Tusquets ya sabe que está solo
La plantilla le dio la espalda al presidente de la Gestora durante el viaje a Madrid, donde apenas tuvo interacción con los jugadores, demostrando que el ambiente no puede estar más enrarecido.
El primer viaje de Carles Tusquets con el equipo no pudo ser más amargo y desolador. Su presencia no fue muy bien recibida por buena parte de la plantilla, que optó directamente por el ninguneo. Sólo los técnicos y empleados del club interactuaron de forma normal con el presidente de la Gestora, mientras que la mayoría de la expedición se limitaba a dar un saludo protocolario, en el mejor de los casos. Y eso en el viaje de ida, porque en el de vuelta ya directamente el presidente de la Gestora se refugió junto a los ejecutivos del club que se desplazaron también a Madrid y un miembro de la Gestora que acompañó también a Tusquets.
Eso sí, Tusquets tenía ganas de hablar. Nada más salir del estadio Wanda Metropolitano atendió a los medios de comunicación para atemperar los ánimos tras las primeras impresiones negativas con la lesión de Gerard Piqué, asegurando que la lesión "no parece tan grave".
Anécdota aparte, la tensión entre la plantilla y la Gestora se palpó sobre todo con Leo Messi. El capitán apenas se dirigió en ningún momento a Tusquets durante todo el viaje. Es evidente que la rebaja salarial propuesta por la Gestora no acaba de convencer a buena parte del vestuario y está generando situaciones muy difíciles de gestionar. Para empezar, este lunes se tendría que llegar a un acuerdo definitivo con los futbolistas, pero parece muy complicado que se cierre, pese a algunos avances evidentes en las negociaciones, porque muchos siguen pensando que la Gestora no es un interlocutor válido para plantear este tipo de decisiones.
De hecho, los jugadores ya han mostrado su preferencia de negociar la rebaja salarial de manera individual con el nuevo presidente. De esta forma la situación podría prolongarse hasta después de las elecciones, con el agravante que eso supondría para las arcas del club.
Pase lo que pase al final, lo que parece evidente es que la plantilla necesita sentirse protegida por un interlocutor válido y muchos jugadores no consideran a Tusquets la persona indicada para asumir decisiones de gran calado en el club.