El Racing da un paso adelante ante la Gimnástica
Funcionó la presión alta en la primera mitad y se hizo con el dominio absoluto en la segunda cuando Rozada ensayó por primera vez con defensa de tres
No es fácil que un partido en el que participan cuarenta jugadores, en un campo pequeño, en plena pretemporada, con un montón de meritorios en ambas escuadras deje momentos para el recuerdo. No es ese, además, el objetivo de la cita. Se trata de acumular minutos de calidad e ir afinando los automatismos de cada escuadra. En ese sentido, Javi Rozada encontró motivos para salir satisfecho de La Albericia: la presión alta, el robo en campo contrario y la contra en tres pases comienzan a dar réditos. Y la verdad es que no es casualidad, es lo que llevan ensayando tres semanas.
En la primera mitad, con un once repleto de chavalería, más Iván Crespo y Bustos, los verdiblancos fueron capaces de impedir la salida de balón de los gimnásticos y robar una y otra vez para plantarse rápido en el área de Rumenov. A los torrelaveguenses hay que reconocerles que, pese a las dificultades, solo recurrieron al patadón en circunstancias excepcionales. Con Mateo Gandarillas, que fue el mejor, y Alejandro Cañizo reivindicándose ante Rozada, el gol llegó en una acción en la que participaron ambos culminando una contra llevada por dentro por Pablo Torre, que resolvió con un duro tiro cruzado el de Bádames. Lo mejor de la Gimnástica fue que nunca perdió la cara al partido, pese a las dificultades que tenía para poder combinar. Lo peor, la lesión de Vitienes, al que golpeó Íñigo al intentar cortar el inicio de una contra de los del Besaya, a los que frustró Iván Crespo un mano a mano con Basurto, tras un saque rápido de una falta que pilló despistada a la defensa santanderina.
La segunda mitad la aprovechó Rozada para ensayar un nuevo sistema, con tres centrales, Marco Camus de carrilero izquierdo y dos puntas. Nada que ver con lo visto desde que comenzó la pretemporada. Y, visto lo visto, no estaría de más que el ovetense porfiara en esa línea. Los locales mantuvieron el éxito en la presión, pero incrementaron la fluidez con el balón, con Ceballos y Camus percutiendo por fuera una y otra vez y Siverio y Nico atacando los espacios. La superioridad local mutó a indiscutible. La Gimnástica se desdibujó por completo. No encontró el antídoto para evitar el dominio santanderino y, probablemente, le perjudicó el carrusel de cambios. El Racing puso un once nuevo de golpe al inicio de la segunda mitad y Mateo García fue rotando a los suyos poco a poco. Un penalti absurdo regalado por Martín Solar permitió a Camus edulcorar el marcador desde los once metros.
El tramo final, con los de Mateo García perdiendo el orden, fue un recital de llegadas de Camus por su carril. El fútbol acepta todos los gustos, incluido el del propio futbolista, pero si Marco Camus no ha nacido para ser extremo zurdo, incluso carrilero, le falta poco. Llegando por ahí propició el gol de Siverio y acabó haciéndose el amo del juego.