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SEVILLA

Munir es el nuevo Cesarini

Los de Lopetegui ya han ganado cuatro partidos esta temporada con goles en los minutos finales, siendo el canterano del Barça siempre protagonista

Sevilla
Óliver, Diego Carlos y Munir.
MAXIM SHEMETOVREUTERS

Como si de un equipo de baloncesto se tratara, el Sevilla se ha abonado a lograr sus triunfos gracias a un triple sobre la bocina. La traducción futbolística es que los de Lopetegui ya suman cuatro partidos esta temporada en los que decantaron la balanza a su favor con goles en los minutos finales de los partidos. Y el tirador de este Sevilla no es otro que Munir, protagonista en Krasnodar con su disparo victorioso con la derecha en el 95.

El Sevilla dio continuidad en Krasnodar a lo sucedido el sábado pasado ante el Celta. Ahí los goles del triunfo no se hicieron esperar tanto como en Rusia pero sí que llegaron en el tramo final. Escudero hizo el 3-2 en el 85 y Munir, de nuevo, cerró la victoria con otro gol en el 87. Esto ya se vio en las primeras jornadas del campeonato, en las que Cádiz y Levante sucumbieron a la puntería sevillista en los minutos finales. Así, en Carranza fue Munir de nuevo quien adelantó al Sevilla en el 90 y Rakitic quien sentenció con el 1-3 en el 94, mientras que en la segunda jornada fue En Nesyri el que dejó los tres puntos en Nervión con su gol en el 92.

El lema del "nunca se rinde" del himno de El Arrebato está interiorizado en un vestuario sevillista que se empeña en romper las reglas más elementales de la física. Y es que es difícilmente explicable cómo el equipo que más partidos oficiales ha jugado en 2020, el que menos vacaciones ha tenido y al que menos cuidan desde los estamentos oficiales a la hora de decidir sus horarios, es capaz de ser mejor que sus rivales en los minutos en los que el cansancio debería hacer mella.

Sea como fuere, los puntos valen lo mismo consiguiéndose en los inicios de los partidos que en los finales. El Sevilla se siente a gusto jugándose la vida con triples en los minutos finales y salvo en la Supercopa de Europa, cuando Neuer sacó el tiro de En Nesyri de dentro del aro, los finales siempre son felices.