Sergio: "Nos hemos llevado una hostia fuerte; no hemos tenido personalidad"
El técnico del Real Valladolid reconoce que la derrota ante el Eibar ha "hecho daño" a su equipo, que inexplicablemente se diluyó con un hombre más.
Con un fuerte enfado. Así abandonó Zorrilla Sergio González, entrenador del Real Valladolid, después de la derrota de su equipo. El conjunto blanquivioleta, como el propio técnico reconoció, acabó haciendo la guerra por su cuenta y perdió intensidad cuando el Eibar se quedó con un hombre menos. "Hemos recibido un golpe fuerte", manifestó, crítico con la actuación de sus jugadores.
¿Qué balance hace de un partido en el que pasaron tantas cosas?
Creo que hemos empezado bien. Prácticamente no nos generaron peligro hasta el penalti por mano. A partir de ahí estuvimos unos minutos fuera del partido, pero conseguimos hacer lo más difícil, que era empatar antes del descanso. Empezamos la segunda parte con buen ritmo y con la ocasión del penalti. Tras fallarlo, tuvimos una bajada de frecuencia, pero sin irnos del partido. Con la expulsión nos fuimos; me frustra, porque no entiendo qué ha podido pasar. Han dado un paso adelante, hemos empezado a encontrarnos incómodos y no hemos sabido jugar contra diez. La última jugada, en una mala frecuencia defensiva y un mal balance defensivo, provocó que nos llevemos una hostia fuerte. Este partido sí que nos ha hecho daño. Sumando el cúmulo de partidos anteriores, este hace que el vaso esté bastante más vacío. Tenemos 15 días para trabajar y coger responsabilidad y personalidad para la sexta jornada, porque en el tramo final nos ha faltado algo más de personalidad.
¿Notó nervioso al equipo en la segunda parte?
Conocíamos las virtudes y defectos del rival. Llevábamos una racha en la que el equipo tenía buenas sensaciones, pero no nos llegaba la recompensa. El equipo ha salido presionado sabiendo que este partido podía darnos un empujón antes del parón. Hemos salido un poco atenazados, se paró el partido con el penalti y nos costó entrar. El penalti para ponernos por delante hubiera cambiado el panorama, pero no lo pudimos hacer, mantuvimos estabilidad y la jugada de la expulsión les reactivó, y nosotros no supimos estar a la altura. Hay que incidir en los cambios; creo que no nos han aportado nada, y los del banquillo muchas veces te ganan los partidos. Arbilla tuvo esa jugada del gol. Yo no he estado acertado porque no he sido capaz de reactivar al equipo.
¿Cómo valora el segundo gol?
Hubo una mala frecuencia defensiva con Arbilla, no hicimos falta, se fue de uno, la cobertura estaba un poco lejos, sacó el centro y estábamos tres para una marca. Fue un cúmulo de despropósitos que no queda otra que trabajar para que no vuelva a suceder más.
¿Dejó el equipo de ser un equipo después de fallar el penalti?
Después de penalti dejamos de ser nosotros mismos. No quiero pensar que psicológicamente se está dando cuenta de que está jugando a un alto nivel y todos los golpes son en contra. Somos el puching y cada cosa que hacemos regular nos afecta muchísimo, y eso también afecta al futbolista. El penalti deja la sensación de que es otra vez la misma música. No nos habían llegado con tanta frecuencia. Intentamos hacer cambios que nos dieran amplitud y profundidad pero, por lo que sea, nos precipitamos y tuvimos la sensación de tener que hacer más cosas, cada uno quería hacer su guerra individual, cuando todo lo que hacemos tiene que ser desde la mirada colectiva.
¿Qué cambios espera ver después de parón?
El equipo está jugando a un buen nivel y funcionando bien como bloque, pero estamos recibiendo goles muy raros, que forman parte de la mala fortuna, pero también de la concentración. El equipo siempre ha demostrado que tiene la fortaleza mental para levantarse de tantos golpes inesperados en situaciones algo cómicas. No puede ser que en este partido, teniendo uno más, los nervios sean para nosotros. No tenemos que tener prisa por dar un rendimiento tan rápido. Hemos estado desacertados en todas las tomas de decisiones, prevaleciendo lo individual sobre lo colectivo, y dejamos de hacer cosas pensando en que estando con uno más el resultado iba a venir solo. Tenemos tiempo para recuperar los fundamentos y lo psicológico. Cada partido es un libro que abres y cierras. La vida no es como golpeas, sino como encajas. Tenemos los mimbres para empezar a golpear nosotros.
¿Hay presión o preocupación en los jugadores?
La lógica del momento y que forma parte de la profesión. No nos gusta haber sumado tan pocos puntos; no es lo que habíamos pensado ni generado, pero es la realidad en la que nos encontramos. Tenemos que trabajar desde la realidad de que solo tenemos dos puntos. A los futbolistas esto les golpea, y esa sensación nos ha podido esta vez sobre lo que podíamos ofrecer en el campo. Tienen que centrarse en volver al camino de la victoria. Era un partido bonito para conseguirla y poder trabajar durante el parón con más alegría y hemos recibido un golpe fuerte. El equipo ha demostrado muchas veces la capacidad para levantarse y así lo vamos a hacer.
¿Qué le dice a los aficionados?
No les podemos decir nada, estamos en deuda con ellos. Creemos que el rendimiento es lo suficientemente bueno para que estén contentos con el juego. Hemos trabajado muy bien y hemos hecho partidos de alto nivel, pero es verdad que los resultados no han acompañado y los resultados son los que marcan la realidad. Vamos a intentar recuperar las sensaciones de fortaleza y tenemos muchísimas ganas de dedicarles una victoria. A partir de la primera victoria seguro que vemos el camino de otra manera.
¿Cómo valora la actuación del VAR y las manos pitadas?
Son situaciones difíciles. El tema de las manos es muy difícil de controlar. Para mí sería muy fácil intentar excusarme en él. Nosotros tenemos que pensar que a pesar del VAR habíamos empatado. Después de la expulsión hemos hecho muy pocas cosas bien, y eso es lo que no puede pasar. Eso es lo que podemos trabajar. Cada minuto en Primera División tenemos que aprovecharlo y me voy enfadado con los cambios. Ahí no hemos estado a la altura.