El Racing cayó en la red del Portugalete
El partido se jugó a lo que quiso el equipo visitante hasta que se quedó con uno menos. El resto de rivales, salvo dos filiales seguirán el plan de Loza
Mandar en el juego
Más allá del sistema elegido, 3-5-2 y 4-4-2 el domingo, 4-3-3 casi todo el verano, lo realmente importante es que el Racing sea capaz de conseguir que se juegue el tipo de partido que más le interese. Y eso no está siendo así. Ni en la mayoría de los amistosos ni en la primera jornada de liga el Racing ha estado cómodo. En cuanto enfrente ha tenido un equipo que hace imposible presionarle su inicio del juego (porque la pega en largo), que reparte estopa en el medio y que presiona arriba como si no hubiera un mañana, el Racing ha quedado retratado. De hecho, los mejores minutos de juego han sido sendas mitades de partido frente al Sanse, el Sporting B y el Bilbao Athletic, tres filiales que quieren jugar al fútbol. ¿Casualidad? No lo creo. Portugalete, Amorebieta o Laredo van de otro palo. De uno que le duele al Racing. El dedo de Ezequiel Loza enseñó el camino. Avisados estamos.
Todos tiene ojos
Queda feo decirlo, pero es evidente que el plan de Loza, como fue el de Manu Calleja, pasó porque no la tocara Pablo Torre. Y para ello le atizaron a conciencia. No digo que los entrenadores se lo dijeran con estas palabras, pero que sin necesidad de tener el balón, solo por pasar por allí, le sacudan dos mandobles en la cara en los primeros minutos, es significativo. Hoy Pedro Menéndez pedía a los árbitros que protejan al talento de los garrotazos, pero va a ser que no. En esta categoría, en este grupo, en según qué campos, va a haber que asumirlo, que el chaval no se raje y tener suerte para que no le revienten. Está claro que si el de Soto de la Marina puede correr con el balón el partido es otro, tanto que creo que es la clave de la temporada del Racing. Si Pablo es determinante en los partidos, al Racing le irá bien.