Andrés acrecienta la leyenda de un Vallecas inexpugnable
El mediapunta, que entró en el 68', marcó y asistió a Antoñín para dar al Rayo su cuarta victoria en casa, donde cuenta por triunfo cada partido. Dimi paró un penalti a un Fuenla rocoso.
Piedra a piedra, victoria a victoria —van cuatro ya—, el Rayo de Iraola ha hecho de Vallecas una fortaleza inexpugnable. Cuenta la leyenda que todos y cada uno de los enemigos que intentaron entrar terminaron en el foso. El Fuenlabrada no fue una excepción. Y eso que los de Sandoval se mostraron rocosos (errando incluso un penalti) hasta que irrumpió Andrés para guiar a los franjirrojos, con un gol y una asistencia.
El Rayo escribió las primeras líneas del encuentro, con Ulloa como protagonista, cabeceando fuera un balón servido por Isi. El argentino volvía a la titularidad, tras su lesión de cruzado, y tenía la caña preparada para pescar cualquier centro lateral. Le buscaba Advíncula, también Álvaro. El partido estaba hiperactivo y, en esas, el Fuenlabrada movió ficha. Dimitrievski blocó un taconazo de Nteka y se marchó desviado un tiro de Franchu.
No estaba la película para pestañear. Pulido Santana señaló penalti por una carga de Saveljich a Nteka dentro del área y Dimitrievski se vistió de héroe leyendo el pensamiento y parando el lanzamiento de Salvador. Respiraban los locales después de unos minutos frenéticos, habían perdido foco y no se resignaban a ese rol secundario. Así es como recuperaron el control, aunque se toparon (una y otra vez) con un rival rocoso. Terminó fuera un trallazo de Mario Suárez desde la frontal y el marcador no se movió.
El Rayo tuvo un 71% de posesión en la primera mitad (terminó el choque con un 64%), pero de nuevo resultó inocuo —sin ocasiones claras, sin gol— en un partido aguerrido. Más para soldados que para poetas. De más faltas que llegadas. De barro. Y los azulones salieron, tras el descanso, como un vendaval. Nteka asomó y su misil pasó rozando el palo. Una sacudida para los franjirrojos, que pidieron penalti de Salvador sobre Isi en una acción similar a la vivida en el área rival.
Sandoval inició un carrusel de cambios. Sus planes estaban saliendo bien y decidió sacrificar la defensa de cinco para tratar de incomodar también arriba. Pronto encontró respuesta al otro lado del ring. Iraola movió el banquillo, en busca de alguna fisura por la que hacer daño a un Fuenlabrada serio y ordenado atrás. Dicho y hecho. Andrés salió, llegó y marcó, cabeceando un medido centro de Álvaro. A pesar del gol, el duelo estaba abierto de par en par. Nteka volvió a incomodar a Dimitrievski. No iban a vender barata su piel los visitantes.
Hasta que otro fogonazo de la Franja sentenció el derbi. Ahora a la contra. Andrés se vistió de asistente y le sirvió la pelota a Antoñín para poner el definitivo 2-0. No contento con eso, este último volvió a probar fortuna y topó con Rosic. La eficacia de los cambios fue total y también de los vallecanos, que anotaron en sus dos primeros tiros a puerta. La Segunda va por los entrantes, pero el Rayo ha demostrado un hambre voraz. Especialmente en sus dominios, en el barrio, donde siempre se ha impuesto a sus vecinos fuenlabreños. Ahora, en un derbi que le deja con vistas al ascenso directo...