Raúl de Tomás, entre amigos
Vadillo, compañero suyo desde hace más de una década, completa en el Espanyol un entorno a la medida que ya contaba con Embarba, Cabrera, Calero o Diego López.
Anota Raúl de Tomás el gol de la victoria ante el Alcorcón , y corre hasta el córner para celebrarlo, con gesto serio pero convencido. Primero le alcanza Sergi Darder. Acto seguido, se apresura hacia él Álvaro Vadillo, lo abraza por detrás y le susurra unas palabras. De cariño. De amistad. El ‘pichichi’ del Espanyol, con tres dianas ya, se ha quedado en el club perico tras un mercado de fichajes tortuoso con tantos clubes preguntando por él como ofrecimientos de su agente. Y ahora que eso forma parte del pasado, RdT puede sentirse más arropado que nunca.
En esa misma ventana de altas y bajas aterrizaba, sobre la bocina, un Vadillo que conoce como pocos al delantero madrileño. Su relación se remonta a hace más de una década. "Hemos coincidido desde pequeños en la Selección. Éramos compañeros de habitación. Así que estoy encantado de compartir vestuario con él. Siempre hemos tenido una amistad especial", relataba el viernes el extremo, que nació un mes y cinco días antes que De Tomás. En unos pocos días, el miércoles 21, se cumplirán, por ejemplo, diez años de un amistoso España-Rusia Sub-17, uno de los primeros encuentros en que aparecen en las hemerotecas jugando al unísono, junto a Saúl Ñíguez, Gerard Deulofeu, Denis Suárez o el entonces perico Óscar Arroyo, a las órdenes de Ginés Meléndez.
También juntos aparecen en una fotografía que corre esta semana por las redes sociales, ambos ataviados con el chándal de la Selección, insultantemente jóvenes, y sosteniendo en sus manos sendos trofeos. La imagen corresponde al 27 de mayo de 2013, cuando tanto De Tomás como Vadillo fueron considerados dentro del Once de Bronce en la Gala Draft, celebrada en la Ciudad del Fútbol de Las Rozas. Compartían equipo de gala, entre otros, con Rubén Blanco, Sergi Roberto, Óliver Torres o Víctor Álvarez.
El cierre del mercado, el apoyo de Vadillo y el retorno a la titularidad después de dos jornadas partiendo desde el banquillo –aunque en Oviedo entró y anotó dos goles– pueden ser las piedras angulares para un óptimo rendimiento de RdT, pero no las únicas.
Como demostraron a inicios de este 2020 ya en el Espanyol, y sobre todo entre 2017 y 2019 en el Rayo Valllecano –próximo rival de los pericos, este domingo–, su sociedad con Adrián Embarba es de lo más explosiva. Nadie ha servido más goles al delantero centro en su carrera profesional como los siete habilitados por el extremo madrileño, ahora convaleciente (aunque asintomático) tras haber dado positivo en COVID-19.
Y por si todos estos puntos de equilibrio no fueran suficientes, Raúl de Tomás también había coincidido antes de aterrizar en el Espanyol con Fernando Calero, a quienes une el vestuario del Valladolid durante la temporada 2016-17, y Leandro Cabrera, con quien jugó en el Castilla hace ahora siete años. Por aquel entonces, no en vano, el delantero se entrenaba a menudo con el primer del Real Madrid, por lo que también conocía a Diego López, que era el portero de los blancos.
Motivos más que sobrados para recuperar la sonrisa, para sostener en el tiempo su olfato goleador y para, como él mismo dijo tras anotar ante el Alcorcón y recibir el abrazo de Vadillo, reforzar su compromiso con el club perico. "Aquí tengo contrato y soy feliz. Estoy contento, me debo al Espanyol y lo daré todo". Y en la mejor compañía.