Los tres primeros refuerzos, a romper el maleficio
Pol Lozano, Víctor Gómez y Víctor Campuzano tendrán dorsal del primer equipo. En las últimas campañas, Pedrosa, Lluís, Álex, Pipa y Puado apenas participaron.
Para algunos directores deportivos, los jugadores que ascienden del filial son considerados fichajes. No les falta razón, porque representan habitualmente las primeras altas de las plantillas, como es el caso del Espanyol. Víctor Gómez, Adrià Pedrosa y Pol Lozano, quienes ya participaron el curso pasado y estuvieron en la dinámica del primer equipo, son ahora a plenos efectos jugadores con dorsal inferior al número 25.
A la espera de saber la reconfiguración de la plantilla y de si todos ellos se mantienen o salen cedidos, tienen ante sí un gran reto. De los últimos canteranos que han ascendido al primer equipo ninguno de ellos ha logrado consolidarse. Eso ha ocurrido en las dos últimas temporadas. En el curso 18-19, Pipa, Javi Puado y Álex López disfrutaban de su dorsal de primer equipo. El lateral no llegó a debutar y tuvo que irse cedido en enero al Nàstic; el delantero jugó 320 minutos y el mediocentro apenas 110. Este curso, también sin minutos, tuvieron que marcharse.
En el curso que acabó recientemente el protagonismo de los jugadores con dorsal fue similar. Al jugar tres competiciones, los técnicos les dieron más minutos, pero Lluís López solo contó con David Gallego y se marchó en enero al Tenerife después de jugar 300 minutos. Adrià Pedrosa, llamado a ser el lateral izquierdo titular, vivió a la sombra de Dídac Vilà aunque llegó a jugar 1.086 minutos.
Víctor Gómez ya ha disputado prácticamente los mismos minutos esta campaña que Javi López, mientras que Campuzano ha sido una alternativa en ataque aunque es la zona en la que la dirección deportiva pondrá más esfuerzos en buscar refuerzos. Lozano es el que ha jugado menos, pero quizás el futbolista con mayor proyección debido a la zona que ocupa en el campo y las bajas que se pueden producir, con las salidas de Marc Roca, Sergi Darder o David López.