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OVIEDO 0-RAYO 0

El Rayo estuvo más cerca

Los de Iraola propusieron más en un partido gris, pero el guardameta local se esmeró en echar por tierra sus intentos. Fran García remató al palo.

Alguna galopada de Fran García, los reflejos de Femenías y paren de contar. Oviedo y Rayo jugaron en el Tartiere a no perder y la consecuencia fue que ambos lograron el objetivo. Tampoco es que el empate resulte muy sugerente a dos equipos que se habían marcado el triunfo como único objetivo. Solo el Rayo se mostró algo ambicioso en el segundo acto pero Femenías se hizo grande para tapar cualquier hueco en su portería.

El primer tiempo fue nulo, sin apenas acercamientos a las áreas. El choque se convirtió en un duelo táctico entre Ziganda e Iraola. Un tostón para el aficionado. La orden era clara: no cometer errores. Mientras Iraola revolucionó el equipo en busca de repartir esfuerzos, el Cuco solo aplicó una capa de pintura a la defensa: Carlos, Arribas y Mossa entraron en escena.

Pareció más entonado el Oviedo de primeras, como ha sucedido en casi todos los partidos de esta temporada. Pero era un dominio algo ficticio, falto de llegadas. La única aproximación de los primeros minutos la puso el Rayo en una aceleración de Álvaro con centro que nadie aprovechó en el área.

A los dos equipos les costaba un mundo generar cerca del área. Las primeras intenciones eran buenas, pero el argumento se iba desinflando según avanzaban los metros. Poco se supo de los dos metas en ese primer acto. Solo Femenías apareció en escena para repeler un chut centrado de Fran García. Un disparo lejano de Tejera puso el colofón a una triste primera parte.

Avisó el Oviedo de sus intenciones tras la reanudación con un centro precipitado de Nahuel cuando pisaba área. A los azules les sigue costando la toma de decisiones cuando se ruedan los metros finales. Pero fue un espejismo. El segundo acto fue visitante. Femenías tuvo que emplearse a fondo para desviar un remate de Catena en un córner. Después, Fran García probó desde lejos y la pelota se estrelló en el poste. Parece que Femenías rozó lo justo. Otro centro desde la izquierda que se paseó por el área pequeña confirmó que la ambición del Rayo iba a más. El Oviedo pareció cohibido, conformista en su planteamiento, ante un rival que con poco logró meter el miedo en el cuerpo a su rival.

Los azules se limitaron a contener y tratar de sorprender con espacios. Porque en los minutos finales estos pueden llegar. Viti, ya en el campo, invadió el área rayista pero su centro a Obeng fue un poco largo. El delantero pidió penalti en el remate.

Fue la última acción de peligro en un partido que languideció entre cambios y amarillas. Un epílogo fiel a lo que se había visto en el campo. El Rayo fue más ambicioso, solo un poco más, insuficiente esfuerzo para romper un empate que deja a los dos en una situación muy parecida a la que ya tenían en la tabla.