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LEGANÉS - ESPANYOL

El Espanyol, un ave en Leganés

Aunque los pepineros los enjaulan en su cartel, llegan los pericos a Butarque con menos apuros que hace un año, cuando se quedaron atrapados, presagio de su desenlace.

Keidi Bare y Óscar Gil, jugadores del Espanyol.
RCDE

Precavida, acaso contemplando en la retina lo que les sucedió hace ahora 11 meses, la expedición del Espanyol trazó la ruta Barcelona-Madrid previa a visitar al Leganés este miércoles, a media tarde, y en avión. A unas 24 horas para que comenzase el encuentro de este jueves por la tarde en LaLiga Smartbank. Los precedentes ayudan, dentro y fuera del campo, y el del fin de semana del 21 y 22 de diciembre de 2019 desde luego que es el camino a evitar por el equipo de Vicente Moreno.

En aquella fecha, el entrenador era otro, Pablo Machín. Y decimos en aquella fecha porque su derrota en Butarque, el escenario de esta decimocuarta jornada liguera –un inapelable 2-0 con goles, en sus coletazos finales como pepineros, de Martin Braithwaite y de Youssef En-Nesyri–, precipitó su despido, ya que situaba al Espanyol colista para cerrar el año natural, después de haber firmado cinco puntos en las diez jornadas del soriano en el banquillo.

Pero el partido, efectivamente, no fue más que una continuación del viaje. De esas señales que envía el destino para indicarte que no va a ser tu año, que estás de pega. Partía la plantilla blanquiazul en AVE desde Barcelona-Sants el sábado 21, a las cinco de la tarde, pero a la altura de Guadalajara se detuvo el convoy por unos problemas en la catenaria a la altura de Vallecas, ya en Madrid, y el incidente les tuvo retenidos tres horas, con lo que el viaje finalmente se alargó más de siete, hasta pasada la medianoche.

Sin prácticamente tiempo para descansar, dado que para colmo el Leganés-Espanyol se iniciaba a las doce del mediodía, pidió el club perico a LaLiga que se retrasara su pitido inicial, con tanto éxito como el que obtuvo en la clasificación al final de la temporada. Tanto como el de un Leganés que, al menos, estuvo peleando hasta el último instante de la jornada definitiva.

Ahora se reencuentran en Segunda y lo que queda de aquel AVE es el ave, concretamente un perico (como no podía ser de otra manera), que el Lega ha empleado en su cartel ilustrativo del partido. El que el Espanyol replicó con pepinos cortados en una ensalada. La desesperación de hace 11 meses al menos ha dado paso al sentido del humor.