Martín Solar dio un puñetazo en la mesa y destrozó al Barakaldo
El Racing fue mucho mejor que el colista desde el primer momento, pero hasta que entró en el campo el de Valdenoja le costó generar ocasiones de gol
Hay veces que los partidos discurren por un sitio y de repente pasa algo y cambia todo. El click fue Martín Solar. Salió y lo cambió todo. Hizo lo que todos le reconocen que hace a la perfección, pedirla, tenerla, dar continuidad a la posesión e hizo, además, lo que muchas veces se ha discutido que tenga, verticalidad y mirada a portería. En 25' metió dos goles y dio una asistencia de las de empujar. Y eso lo consiguió el de Valdenoja viniendo de llevarse un palo moral tras quedarse en la grada en el derbi de San Lorenzo. Eso se llama personalidad. Y calidad. Pero todo eso no pasó hasta el último cuarto del choque.
Antes, el Racing necesitaba tener el control del partido. Y lo tuvo. Necesitaba jugar en campo contrario. Y lo hizo. Robar rápido, y también. Fue, además, incontestable su dominio en la posesión del balón. Todas esas cosas que no venía haciendo, las hizo sin aparente esfuerzo frente al Barakaldo. Le faltó, sin embargo, pisar el área contraria, generar ocasiones, probar a Rabanillo, el guardameta de los aurinegros. Y eso que de inicio Rozada fue fiel a lo que entrenó durante la semana, jugó con un solo pivote y una línea de cuatro entre Íñigo y Balboa, Soko, Cejudo, Pablo Torre y Bustos con calidad y todos ellos con una vocación claramente ofensiva.
En la primera mitad faltó chispa entre los trescuartistas. Salvo Álvaro Cejudo, más enchufado que los demás, a Soko, a Pablo y a Bustos parecían sobrarles dudas y faltarles instinto asesino. Y, sorprendentemente para su calidad, finura en el pase decisivo. El Barakaldo, mientras, no era más que orden defensivo y un auténtico desastre con el balón.
La segunda mitad resultó más de lo mismo..., hasta que salió Martín y mandó parar. Él siempre pide el balón, pero es que hoy lo hizo para mejorar todas las jugadas, no solo para tener la posesión. También, eso hay que reconocerlo, tuvo la suerte que en la primera acción nada más saltar al campo le toco empujar a la red una buena combinación de estrategia entre Pablo Torre y Álvaro Bustos, que dio un pase de la muerte que Solar certificó a las mallas en la misma línea de gol. A partir de ahí ya todo fue más fácil. El Barakaldo quiso abrirse para intentar empatar el partido y acabó poniéndolo en bandeja al Racing.
El Racing, en su cuarto partido consecutivo sin encajar (y sin que Iván Crespo tuviera que hacer una parada), da la sensación de que comienza a mejorar con el balón, aunque todavía tiene que tener más presencia en el área rival. El Barakaldo, sorprendente último, confirmó en El Sardinero que atraviesa una crisis de resultados que no es más que fruto de la falta de fútbol que ahora mismo evidencia el equipo de Aitor Larrazabal.