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LAS PALMAS 3 - FUENLABRADA 3

Kante y Clau Mendes exprimen un partido de locura

Las Palmas empezó 2-0 tras los goles de Lemos y Pejiño. El Fuenla puso el 2-3. Y el decisivo empate llegó en los últimos seis minutos.

En los 90 minutos que dura un partido de fútbol pueden pasar tantas cosas como las que se vieron esta noche en Gran Canaria entre Las Palmas y el Fuenlabrada. Cuando los pupilos de Pepe Mel lo tenían todo a favor se vieron con un 2-3 en contra que destrozó su moral. Cuando no había fuerzas, llegó el empate. Y el cuarto gol, en unos vibrantes últimos minutos, no llegó de milagro en ambas porterías.

En este convulso inicio de temporada, tan mediatizada nuestra vida por la COVID-19, los primeros partidos arrastran defectos propios de equipos en construcción, víctimas todos ellos de una pretemporada deficiente. Por ello, en los primeros minutos de este Las Palmas-Fuenlabrada hubo mucho tanteo, poca intención y ningún peligro. De momento, es lo que toca.

Alguna internada por aquí, incursiones por allá. Peligro, básicamente ninguno hasta que, en el minuto 17, un renacido Kirian, lo que hace la confianza, chutó desde la frontal del área tras una bella incursión de Sergio Ruiz en la trinchera rival. El cántabro, obediente, se metía entre Suárez y Curbelo para potenciar la salida de balón, aunque tampoco es que Las Palmas le hiciera así daño al Fuenlabrada. Tuvo el chut del tinerfeño mucha intención pero ningún peligro, suponiendo en cualquier caso el primer conato ofensivo de Las Palmas. El Fuenlabrada se limitaba a esperar bien pertrechada delante de Pol, por lo que tampoco le afectaba demasiado que Las Palmas empezara a tener el control del partido.

Nuevo minutos más tarde, de nuevo Kirian probó fortuna desde casi idéntica posición, y de milagro no marcó un gol de bandera. Apenas se descomponía el Fuenlabrada, tan sólido como acostumbró el curso pasado, y hasta pudo adelantarse cuando, a la media hora de partido, una incursión de Nteka por la izquierda acabó con un centro al corazón del área de Valles que Cristóbal Márquez desperdició con todo a favor. Eran minutos de intercambio de golpes, algo de pimienta a un partido algo intenso pero bastante soso, y el activo Rober remató en semifallo un buen centro de Pejiño que bien pudo ser decisivo para traer consigo el 1-0. Acto seguido, el propio Pejiño se plantó solo delante de Pol, pero su intento de vaselina se quedó simplemente en eso.

De nuevo Kirian se atrevió a probar fortuna, esta vez con un cabezazo desde el punto de penalti que se marchó alto por poco, y cuando parecía que el 0-0 sería el resultado al descanso, Álvaro Lemos se rascó, apenas en la segunda jornada, uno de los mejores goles de la temporada al perforar la escuadra derecha de un impasible Pol con un precioso chut de falta para inaugurar el marcador. Todo había cambiado en un segundo.

Regalo

Se le puso el partido totalmente de cara a Las Palmas cuando Pejiño, bien colocado, aprovechó el regalo de Pol, que en su despeje tras un chut de Rober le dejó el 2-0 en bandeja de plata. Lejos de reaccionar, pareció hundirse anímicamente el Fuenlabrada. Atónito, sin capacidad de respuesta, de cualquier manera a merced de una Unión Deportiva que, en lugar de buscar el 3-0, se dedicó a contemporizar.

La tacañería amarilla le acabó costando muy cara. Así, una certera incursión de Iribas la acabó rematando Kante al larguero. Ante la pasividad de la defensa de Las Palmas, Nteka, también de cabeza, hizo el 2-1. Ahora sí, el miedo atenazó las piernas y, sobre todo, las ideas de los jugadores de Pepe Mel. De repente, era el Fuenlabrada quien llevaba la iniciativa.

La reacción de los muchachos de Sandoval llegó de sopetón ante la inacción local. Parecía que el empate era cuestión de tiempo, y este llegó cuando Franchu le sacó un penalti a Álex Suárez que Salvador acabó convirtiendo en el 2-2 en el minuto 78.

Si el fútbol es un estado de ánimo, Las Palmas estaba irremediablemente fuera del partido desde ese momento. El Fuenlabrada olió sangre, observó pavor en los ojos rivales y se lanzó a degüello. Para muestra, la galopada de Kante a falta de seis minutos para plantarse ante a Valles y, tras sortear al portero sevillano, hacer a placer el 2-3 en lo que supuso un gol de bandera. El VAR, ahora sí, le dio a los madrileños el gol de Ciss que la tecnología, de manera justa, le ‘quitó’ un rato antes.

No había dicho su última palabra la UD, que andaba totalmente perdido sobre el césped del EGC, de nuevo indigno para la práctica del fútbol profesional. Así, el omnipresente Kirian asistió a Clau Mendes para que este, con un fuerte chut con la pierna izquierda, venciera la oposición de Pol cuando asomaba el minuto 90 para estrenarse en partido oficial con el primer equipo amarillo.

En la agonía del partido, Valles le hizo una prodigiosa parada a Diéguez cuando el 3-4 parecía lo más fácil. Con ambos equipos volcados buscando el estallido del cuarto gol, nada más sucedió. Como si fuera poco lo acontecido en los anteriores 95 minutos de esta locura de partido.