El Espanyol no puede volver a quemarse con el gol
Hasta 26 'nueves' ha dejado salir el club perico en la última década. Ha recaudado 90 millones, pero al final le ha costado un descenso. Y ahora le urge.
Venía siendo una constante cada temporada de la última década, con la única excepción del curso 2014-15, que se quedara el Espanyol sin sus máximos goleadores. Sin su 'nueve'. O, directamente, sin el ídolo de la afición. Desde Raúl Tamudo, quien se marchó libre en el verano de 2010, hasta Borja Iglesias, traspasado hace un año, y con la más que probable salida de Raúl de Tomás, el club perico ha ido jugando con gol, que es el fuego del fútbol, hasta quemarse. Y la situación va a ser igual o más crítica en Segunda.
Hasta 89,6 millones han recalado en las arcas del RCDE Stadium por la venta de delanteros desde 2010: los 28 de Borja Iglesias, 20 por Gerard Moreno, 16 por Dani Osvaldo o 5,8 por Leo Baptistao, como las más cuantiosas. Pero otros muchos han salido por una cantidad casi simbólica –los tres millones por Cristhian Stuani o los 2,5 por Felipe Caicedo– o directamente gratis: el caso del propio Tamudo, Iván Alonso, Ferran Corominas, Jhon Córdoba o Sergio García, por solo citar a algunos de los más significativos.
Al final, 26 delanteros centro han abandonado el Espanyol en esta última década, ya fuera porque el negocio le convenía al club, al jugador (habría que estudiar por qué duran tan poco la mayoría de futbolistas en Cornellà), porque acababan contrato o cesión, o por bajo rendimiento. Como Jonathan Calleri y Facundo Ferreyra, las últimas salidas confirmadas, a quienes se unirá con total probabilidad De Tomás, mientras que Javi Puado (cedido al Zaragoza) no es nada seguro que vuelva. Así las cosas, a día de hoy solo cuenta el primer equipo con Wu Lei y Víctor Campuzano (pretendido, por cierto, por algún Segunda) como 'nueves'.
Y, aunque suena con fuerza Gabriel 'Toro' Fernández, del Celta, no será en absoluto suficiente un solo fichaje realizador para una categoría en la que el gol marca las exiguas diferencias entre el ascenso y la lucha por la permanencia. Sobre todo tratándose de un Espanyol que, con todo el arsenal que supuestamente tenía, viene de anotar 27 dianas en 38 jornadas en Primera. De quemarse por tanto jugar con el gol.