Leganés - Las Palmas, homenaje roto para volver a Segunda
El Leganés se estrenará frente al equipo de Mantovani, leyenda pepinera que retorna por primera vez al que fuera su estadio. Sin público, no recibirá el tributo que merece.
El redebut en Segunda será, para el Leganés, un déjà vu. En amarillo y emotivo hasta doler. No sólo para este club recién caído al pozo de la categoría de plata tras cuatro años en el Olimpo. También para él. Para Martín Mantovani. La UD Las Palmas, ha dictado el destino, se convertirá en el primer enemigo en el camino del (esperan en Butarque) retorno a Primera. Y por su pradera trotará en esa vuelta a los ‘infiernos’ el italo-argentino, capitán del ascenso pepinero a Primera y Leyenda (con L mayúscula) con el escudo del laurel.
Tanto es así, que en el acceso a la grada de animación su figura en forma de grafiti da la bienvenida a los hinchas, ésos que lloraron en su adiós el 19 de mayo de 2018, cuando lo despidieron en la última jornada de Liga (triunfo ante el Betis) junto a otra Leyenda. Se marchaba Garitano. Se marchó Mantovani. Y de ese escudo del laurel cayó una hoja. El Leganés, sin ellos, no era el mismo.
Sin abrazos y en silencio
Esta vez el retorno será más amargo. No habrá aficionados para gritar aquello de “Martín, Martín, Martín Mantovani”. Para desplegar pancartas, tifos o lemas. Para pedirle que se suba a la banqueta y, megáfono en mano, repita los cánticos que él mismo invento. Los abrazos con empleados, amigos y conocidos se quedarán escondidos bajo el toquecito de codo que manda la distancia social. Y a la salida del estadio, los flashes no iluminarán su cara en un rosario de fotos para el recuerdo. ¿Quién no querría acercarse en una fecha así a Mantovani? Pregunta con respuesta clara, pero sin manera de ejecutarla. No, no habrá algarabía en la vuelta de Martín con otra camiseta. Pellizco en el alma. Impotencia.
Se lo merecía. Un homenaje competitivo. De tú a tú y que gane el mejor. Porque él como pocos ha sabido representar en los últimos años el espíritu de un Leganés que se tatuó en el corazón apenas llegó rebotado en 2013 de una operación que pudo ser, pero no fue. Salió del Oviedo en Segunda B rumbo al Nancy (Ligue 1 francesa). O eso le dijeron. Lo engañaron. Quedó libre y ofuscado. El Lega lo fichó con Garitano al frente y el resto es historia. Mejor aún, Historia. También con mayúsculas: de Segunda B a Primera. Lo nunca visto en la Avenida de los Once Leones.
"Hola, te habla tu corazón"
Como sus discursos de arengas prepartido, las que se hicieron virales. Las que todos querían oír. La que recitó antes del ascenso en Anduva es ya un himno alternativo. “Te habla tu corazón”, gritó esa noche en la intimidad. Y luego ante las cámaras gritó más, mucho más. Porque ascendió a Primera cuando el destino no tanto tiempo atrás le había obligado a dormir en la calle para lograr el pasaporte italiano. Sufrió, pasó hambre e incluso pensó en dejarlo. Pero resistió y allí, en Primera, siguió trazando letras de oro en su currículum y el del Leganés. Como ser el primer pepinero que marcó en todas las categorías profesionales del fútbol español.
Dos goles hizo de blanquiazul en la élite y tres en el primer y único duelo que le midió al Leganés desde su marcha. En la última jornada de la 18-19, luciendo la zamarra del Huesca, se permitió el lujo de marcar los dos tantos del triunfo aragonés justo después de abrir marcador para su ex equipo en propia puerta. Aquello no fue un partido. Fue una cumbia deliciosa. Un verso más del binomio Mantovani-Leganés que el próximo fin de semana del 12-13 de septiembre tendrá otro capítulo nuevo. En silencio y sin abrazos. El retorno amargo de una Leyenda a Butarque.