LEGANÉS 3 - EIBAR 1
El Leganés goza a costa de un Eibar insípido e híbrido
Martí lució una alineación con nueve jugadores que arrancaron el curso pasado en la élite. Exhibición pepinera en la primera parte. Mendilibar rotó a un Eibar plano y sin tensión.
El Leganés pasó por encima del Eibar en su segundo amistoso de pretemporada. Goleada y pellizco en el alma. Viendo el despliegue pepinero, más de uno piensa en Butarque que su sitio sigue siendo una Primera División de la que cayeron con dignidad e impotencia. Tanto es así que sólo dos jugadores de la alineación que presentó Martí (Ojeda y Sergio) no comenzaron el curso pasado en la élite. Las rotaciones armeras (ayer jugaron frente al Rayo) no ayudaron al despliegue vasco que, pese a todo, decepcionó a Mendilibar, hiperactivo e hipermolesto por la imagen visitante. Omeruo, Rosales y Arnáiz marcaron para el Lega y Quique, de penalti y en el descuento, para el Eibar. En los locales debutó (y brilló) Perea como máxima novedad.
Arrancó el partido y en la mirada del Leganés se dibujó una distopía no demasiado lejana. Aquello no parecía un amistoso y su alineación era de todo menos un equipo de Segunda. Piel de Primera con más pólvora en el once que el que se despeñó al descenso el tramo final de la pretérita temporada. Curioso. Pudiera parecer ventajista, pero a Aguirre le habría venido de perlas tener a Ojeda, Ibáñez, Arnáiz y Sabin en su plantilla. No estaban. Lamentos de vapor. En esta mañana de la ID Butarque sí se desplegaron y facilitaron un triunfo de contrastes.
El ritmo alto y la disciplina blanquiazul de un once potente frente a la distensión del híbrido azulgrana. El Eibar fue poco Eibar y lo demostró en su (carencia de) nervio y problemas defensivos. Evidencia: el 1-0 de Omeruo. Un córner lívido que cabeceó sencillo el nigeriano a pase de Ojeda. Primer gol y primer berrinche de un Mendilibar que en la banda dio más espectáculo que los suyos sobre el césped. En este acto inaugural sólo Enrich de cabeza a centro de Inui (paradón de Cuéllar) alteró la calma pepinera cuando ya el marcador dibujaba el 2-0. Rosales hizo el segundo a pase de un Sabin hiperactivo en los espacios, preciso en los controles y rápido en las pugnas. Inabarcable a la espalda de Tejero, mereció un gol que no marcó él, pero sí Arnaiz por la misma autopista que era la defensa armera en su costado diestro.
Aun pudieron hacer alguno más los madrileños antes de un descanso que regaló oxígeno al Eibar y cambios en el Lega. Las sustituciones volcaron progresivamente el partido del lado vasco y, de la mano de Inui y Pedro León, el choque se igualó sin opciones de remontada, pero con merecimientos suficientes en los azulgranas. Quique González, de penalti y en descuento, maquilló un resultado con tintes de espejismo. El único equipo que mostró hechuras de Primera jugará en Segunda. Al Leganés aún le escuece la injusticia de su descenso.