Fernando Roig vive su proyecto más ambicioso
El Villarreal ha dado un paso al frente este verano con el objetivo claro de instalarse en Champions y tratar de tocar metal, todo ello bajo el mando de Emery.
El Villarreal es un club de autor, es el sueño de un empresario que decidió dejar un poco de lado el baloncesto y pasarse al mundo del fútbol. Un salto que a Fernando Roig le llegó llovido del cielo, de la mano de un astuto José Manuel Llaneza, que buscaba un poco de oxígeno para el club que debía dejar por salud Pascual Font de Mora, anterior mandatario del Villarreal.
Con su empresa, Pamesa, a un paso de Vila-real, el día a día de Roig estaba en la ciudad. Por ello, apostó por darle un impulso a un club que luchaba por no bajar de Segunda, su techo histórico, en una ciudad de 50.000 habitantes. Con 5.000 socios, un campo de Tercera parcheado para Segunda B y económicamente tocado, Roig llegó anunciando un proyecto ganador.
Nada más llegar, anunció un proyecto de Primera, con inversión en el equipo, en infraestructuras, y apuesta total por el fútbol base. La temporada siguiente ya estaba en Primera, ya había remodelado el campo y estaba construyendo su ciudad deportiva. Tras un descenso, en el regreso las cosas mejoraron, dando paso a 20 años de éxitos entre los mejores.
Con Roig, el club pasó de un presupuesto de 3 millones a uno de 145; de 5.000 a 20.000 socios; y de no tener Ciudad Deportiva, a tener dos. Un equipo cimentado en la base y en los fichajes, con una idea clara de no hipotecar la entidad. Esa idea sirvió para asentarse en primera, pelear entre los mejores en Europa, disputando cuatro semifinales y otra de Copa del Rey.
Crecimiento
Esta temporada el club ha dado un paso más, con la idea de intentar lograr el ansiado título que en la última década tanto se le ha resistido. La clave pasa por la llegada de un técnico como Unai Emery, ganador y un nombre de mucho peso.
A su lado, jugadores de experiencia como Albiol, Iborra, Parejo, Alcácer o Gerard. Y con ellos, la gente de la casa, los que ya son una realidad como Mario, Trigueros, Moi Gómez o Pedraza, y con los que llegan con fuerza como Pau, Chukwueze, Pino o Niño.