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ALAVÉS | GARITANO

“Tras el Alavés no me vi fuerte para entrenar, fue muy duro”

Asier Garitano, ex entrenador del Alavés, repasa su salida de Vitoria. Admite que el Leganés lo llamó para regresar pero que no se vio “con fuerzas”. “El final el año pasado fue duro”.

“Tras el Alavés no me vi fuerte para entrenar, fue muy duro”
DIARIO AS

Asier Garitano suena al otro lado del teléfono, desde su casa en Vitoria, menos enérgico que de costumbre. Él lo niega. Dice que no, que está bien. Que ha recargado las pilas y que empieza a picarle el gusanillo del fútbol después de un final traumático en el Alavés. Pero su voz le delata. Ella, la voz, dice que no. Que sigue cansado. Que aquella herida aún no se ha cerrado.

El asunto colea en los Tribunales, donde está litigando para reclamar el último año de contrato que, según su convencimiento, le deben los babazorro. No le gusta hablar del tema, por eso pide evitarlo en la medida de lo posible. Quizá sea una estrategia legal, pero al otro lado de la línea se intuye que también es cuestión de alma. Le duele evocar aquello.

En el resto, como siempre, no evita dudas o preguntas incómodas. Habla sin tapujos, directo, sencillo y claro. Garitanismo. Por ejemplo, admite que el Leganés lo quiso repescar, pero que rechazó la oferta porque “habría sido egoísta de mi parte. No me veía con fuerzas”. Y todo porque el año en el Alavés fue “muy duro”. “Cumplimos los objetivos, pero desde el confinamiento, se hizo todo largo y complicado”, añade. Piropea a la Real Sociedad y no niega que le gustaría entrenar al Athletic al que tanto se le relacionó en su era de pepinero. “Pero hay que ser objetivo: el fútbol profesional es muy complicado. Trabajar es difícil. Por eso jamás diré que no entrenaré a un equipo”.

¿Qué hace ahora Asier Garitano?

Poca cosa. He aprovechado que nunca había tenido todo agosto de vacaciones para ir a ver a la familia con mi mujer. A principios de septiembre llegué a Vitoria. Ahora me voy poniendo al día a día, pero va a ser raro para mí. Es la primera vez en muchos años que no he hecho pretemporada. Estoy esperando cómo empezará LaLiga, verlo desde fuera y mientras aprendiendo, reciclándome… Poco a poco.

¿Cuándo fue la última vez que tuvo un mes de agosto libre?

No recuerdo. Creo que nunca… (Silencio). Creo que un año sólo que estuve en paro, pero desde que he sido jugador, no recuerdo el mes de agosto haberlo tenido de vacaciones.

¿Las necesitaba?

No sé si necesitar, pero la temporada ha sido larga y muy dura por muchas cosas: cambio de equipo y de jugadores, cómo ha ido lo deportivo, el confinamiento, lo duro que fue el confinamiento para arrancar otra liga… sí, ha sido duro. Cuando acabó todo estaba ya muy saturado. Por eso me tomé un momento para parar. Quería estar así. Tranquilo. Ahora pasan las semanas y poco a poco te entra el mono.

Al menos habrá perfeccionado su estilo jugando a pelota vasca…

Me estoy haciendo mayor, no fastidies… (Risas) Ahora juego al pádel. En el frontón hago algo, pero no estoy ya para perfeccionar nada (más risas).

El adiós del Alavés, ¿es de lo más duro que le ha pasado en su carrera?

Bueno… los primeros ocho meses en el Alavés fueron todo bastante normal. Hubo muchos cambios de jugadores que entraban, que salían, pero luego ya te vas adaptando. Cuando arranca LaLiga te olvidas de todo y compites, que es lo que te gusta. Cumples objetivo, mejor o peor, pero los cumples.

Pero llegó el confinamiento y…

Es verdad… En enero equilibramos al equipo y después seguramente alcanzamos nuestro mejor momento. Veíamos el objetivo cerca. Esos 40 días fueron muy duros por muchas situaciones. Los entrenamientos en casa, convencer a gente… se hizo largo, duro e incluso peligroso para nosotros.

¿Por qué?

Ese último mes de competición lo afrontamos con una pretemporada que no era buena. Para todos. A nosotros nos hizo especialmente daño. Todo fue nuevo y se hizo largo.

Con final abrupto. Por su destitución, digo.

Estábamos cerca del objetivo. Lo veíamos ahí. Estábamos cerca de salvarnos y en los últimos diez días me encontré con la destitución. Eso, obvio, no te gusta. Te hace todo un poco más duro. Pero yo siempre digo que los objetivos están para cumplirlos. Y yo los cumplí. Deportivamente lo que se pedía, que era la salvación, lo conseguí. Por eso estoy contento.

Regresó al País Vasco tras el Leganés y ahí se ha encontrado con dos destituciones. ¿Duele especialmente que te echen en casa?

