Campoo lleva 29 años esperando a Dani González

El 24 de junio de 1991 está grabado en la memoria colectiva del racinguismo. Ese día, en el estadio de Las Margaritas, el Racing ganaba 3-4 al Getafe, con el famoso autogol de Pombo, y el equipo santanderino lograba así su primer ascenso de Segunda B a Segunda. Con toda su épica (y también con su leyenda negra), es un día inolvidable, pero para una parte del racinguismo ha sido durante casi tres décadas un recuerdo doloroso: ese fue el día en el que colgó las botas Juan Carlos García Herrero y desde entonces ningún futbolista campurriano ha vuelto a vestir la camiseta del Racing en un partido oficial. Campoo, y especialmente Reinosa, se enorgullece, a pesar de la distancia a El Sardinero, de un racinguismo militante e inasequible al desaliento, con la Peña Kant-Iber al frente, y ahora empieza a soñar con la posibilidad de ver un nuevo reinosano debutando de verde y blanco: Dani González.

Durante los años ochenta fue muy habitual que el centro del campo racinguista alineara a dos campurrianos, Juan Carlos y Piru. Dos históricos que acabaron con 320 y 250 partidos, respectivamente, en el club de su vida. Son el 6º y el 13º con más presencias en el equipo a lo largo de la historia. Incluso, a principios de aquella década hubo otros dos jugadores, también centrocampistas, José Luis López y Javi Díaz, de Reinosa y Cañedo, respectivamente, que pueden presumir de una decena de partidos oficiales. Desde entonces, nada. Desde Las Margaritas, el jardín racinguista a la orilla del Ebro no ha producido un solo jugador. Alguno, como Gómez o Josemi, se quedó en el equipo filial.

Dani González, de 18 años, también centrocampista como Juan Carlos, como Piru, como López y como Javi Díaz, ha superado todo el escalafón racinguista, ya está entrenando a las órdenes de Javi Rozada y oposita a romper ese techo de cristal campurriano. De hecho, esta misma semana va a firmar su primer contrato, por tres temporadas, como jugador del Racing. Surgido de la cantera del histórico Naval, Dani se infló a meter goles en benjamines y fue llamado a hacer una prueba por el Racing, la superó con creces pero como el primer club de Cantabria no tenía equipo en esa categoría y pasó por el Bansander hasta que cumplió la edad para incorporarse a La Albericia. Entró en el Alevín B y, desde entonces, lleva nueve años soñando con lo que le ha comenzado a pasar esta semana, entrenar con el primer equipo. Como su colega y amigo Pablo Torre, Dani ha recibido muchas ofertas, este mismo año del Eibar, el Alavés y el Depor, pero su respuesta siempre fue la misma: "yo quiero jugar en el Racing".

Desde esta misma semana, Dani vive en la residencia del Racing en las Instalaciones Nando Yosu, donde ya estudia para sacarse el carné de conducir y se prepara para empezar los estudios de magisterio, pero hasta ahora, durante ocho temporadas, su vida ha sido un ir y venir Autovía de la Meseta arriba y abajo entre Santander y Reinosa (menos mal que no ha tocado Las Hoces más que de refilón). Ni un solo día, ni en pleno temporal de nieve o cuando la niebla cierra los túneles de Pesquera o de Lantueno, se ha perdido un partido o un entrenamiento. Gracias en gran parte al que durante muchos años fue su chófer particular, su abuelo Miguel González, ya fallecido. Si hay una imagen que define las ganas de ser futbolista de este reinosano es la de su abuelo conduciendo de vuelta a casa en plena noche, tras un entrenamiento, y él, atrás, con una luz frontal, de las que llevan los mineros, haciendo los deberes para el día siguiente. Su padre. Álvaro González, exentrenador del Naval y actual seleccionador cántabro Sub-16, también sabe mucho de estas idas y venidas entre el hogar familiar y la Avenida del Deporte santanderina.

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Dani González es un centrocampista de largo recorrido, lo que ahora se conoce como 'box to box', de área a área, muy fuerte, con buen juego aéreo y una extraordinaria llegada a la portería rival. Tal vez no sea un fino estilista, pero sí es un gran pegador. En su primer año juvenil, acabó la temporada con 32 goles..., jugando de '8'. Dani todavía está en edad juvenil, pero en principio los planes pasan porque juegue en el Rayo Cantabria, pero se mantenga cerca del primer equipo. Muy cerca. En la Peña Kant-Iber pueden ir enfriando el champán.