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BENFICA 2-REAL MADRID 3

Raúl y su Juvenil son el futuro

Los juveniles blancos con el 'Siete' a los mandos doblegaron al Benfica (2-3) y ganan su primera UEFA Youth League. Arribas y Miguel Gutiérrez, estelares. Luis López paró un penalti.

Actualizado a
Raúl y su Juvenil son el futuro

EI carácter ganador se transmite, vaya que sí. El Real Madrid llevaba siete años queriendo que su cantera sacase pecho también en Europa y tuvo que llegar Raúl, icono viviente del club, para lograrlo. El Siete terminó de darle esa pincelada que necesitaban tradicionalmente los Juveniles blancos en la UEFA Youth League, la Champions para los Sub-19, y le dio la Primera a La Fábrica madridista tras tumbar a un correoso Benfica por 2-3. Arropado por una generación tan talentosa como diligente, la de los Blanco, Miguel Gutiérrez, Marvin, Arribas y Luis López, ángel de la guarda parando un penalti, Raúl y sus chicos son presente luminoso y futuro esperanzador. 

Sin las espaldas del sancionado killer blanco Latasa, que cargan con el juego frontal, Raúl tuvo que replantearse su pizarra. Su Juvenil, fustigado por un tremendo esfuerzo físico con el cuarto partido en nueve días, tuvo que rasear la pelota como si fuera el undécimo mandamiento. Pero si algo es seguro en el fútbol, es que no hay dogmas escritos en tablas de piedra. Por eso el Madrid rompió con ese método, el balón al suelo y que la calidad decida. Así un centro de Arribas, convertido en el asistente oficial de este Juvenil (tres en la fase final) lo cabeceó con giro de cuello canónico un futbolista inesperado, Pablo Rodríguez. Giró las cervicales y la rodilla, ésta de más. Gol y lesión, lágrimas consoladas por Raúl en el banquillo.

El Benfica de los Araújos (hasta tres con Tomás, Tiago y Henrique, sin vínculos familiares) no sabía leer a Arribas con Morato, un central al que podrías poner al lado de Rubén Dias en el primer equipo y nadie lo notaría, muy perdido. Marvin buscaba al portero encarnado Kokubo. Un duelo de globalidad intercultural máxima. El madridista es internacional español, de origen coreano y nigeriano, ese último compartido con el portero benfiquista, de padre japonés. Pero a Kokubo le hizo más dueño el fuego amigo. Henrique Jocú se lanzó como un kamikaze a interceptar un pase de la muerte de Arribas a Dotor y metió el balón en su propia portería. Era el 0-2 a segundos de cronómetro del descanso.

LuÍs Castro intentó lo indecible en el vestuario para sorprender a Raúl. Al descanso metió a Ronaldo Cámara y cambió a cuatro futbolistas de posición, entre ellos Gonçalo Ramos, al que acercó al área. Y lo logró. Cuatro minutos tardó el Benfica en sacar rédito. Ramos rebañó un balón para el 1-2 y ocho minutos más tarde, con el gol entre medias de Miguel Gutiérrez, el atacante lisboeta hizo el doblete aprovechando un error de marca de Pablo Ramón. Un 2-3 que abría una nueva realidad en la final. Miguel Gutiérrez, por cierto, se confirmó como un tres de los que ganan partidos y títulos. Pura verticalidad. Lo comprobaron el Inter (gol de penalti) en cuartos, el Red Bull Salzburg en semifinales (de punterazo) y ayer. Marcelo tiene relevo...

Como también hay savia nueva vigorosa en las siempre fértiles porterías madridistas. Luis López adelantó por la derecha a Fuidias en la titularidad y le dio la razón a Raúl. En el minuto 70 el internacional Sub-19 nacido en Murcia le detuvo un penalti a Tiago Dantas con una mano derecha de hormigón y en el 94' sacó otro balón durísimo de Gonçalo Ramos.

Desde ahí una cascada de lesiones, con Embaló y Marvin K.O, una posible agresión de Kokubo a Arribas y un Benfica a machamartillo donde Henrique Aráujo tuvo un remate al travesaño en el minuto 95 que heló por un segundo la sangre de los 21 Juveniles blancos presentes en Nyon. Fue la traca final. El Madrid dio la última brazada y llegó a una orilla que llevaba siete años buscando. 

Un título que convierte a Raúl es el segundo en ganar la Champions como futbolista y la Youth League como técnico tras Mario Silva, pionero con el Oporto. El Siete se consagra y sus chicos llaman a las puertas del Castilla y de Primera. El futuro es blanco.