De Neymar Jr a Señor Neymar
Neymar se fue de Barcelona para crecer y lo ha conseguido pasando de excelente extremo a jugador total. Ante la Atalanta fue líder en un encuentro histórico para el PSG.
Cuando el Paris Saint-Germain se propuso vestir a Neymar Jr de su azul y rojo no pensaba que le costaría ni tanto tiempo ni tantos sinsabores llegar hasta la penúltima ronda continental. El dinero tiene sus procesos, más inmediatos, y puede ayudar a acelerar el 'timing' del fútbol, a aupar en las clasificaciones, pero el balompié no siempre atiende a las voluntades de los inversores.
Este miércoles, el brasileño por fin pudo apuntarse a un partido absolutamente clave en Europa con el Paris Saint-Germain. En los años anteriores, las lesiones le privaron de estar en la vuelta contra el Real Madrid (octavos de la 17-18) y de toda la eliminatoria contra el United (misma ronda en la 18-19). Esta 19-20, ha conseguido darle un giro de 180 grados al rumbo europeo de los parisinos.
No fue hasta el 26 de noviembre cuando el 10 entró en juego en la Liga de Campeones. Ney volvía al Bernabéu después de que una sanción y una lesión le impidieran aparecer por la fase de grupos contintental. 45 minutos y con empate (2-2). En casa, ante el Galatasaray, calentó para lo que se venía con gol y dos asistencias. Parón hasta febrero, esperaba el Dortmund.
En Westfalia, su gol, que nació de una tremenda jugada de Mbappé, dio vida al PSG en la eliminatoria. Los de la capital temían otro batacazo. En París, Ney arrancó la remontada. Quería el balón en sus pies (3,9% de posesión, el que más de los de arriba) y apenas se lo arrebataron, solo una vez. Además, abrió la lata de cabeza aprovechando un córner botado desde la derecha y se puso a meditar imitando a Haaland. Él ya ha sido ese joven arrogante y aún le quedan reminiscencias. Disfrutó de poner al gigante noruego 'en su sitio'. De cabeza y con su celebración, con su propia medicina. Entonces, la Covid-19 ya hacía estragos en Europa y la Champions se tuvo que aplazar y convertir en una final a ocho en Lisboa.
Culmen ante la Atalanta
Anoche, en Lisboa, sabía que estaba solo. Acompañado de diez más, si, pero sabedor de que nada más Kylian Mbappé, en el banquillo y tocado, consigue ser tan determinante como él en París.
Cuasi único responsable del futuro del PSG en la Champions, ahí es nada, cargó con esa losa como se esperaba ante la Atalanta. El brasileño estuvo activo desde el principio y pasaba por ser la única arma de los capitalinos. En el minuto 10, pudo abrir la eliminatoria pero su mano a mano se marchó lejos. De cara a gol, todo fueron errores y aún así, mató a la Diosa.
El brasileño era referencia en largo para Keylor, ya que Papu ahogaba a Marquinhos en la salida de balón, y tras recibir atraía y dejaba atrás a rivales. Hasta dieciséis veces con éxito, una barbaridad a altura de Messi. Su corte de pelo a lo mohicano y su acierto en el regate recordaban a sus tiempos en el Santos. Como hacía con el Peixe, llegó a quedarse parado con el balón muerto en sus pies y fijando los ojos en sus rivales hasta arrancar y llevarse el empujón por rabia. Talento que se transforma en cierta osadía y que le ayuda a forzar falta tras falta, que recibe con cierta estoicidad, aunque no siempre.
Pasó por sus momentos de desesperación, no perdió el norte, y le dio la vuelta a la eliminatoria con dos acciones clave. En el primer gol, bajó el balón y se la cedió con algo de suerte a Marquinhos. En el segundo, mareó a toda la defensa italiana antes de filtrar un pase de lujo para Mbappé que asistió a Choupo-Moting para hacer el 2-1.
Ante la Atalanta, Neymar demostró una vez más su evolución fuera de Barcelona. De excelente extremo a jugador total. Que el 'Jr' de su camiseta ya solo indica que es hijo de Neymar pai, no un crío. A sus 28, 'Sr. Neymar' ansía ganar su segunda Champions League en París mientras tantea su regreso a Barcelona. Que afición por Batman o por los videojuegos no les distraiga, Neymar ha madurado, al menos, sobre el verde.