No, me da igual. Es fútbol. Te da igual que sea aquí, en San Sebastián o donde sea. Sí que te duele por el entorno, por amigos y familiares que lo ven todo más cercano que si estás a 800 kilómetros. Pero la profesión está así. Han tocado circunstancias diferentes. Nada tiene que ver el Alavés con la Real Sociedad. Y ambas son experiencias buenas. Y en ambos logré los objetivos. Sabía de los objetivos de la Real. Y los cumplimos. Pese a que las dificultades eran grandes. Y en Vitoria el objetivo puro y duro era también salvarnos y estábamos salvados.

Ya, pero duele…

Al final la labor de entrenador es eso, es conseguir los objetivos. Por suerte yo los logré, pero las dos destituciones no te gustan, claro.

En su época en el Leganés le relacionaban mucho con el Athletic. Le gustaría, claro…

(Risas) A ver, yo soy objetivo. Sabes dónde estás y las circunstancias que se han dado. Hay que ver hacia dónde va el fútbol. Tener trabajo y entrenar en Primera es muy, muy difícil. Hay que ir tranquilo. Nada de prisas.

¿Le sorprendió que le llamara el Alavés justo después de ser cesado por la Real?

Tan rápido sí, sí que me sorprendió. La destitución de la Real fue en diciembre, en el inicio de un proyecto largo. Y no, no esperaba que el Alavés tan rápido se acordara de mí. Era otra experiencia con un objetivo claro que acepté. Hasta hoy.

¿Qué espera del fútbol ahora?

Pues tenía la incertidumbre de qué pasaría tras las vacaciones. Con la pandemia, con la ausencia de público, que lo hace todo más frío… Y repito. Yo terminé saturado. Por eso mi idea era esperar y cuando todo esté más tranquilo, a ver si tengo oportunidad de volver al fútbol profesional. Cuanto más tiempo pasa, más ganas tienes… pero a día de hoy, estoy bastante bien y tranquilo.

¿Se imagina su vida sin entrenar?

(Silencio) Puede ser. Tocará. Ahora la mentalidad es seguir en esta profesión, que es difícil y dura. No hay tantos equipos en el fútbol profesional y hay muchos entrenadores y muy preparados. Por eso cuando entrenaba valoraba cada año dónde estaba.

No me ha respondido…

No lo sé… mi mentalidad será la de tener otra vez equipo. De seguir compitiendo, claramente.

Y si no hubiera sido entrenador, ¿qué habría sido?

Pues no tengo ni la más pajolera idea… es que la vida me ha llevado donde estoy ahora. Desde que era juvenil en el Athletic ya tenía en mente que el fútbol sería lo mío. Y antes de retirarme, ya tenía el puesto de ayudante del entrenador en el Alicante. Ha sido desde los 17 años, hasta los 50 que tengo de vivir en los campos de fútbol. No me ha dado mucho tiempo a pensar qué haría.

Esta temporada opciones de entrenar ha tenido… aunque fueran en Segunda…

Sí, sí, tuve opciones… pero yo lo tenía claro que después de todo lo que pasó en Vitoria, tras los últimos dos meses, si no seguía en el Alavés, me tomaría un descanso. Porque un segundo año es distinto, todo es más rodado. Tras el despido no tenía esas fuerzas e ilusión para empezar a entrenar a los diez días en otro sitio.

Eso le contó a sus pretendientes…

Sí, se lo dije a quien tenía que contárselo. Ahora ha pasado el tiempo y supongo que, cuando todo este circo vuelva. Otra vez a funcionar, como ya me conozco, volveré a tener la ilusión y las ganas de competir.

Ni la llamada del Leganés le animó. Sí que debía estar afectado…

Hombre, siempre lo agradecí. Que pensaran en mí después de cuatro años en Primera División... Han estado haciendo las cosas bien y no es nada fácil mantenerse. El Leganés es un gran club. Pero ya hablé con ellos en el momento justo.

¿No le tentó ni un segundo decir ‘sí, quiero’?

Habría sido un poco egoísta de mi parte. Habría sido lo más sencillo, pero es que de verdad que creía que no era momento para poder ir al Leganés, con todo el aprecio que le tengo al club y a su gente.

¿Influyó el descenso en su decisión?

No, no. Era un tema mío. De cómo me veía yo en un proyecto difícil y complicado. Da igual si estás en Segunda o en Primera. Los objetivos son siempre complejos y para eso tienes que estar siempre muy preparado. Con las ideas claras. Segunda para el Leganés también va a ser duro, seguro.

Al menos no descarta volver algún día…

No estamos los entrenadores para descartar nada. Siempre lo he dicho: no descartaré ningún equipo. Sólo que tienes que tener las cosas claras. Estar convencido de que lo vas a conseguir pese a los momentos difíciles, que siempre los hay. Yo no descartaré nunca ningún equipo. Me gusta el fútbol. Tengo pasión por todo esto. Mientras tenga fuerzas no dejaré de pelear. En ésas estoy.

¿Vio el último partido del Leganés ante el Real Madrid?

