Jugar a pequeño y resultar demasiado pequeño
El Racing renunció a tener la pelota en San Lorenzo y eligió ir al cuerpo a cuerpo y pelear al Laredo las segundas jugadas, que perdió de manera reiterada
Números y sensaciones
El Racing ha disputado hasta ahora cuatro partidos, no conoce la derrota y ha encajado un solo gol. Pueden ser números aceptables..., si no tienes en cuenta que has jugado entre mal y rematadamente mal en todos y cada uno de los encuentros, que no has tenido el control del juego, que todos los futbolistas, uno a uno, parecen peores de lo que se les supone habida cuenta su trayectoria y que eres el Racing de Santander. Probablemente, los que llegan de fuera al club y ven la trayectoria reciente se queden con eso, oído en una reunión de técnicos, de "¿qué quieren?, llevan seis de los últimos ocho años en Segunda B y los otros dos han descendido". Vale, es verdad, pero tanto para los que vivimos de recuerdos como para los recién llegados, el partido del Racing en Laredo fue inaceptable. El de un equipo menor jugando a ser pequeño y, además, haciéndolo todo mal.
Cuando te ahorran la autocrítica
Los entrenadores, que se pasan la vida dándole vueltas al sistema de juego, gustan de llegar a la sala de prensa y decir que lo de los sistemas no importa, como que es cosa de los periodistas, que nos aburrimos y nos da por ahí. Ya. Pues sí importa. Mucho. Sobre todo cuando tú eliges uno en el que desaparece la posición en la que brilla tu mejor futbolista, el único que ha dado señales esperanzadoras desde que empezó la temporada. Mucho lujo parece que un equipo que todavía no ha roto a jugar se permita el lujo de desactivar a Pablo Torre desde la pizarra y condene a Álvaro Cejudo a un papel residual. A Rozada le hicieron una pregunta tras el partido en este sentido, criticando implícitamente, a él, su decisión de poner al de Soto de la Marina en la izquierda y el ovetense respondió diciendo que Pablo tiene que hacer autocrítica y jugar donde él diga. Lo primero no lo necesita, porque la 'autocrítica' ya se la ha hecho su entrenador y lo segundo ya lo hizo ayer. Mal, como corresponde a una mala decisión de su jefe y una mala actitud suya (que supongo no entendía nada). Rozada dijo en la SER que "yo lo que tengo que hacer es molestar a Pablo lo menos posible". Pues eso.