Oriol Riera cuelga las botas: "Empieza el Oriol entrenador"

"Este deporte te quita más que te da, pero cuando te da, te recompensa tanto que vale la pena recorrer el camino. Esta es la frase que para un jugador de fútbol mejor define este deporte, un camino lento, difícil y con muchos obstáculos para llegar a la cima y poder disfrutar de lo que todo aficionado querría. Mis recuerdos más antiguos e importantes son de mi época en el fútbol base de Espanyol y Barça, una etapa muy difícil para compaginar estudios y fútbol, en la que cada día hacía tres horas de coche para ir a Barcelona a seguir mi sueño. Un sueño compartido por toda mi familia. Tuve la fortuna de nacer en el seno de una familia muy humilde, sin recursos cuando eran jóvenes, que construyó una vida de éxito conforme a unos valores que tanto mi hermana como yo compartimos. Los días que no entrenaba en Barcelona lo hacía con mi familia, con mi padre de entrenador, mi madre de portera y mi hermana de recogepelotas. Fueron pasando los años y entre entrenamientos y discusiones... Aún recuerdo en mi etapa juvenil mis primeros partidos convocado por el Barça, incluso en la Champions, para nosotros, que veníamos de Vic, ya era un éxito. En sus caras me mostraban este orgullo. Sin sus valores y su ayuda, nunca hubiera recorrido este camino tan bonito. He pasado muchos equipos de España y también del extranjero, de todos me he llevado algo importante, grandes amigos y una experiencia increíble. A veces uno se piensa que, en momentos difíciles, todo es oscuro, pero no es así, siempre hay rayos de luz... La Cultural, mi Cultural, fue mi primer equipo real, allí aprendí las bases de lo que es ser futbolista. En Vigo fue una atapa muy bonita, llegando a debutar en Segunda... Pero mi experiencia más difícil fue en Córdoba. a nivel deportivo conseguimos el objetivo a pesar de las dificultades económicas que acabaron en ley concursal. Mi gran experiencia en la capital fue con el Alcorcón, en Madrid. Tenía una oferta cerca de casa, pero elegí ir allí y fue una de las mejores decisiones que he tomado en mi vida. Mi primer año con Anquela y el segundo, con Bordalás, pasaron a la historia del club. De Anquela aprendí a esperar mi momento, a tener paciencia y entrenar mejor que nadie. Mención aparte se merece Bordalás, con el entendí lo que era el juego, mejoré tácticamente y aprendí lo que era competir mejor que nadie... Muchas gracias a los dos. Qué decir de Osasuna, por todos es sabido mi amor por el club y la ciudad. Allí me convertí en mejor persona y fui padre. Es el mejor ambiente que he vivido en un campo de fútbol y un vestuario, estoy seguro de que mi amistad con ellos será para siempre. Con el Dépor conseguí dos permanencias seguidas en dos momentos difíciles. Aún recuerdo aquella permanencia agónica conseguida en el Camp Nou el día de la despedida de Xavi. No me olvido de mis experiencias fuera, en Wigan y el Sydney... En el Fuenlabrada no he podido haber tenido mejores compañeros y amigos, con amor propio, ambición y solidaridad. Mi último partido como profesional fue marcando y dando la victoria al equipo. Después de 16 años como profesional pongo punto y aparte a mi carrera como jugador.  Han sido años difíciles y a la vez bonitos. Me mueven los retos y ahora es momento de iniciar otro camino, se va el Oriol jugador y empieza el Oriol entrenador. Hace años que lo llevo pensando. Será un reto difícil, pero apasionante. Muchas gracias a mis compañeros, rivales, entrenadores tanto a nivel profesional como en el fútbol base... De todos he aprendido cosas que me servirán en el futuro. Y por qué no a todos los periodistas de este deporte, que nos seguís y a la vez nos criticáis. Me he sentido un privilegiado haciendo lo que más me gusta. Gracias a Javier Picallo, mi agente, y a mi mujer, madre de mis tres preciosas niñas".