Sí, sí… y fue una pena…

Y una injusticia. Esa mano de Jovic…

Sí, la mano fue clara, pero es que hubo momentos del partido que se veía cerca la victoria. Sí, te fijas en el penalti, pero es que el Leganés hizo lo que debía y lo llevó dónde le interesaba. Al final de la segunda parte pudo llevárselo de cualquier forma. Quizá podrían haber elegido mejor otras opciones, pero los nervios te llevan a la precipitación. Pudo mantenerse… una pena… una pena…

¿Qué le parece Martí?

He tenido la suerte de hablar con él y conocerlo. En todos los equipos donde ha estado lo ha hecho bien, muy bien. Con equipos reconocibles por cómo juega y compite. En Coruña qué te voy a decir: estuvo para ascender. Son detalles que el entrenador no puede controlar. Pedro Marí tiró un larguero que, de haber sido gol, pues habrían ascendido. Pero es parte del fútbol. No deja de ser un juego.

Así que le gusta…

Sí, sí. Hizo competir a todos sus equipos, también al Girona esta última temporada. Está muy bien preparado, conoce la categoría, es un buen tipo… yo espero que las cosas, al Leganés, le vayan bien. Siempre deseo lo mejor para el Lega. Ha sido un acierto para el Leganés.

Y aún así, no negará que la Segunda es complicada.

Es imposible que te lo niegue. Hay muchos equipos duros y muchos con el mismo objetivo. Buenísimos entrenadores, magníficos jugadores. Será una alta dificultad. Y el Leganés tiene que adaptarse ahora tras cuatro años en Primera a todo lo que supone la Segunda.

El núcleo vital de la plantilla viene de Primera, ¿los ve capaces de esa adaptación?

Es importante retenerlos si están mentalizados para competir en Segunda. Hay que hacerles ver que deben competir en una categoría diferente. Que es dura y muy larga. Que tiene mucho talento. Se deben adaptar otra a todo: los árbitros, a pasar momentos duros, a rivales difíciles… pero esta gente tiene esa capacidad. Es gente de club. Buena gente que sabe estar a las buenas y a las malas, que seguro que habrá malos momentos.

Así que clave, la mentalización.

Sí, la adaptación a Segunda. Y competir. Pero esos jugadores de los que me hablas han sido capaces de competir en todas las categorías. En Primera, en Segunda… algunos incluso en Segunda B.

Bustinza, por ejemplo.

O Javi Eraso, que pasó de Segunda B a Segunda, luego a Primera y ahora a Segunda. Es importante tener a esa gente enchufada en el Leganés. Lo conseguirán.

¿Habla con ellos?

No, no. Ahora están en lo que tienen que estar. Pero sí les llamo cuando tienen algún problema. Con alguna lesión que han tenido. A todos les sigo. A todos los que he tenido allí. Algunos están en Segunda B y otros en Tercera. Pero ellos fueron los que me llevaron a Primera División. Les estoy muy, muy agradecidos. Veo lo que hacen estén donde estén.

¿También con los chicos de la Real o el Alavés?

La misma. La misma. Ha habido algún jugador con algún problema importante y cuando algo les pasa, intento llamarles y preocuparme por ellos. Que sepan que están arropados. Preguntar cómo están. Pero cuando compiten, cojo distancia. Es diferente.

Silva ha fichado por la Real y a todos nos pilló por sorpresa…

Bueno, él ya había estado en el País Vasco, no te olvides.

En el Eibar, correcto…

Claro. Pero eso fue hace mucho tiempo, sí. David va en la línea de lo que la Real ya tenía. Se les ha ido un jugador importante como Odegaard y han seguido buscando jugadores muy buenos en el modelo de lo que gusta. Me gusta la velocidad como le convencieron para fichar. Que la Real esté jugando en Europa le habrá ayudado, pero sobre todo el modelo y la idea de la Real. La Real cree en lo que está haciendo. Seguro que David se adapta porque estamos hablando de un jugador de un talento descomunal.

Y vivir en Donosti ayuda…

Le cuidarán bien, seguro (Risas) Un chico de 34 años encajará perfectamente allí.

También están encajando los txuri-urdin en la Selección. Cada vez hay más…

Sí, ahora se ha estrenado Mikel Merino. Desde que llegó era un fichaje importante, pero había que tenerle paciencia. Venía de dos años con mala suerte por las lesiones entre el Borussia Dortmund y el Newcastle.

Jugar poco para un chaval joven siempre es difícil.

Sí, y al volver a España, aunque conozcas el país y la Liga, te cuesta todo un poco más. Pero Mikel es muy completo. Y con esa regularidad es normal que esté mostrando el nivel que tiene ahora. Y ya si lo juntas con Oyarzabal, que es top, con Zubeldia, con Barrenetxea… Portu, Bergara, Isak… son muchos que hacen las cosas muy bien para estar peleando por los mejores. Para estar arriba necesitas esos jugadores. Son un equipo joven y con una idea clara. Ojalá nos dé muchas alegrías en los próximos años.

Queda la final de Copa, no se olvide.

Por eso te digo. Poder ganar un título seguro que les hará muy fuertes mentalmente.