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GIRONA

El Girona se prepara para un obligado cambio de ciclo

La entidad rojiblanca no puede mantener económicamente al bloque actual y le tocará vender. La cesión de Franquesa, una declaración de intenciones para afrontar el mercado.

El Girona se prepara para un obligado cambio de ciclo
Eddy Kelele

Cambio radical, y obligado, de discurso. El Girona se prepara para un cambio de ciclo y es que la conferencia de prensa que ofreció el pasado jueves el director deportivo del Girona, Quique Cárcel, fue un claro aviso de que el conjunto rojiblanco necesita reinventarse. Habrá cambios en la plantilla, jugadores importantes como Cristhian Stuani saldrán, y es que mantener el bloque actual es inviable económicamente. El equipo pasará de tener un límite salarial de 29 millones de euros a, presumiblemente, 15 y esto hará que los futbolistas con las fichas más altas tengan que abandonar el club. La nueva realidad indica que “tendremos un presupuesto normal de Segunda y dejaremos de ser favoritos para el ascenso”, dijo un Cárcel que parece estar listo para la nueva realidad.

Varios clubes han llamado ya a la puerta de las oficinas de Montilivi interesándose para algunos jugadores rojiblancos y es que saben que el Girona necesita vender. Stuani será el que acumulará más ofertas y Cárcel ya adelantó que “siendo realistas, probablemente Stuani se irá”. Su adiós ya muestra que algo en el Girona está cambiando. Este segundo año seguido en Segunda será de reinvención y es que la economía no permitirá grandes alegrías. Por ello, la incorporación de Franquesa (firmó el pasado jueves como cedido por el Villarreal) es una declaración de intenciones. Las cesiones serán, sin duda, una vía de escape para tratar de confeccionar un bloque competitivo este curso y Cárcel tratará de explotarlo para que ofrezca resultados. El director deportivo está atento a todos los descartes de Primera y, sin ir más lejos, ya tiene en su lista a jugadores como Marc Cardona (Osasuna) y, según la SER, a Anuar (Valladolid).

Estos días serán ajetreados en Montilivi, las salidas de jugadores como Bono y Bernardo no deberían demorarse en exceso, y es que Cárcel no tiene tiempo que perder. Cuenta con la confianza de los propietarios y la directiva y espera volver a obrar el milagro que, junto con Pablo Machín, consumó la temporada 2016-17 con el ascenso a Primera. Ahora le tocaría vivirlo con Francisco. Pero paso a paso. Ya avisó que la mirada este año debe estar, primero, en lograr la permanencia. La nueva realidad de un Girona obligado a reinventarse tras el varapalo sufrido en la final del playoff ante el Elche.