; al ritmo actual, la presente edición depararía 46 tantos en contra para el Madrid, casi el doble. Y es que la fortaleza defensiva que el Madrid mostró en el inicio de curso (tres porterías a cero en cuatro partidos) se quedó en espejismo: los de Zidane han recibido al menos un gol en nueve de sus diez últimos choques y ni siquiera Courtois, la última frontera, mantiene el nivel. Ante el Alavés, el belga afeó una actuación solvente (cuatro paradas, dos de mucho mérito) regalándole a Joselu el balón del 0-2. Segundo error de bulto en dos jornadas: en Vila-real cometió el penalti del empate amarillo.

Tener o no tener el balón

Evidentemente, las numerosas bajas en ataque y medular que se han venido arrastrando (Benzema, Hazard, Valverde...) han mermado el caudal ofensivo blanco. Pero la raíz de esta dualidad podría residir también en el plan de salida blanco. En sus cuatro derrotas del curso (tres en Liga, una en Champions) acumuló posesiones amplias (ante el Cádiz llegó al 75%), mientras que en sus triunfos de renombre ese porcentaje cayó mucho (en el Clásico, de hecho, se quedó en el 48%). Tras los datos se atisba un Madrid mucho más cómodo siendo dominado que dominador. Todo un problema para quienes defienden ese escudo.