Elizegi, en una encrucijada con un Garitano que se queda sin crédito
El presidente debe decidir en este parón si destituye al técnico, que no encuentra salida a la crisis de juego y resultados. No es amigo de medidas drásticas pero la situación es preocupante. Marcelino, en la agenda.
Elizegi siempre se ha alineado con la idea de ir de la mano de Gaizka Garitano hasta el último día, hasta que agote su mandato en 2022. Y la final de Copa alcanzada la pasada temporada reafirmó aún más en ese convencimiento. Incluso renovó al preparador deriotarra antes de acabara la campaña pasada, algo que no sentó muy bien a un sector de la parroquia que no acaba de tragar con los postulados del preparador, que sacó al equipo de la cuneta en la que lo tenía Berizzo allá por diciembre de 2018, es decir, hace casi dos años.
Las cuatro victorias y nueve derrotas en los últimos partidos de Liga, incluidos los del penoso final del año pasado, ponen a Garitano en la picota. No suma dos triunfos seguidos desde finales de junio y principios de julio. La directiva ha puesto sobre la mesa si es conveniente mantener en el puesto al técnico, aunque aún no hay un planteamiento formal al respecto. El presidente siempre ha sido 'garitanista', pero la derrota ante el colista, un Valladolid en estado agónico, podría hacer replantear esa idea. El mercado cuenta con perfiles como Marcelino que tienen opciones de salir a la palestra en Ibaigane en busca de un revulsivo que se hace imprescindible viendo este grupo en caída libre. El técnico asturiano ha rechazado al Celta a la espera de movimientos en Bilbao, donde tiene partidarios. La junta tiene la opción de Etxeberria, que dirige al filial, pero ahora mismo sería un marrón para el técnico del futuro en San Mamés; no ha entrenado más allá del Tenerife en Segunda y recibiría un 'regalo' envenenado.
Clasificación | PTS | PG | PE | PP |
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Próximos partidos |
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Garitano optó ayer en Zorrilla por mantener a su guardia pretoriana, pero no le sirvió de mucho, aunque es bien cierto que sus muchachos hicieron merecimientos para empatar. Se ha convertido en un equipo tedioso, previsible. Los García, Dani y Raúl, son intocables para él, pero la dimensión de la crisis se puede adivinar por el hecho de que han sido sustituidos estos dos últimos partidos, algo impensable en épocas recientes. Hasta Unai Simón, internacional y el jugador con más proyección del equipo, está hecho un flan.
Muniain y Williams, elementos cruciales en su proyecto, tampoco ven una salida con su juego mediocre y cuando fallan tantas piezas el que suele saltar es el más fácil de destituir: el técnico. A este se le preguntó ayer qué diría a los aficionados que sostienen que su proyecto debe acabar aquí. "No tengo nada que decir a eso", zanjó. Ahí radica el problema, su discurso ya se ha agotado, está finiquitado, y la credibilidad es prácticamente nula. Ha quedado señalado en múltiples ocasiones y parte de la plantilla ya no cree en su mensaje. Les están ganando los rivales que se supone que van a estar por debajo en la tabla. Es hora de que Elizegi decida el rumbo de la nave, en unas semanas vitales. En su agenda también figura la asamblea de compromisarios, que no podrá ser asistencial y se plantean fórmulas telemáticas.