Rodrygo y Reinier se gustan con la Olímpica de Brasil

Viene asentándose en los últimos años la idea, cada vez más extendida, de que los parones de selecciones son un marrón. Y hay en ello algo de razón, pero ni mucho menos toda, porque hasta de los amistosos se puede extraer algo. Lo vivieron este sábado Rodrygo y Reinier con la Olímpica de Brasil, que ganó a la Sub-23 de Corea del Sur, campeona de la fase de clasificación en Asia para los Juegos.

Son alegrías que provocan que una crónica empiece por el final y acabe por el principio. Para entenderlo sólo había que ver la sonrisa de Reinier, que lo intentó en la primera parte sin suerte con un cabezazo, un disparo desde la frontal y un remate franco en el área pequeña. Con el 10 a la espalda, fue titular 252 días después y disfrutó de casi tantos minutos, 82, como los que lleva en toda la temporada en el Dortmund, 105. Sus maneras son buenísimas, con y sin balón, y mantiene pese a la poca actividad la facilidad donde se deciden los partidos. Ahí, en una combinación con Cunha, hizo en el 73' el definitivo 1-3.

En el 61' ya había remontado un gran Rodrygo (sustituido en el 87'), que le había acompañado en el once. El Rayo aprovechó un rechace del portero para desquitarse de los centímetros que en la jugada previa, hilvanada de maravilla con Reinier, habían evitado su gol por culpa del poste. Antes se la puso a placer a Neres, que definió mal. Su incidencia fue continua, porque por un remate suyo en posición acrobática al borde del descanso empató un Cunha muy oportunista.

En ese punto comenzó la reacción del equipo de Jardine, que se había quedado dormido de salida y lo había pagado en el 7' con el 1-0 de Corea. Un error de Neres en una zona en la que no se puede fallar desembocó en un tiro de Lee Dong-Gyeong que tocó decisivamente en Lyanco. Los laterales, Emerson y Caio Henrique, mejoraron a los centrales atrás y ofrecieron soluciones delante, con un centro del campo carente de ideas. De menos a más y con acento Real Madrid, la Olímpica de Brasil sigue creciendo para su objetivo: tocar metal en verano en Tokio.