Denis y Emre Mor, dos inversiones millonarias en el banquillo
Son el primer y el tercer fichaje más caro de la historia del Celta, respectivamente, pero no están respondiendo a las expectativas creadas.
La ilusión del celtismo se disparó en los veranos de 2017 y 2019 debido a los fichajes de Emre Mor y Denis Suárez, respectivamente. Mouriño tiró la casa por la ventana para contratar a estos dos futbolistas pensando que darían un salto de calidad al equipo vigués pero lo cierto es que ninguno de ellos ha conseguido responder a las expectativas creadas.
La llegada del extremo turco en 2017 fue todo un acontecimiento. El Celta pagó al Borussia Dortmund 13 millones de euros por uno de los jugadores con mayor proyección del fútbol europeo. De hecho, ese mismo año acabó octavo en la clasificación del Golden Boy, un premio que ese año conquistó Kylian Mbappé. Su impacto en LaLiga fue tan fugaz como sus carreras. Realizó un buen encuentro en su debut como titular ante Las Palmas (gol incluido) y eso fue todo. A partir de entonces, empezó a encadenar lesiones, malos rendimientos y actos de indisciplina.
El club pensó que Emre Mor había pasado un mal año de adaptación, pero confiaba en su explosión durante el segundo curso, estando ya más asentado en el entorno y en el equipo. Nada que ver, la situación fue todavía a peor. Su rendimiento era cada vez más vulgar y sus salidas de tono, cada día más intolerables. La solución que encontró el Celta fue buscarle una cesión para que tuviera minutos y cogiera confianza. Tampoco.
Clasificación | PTS | PG | PE | PP |
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Entonces, este año Mor volvió con propósito de enmienda y el club le dio una última oportunidad. Respondió jugando a gran nivel en pretemporada y la ilusión comenzó a germinar de nuevo. Óscar le dio su confianza y empezó el curso de titular. La contratación de un entrenador personal que le acompaña durante todo el día para ayudarle sobre todo en el aspecto mental parecía haber funcionado. Emre Mor volvió a generar ilusión. Sin embargo, ésta se está diluyendo con el paso de las semanas. Su influencia en el juego es cada vez menor y ya ha pasado del once al banquillo.
El caso de Denis Suárez tiene algunas similitudes, aunque conviene matizar que el salcedense no ha protagonizado ningún acto de indisciplina y que su compromiso con el Celta viene de cuna. No obstante, el mediapunta también llegó el pasado verano como el fichaje estrella después de una importante inversión del club. Fue la contratación más cara de la historia (16M) y se esperaba que supusiera un salto de calidad.
Empezó la temporada pasada a un nivel espectacular, con grandes actuaciones ante Real Madrid, Valencia y Sevilla. Pese al bajón de rendimiento en las semanas posteriores, Escribá siempre confió en él y nunca le castigó con el banquillo. La primera estocada le llegó de la mano de Óscar, quien en su debut como entrenador del Celta no lo incluyó en el once del Camp Nou, un escenario muy especial para él. Después llegaron las lesiones, que no le permitieron tener continuidad, para firmar un decepcionante primer curso de celeste.
Esta segunda temporada, Óscar le dio galones. Tras la baja de Rafinha, Denis estaba llamado a ser el líder en el centro del campo. No participó en el primer encuentro porque acababa de sallir de una lesión, pero luego fue titular en las siguientes cuatro jornadas. A destacar su primer encuentro de esta LaLiga, con una exhibición ante el Valencia. Sin embargo, en los tres restantes partidos bajó su nivel, hasta el punto que Óscar acabo señalándole por la derrota frente a Osasuna con su suplencia en el último partido contra el Atlético.