Mahicas, goleador de cuna
Con una rotura muscular, no pudo jugar más esta pretemporada. El de Masquefa es un nueve de área que debe seguir una estricta dieta.
Julián Mahicas (Masquefa, 2001) es otro de los canteranos que ha estado a las órdenes de Vicente Moreno en Marbella. Este delantero que lleva el gol en la sangre disputó unos minutos ante el Huesca, pero una rotura muscular le ha impedido tener protagonismo en el resto de amistosos. "La temporada es muy larga", le dijeron desde el cuerpo técnico. A sus 19 años, y después de romper registros goleadores en el fútbol base, el jugador espera tener continuidad en el filial.
Es muy probable que la primera vez que Julián tocara un balón metiera ya un gol, incluso en la cuna. Así lo explica su padre Juan, que llegó a ser su entrenador en el equipo del pueblo. "Lo apuntamos con cuatro años y en los torneos siempre marcaba, incluso ante niños de cinco y seis años. En escolares marcó 48 goles y en prebenjamín rompió todos los récords: hizo 149. Salió hasta en los periódicos", relata.
Fue a esa edad cuando Barcelona y Espanyol fueron tras él. Juan, padre de cuatro hijos, conductor de tráilers y de autocares, no podía encargarse de los desplazamientos y, en aquel momento, el conjunto azulgrana le dio más facilidades. Mahicas siguió los pasos de su primo Alejandro Sánchez, y acabó en el Barcelona. En 2012, de alevín, lideró la victoria ante el Espanyol en Sant Adrià por 0-4. Anotó los cuatro tantos.
Con el paso de los años, y debido a su mentalidad como goleador ("a él le gusta pisar área, siempre mirar portería, lo remata todo, tiene la red en la cabeza", cuentan técnicos desde Sant Adrià), el Barcelona le dio la baja y se fue al Cornellà. De nuevo marcó más de 20 goles y en el Espanyol lo repescaron. "David Fernández había estado interesado en el chico desde pequeño", recuerda el padre.
Pero no todo fue de color de rosa en el Espanyol. "Ancho de hombros", como resuelve su padre, el primer año de juveniles apenas anotó cuatro goles y cogió algo de peso. La coordinación le ayudó y le puso una estricta dieta y el jugador maduró. "Era muy revolucionario, muy antisistema, pero con un gran corazón", recuerdan en la residencia antes de que la dejara para vivir con su abuelo en L'Hospitalet.
En el campo, su rendimiento ha sido notorio. En su segundo año de juveniles marcó 30 goles en Liga Nacional y el curso pasado se quedó en nueve tantos en 14 partidos. Un delantero de los de antes, de área, que tiene la portería entre ceja y ceja desde que era un niño. Un jugador a seguir en el filial y en los próximos años, que tiene como referentes a Cristian Ronaldo, Raúl González y Luis Suárez.