El Girona se abona al rojo esta temporada
El conjunto rojiblanco ha sufrido cinco expulsiones en los ocho encuentros que ha disputado. Tres de ellas han sido en la primera mitad. Ha jugado 108’ en inferioridad.
El Girona se está confirmando como un equipo tremendo competitivo, pero falto de control. Especialmente en los aspectos de disciplina. El conjunto rojiblanco ya ha visto cinco rojas en los ocho encuentros que ha disputado y esto preocupa, y con razón, a Francisco. Sin ir más lejos, en el pasado duelo ante el Almería se acabó con tan sólo ocho jugadores por las expulsiones de Ramalho, Cristórofo y Monchu. “La de Ramalho es una cesión errónea de Gumbau, pero se puede dar. La de Cristóforo es de equipo competitivo. Estas son discutibles. La única que no me parece que se puede dar es la de Monchu. La vi de cerca y no se puede hacer con nueve jugadores”, comentó el entrenador del Girona.
El equipo tuvo que hacer un gran ejercicio de supervivencia porque, por la roja a Ramalho, compitió 50 minutos con diez jugadores. Después el castigo fue a más porque Cristóforo fue expulsado en el 78’ y cuatro minutos más tarde, la roja fue para Monchu. Jugar con ocho provocó un desgaste tremendo en el grupo, pero supo aguantar el 0-0. El problema para el Girona es que este ritmo de expulsiones es inaguantable y Francisco espera que no se convierta en algo habitual. Cinco rojas en sólo ocho encuentros son “demasiadas” y, además, tres de ellas se produjeron antes de llegar al descanso. Al margen de la de Ramalho, Franquesa vio la roja ante el Sporting en el 45’ y Luna, contra el Lugo, en el añadido de la primera mitad.
Corregir errores es vital para seguir creciendo esta temporada y, sin duda, un aspecto a mejorar es el de las tarjetas rojas. Jugar en inferioridad en Segunda es una losa excesivamente pesada y el Girona parece que se está acostumbrando a ello de manera peligrosa. En lo que se lleva de curso, el equipo rojiblanco ha jugado, como mínimo, con un futbolista menos que el rival en 108 minutos. Controlar las pulsaciones es una tarea pendiente. Y las comparaciones son odiosas, pero ahora suma cinco rojas, solo dos menos que en todo el curso pasado (siete).
Ante el Cartagena, en 2011, el Girona acabó con siete jugadores
Pese a que acabar con ocho jugadores puede sorprender, en Girona ya saben qué es finalizar un duelo con, incluso, aún menos futbolistas sobre el terreno de juego. En 2011, en el partido de la jornada 39 ante el Cartagena, el conjunto por aquel entonces dirigido por Raül Agné vio cómo el colegiado Hernández Hernández le expulsó a cuatro jugadores. Migue y Peragón vieron dos amarillas y Serra y Despotovic, la roja directa. El duelo acabó 1-0 a favor del Cartagena gracias al gol de Víctor en el 4’.