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ESPANYOL

Los 30 años del ‘Maestro’ con la cláusula más alta del mundo

Francisco López Alfaro fichaba por el Espanyol procedente del Sevilla a finales de julio de 1990. Una leyenda que pasó a la historia dentro y fuera de los terrenos de juego.

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FRANCISCO FUTBOLISTA DEL ESPANYOL
DIARIO AS

“Le deseo los mayores fracasos deportivos”, espetaba el entonces portavoz del Barcelona, Joan Gaspart, aquel martes 24 de julio de 1990 en que Luis Milla compraba su libertad para irse al Real Madrid “por culpa de Johan Cruyff”, aseguraba el futbolista. Eran sin duda tiempos en que las declaraciones, los valiosos testimonios, se anteponían al hermetismo actual. Tiempos en los que se podía seguir íntegramente un entrenamiento del Espanyol, como el que ese día discurría a dos mil metros de altura, en la estación de esquí de Superbagneres. Y en los que a Barcelona llegaba la magia.

Mientras el equipo de Luis Aragonés preparaba la temporada en Francia, en Sarrià era presentado hace 30 años, a las siete en punto de la tarde, Francisco López Alfaro. Firmaba por tres temporadas, aunque se quedó durante nueve cursos, en los que no solo se desempeñó como jugador. Dani Solsona, que ejercía de secretario técnico, y el gerente, Joan Lacueva, habían comandado una operación que el presidente perico, Julio Pardo, selló por unos 60 millones de pesetas (unos 360.000 euros) a pagar al Sevilla, su club de procedencia y con el que alcanzó la internacionalidad española, por ejemplo, en la Eurocopa de 1984.

Con el dorsal 18 a la espalda en el primer curso, aunque lo iría cambiando continuamente, debutaría en un Espanyol que acababa de regresar a Primera, al mando de un ‘Sabio de Hortaleza’ que sentía un amor platónico por el centrocampista. Y, aunque la marcha del equipo no fue envidiable, Francisco sí fue brillando y ganando galones, hasta el punto de que año y medio después de su llegada ya era capitán. Se lo impuso Javier Clemente, por aquel entonces el técnico, quien le dio a elegir entre la capitanía o la suplencia.

Francisco salta ante Luis Enrique en un Real Madrid-Espanyol.
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Francisco salta ante Luis Enrique en un Real Madrid-Espanyol.DIARIO AS

Donde no pudo elegir fue en la traumática promoción de la temporada 1992-93, el último descenso hasta el actual, que no pudo jugar por una inoportuna lesión de rodilla. Sí lo hizo en Segunda y, cómo no, de vuelta a Primera. Otra lesión, una impactante fractura de tibia durante el Deportivo-Espanyol del 28 de enero de 1997, sí terminó con su carrera sobre el césped.

Sin embargo, seguía con contrato en vigor. Así que en agosto de ese mismo año, y después de que la noticia del verano fuera que el Betis había impuesto una cláusula de 65.000 millones de pesetas a su flamante fichaje, Denilson de Oliveira, al delegado del Espanyol, José María Calzón se le ocurrió superarla. Y Francisco pasó a ostentar la cláusula más alta en la historia del fútbol español: 70.000 millones de pesetas. A día de hoy, y traducido a euros, seguiría siendo una cantidad escandalosa: 420 millones.

En su faceta de técnico, en 1998, todavía en el Espanyol.
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En su faceta de técnico, en 1998, todavía en el Espanyol.DIARIO AS

Alejado del verde, y como quiera que se estaba sacando el carnet de entrenador, fue uno de los ayudantes de Manolo Romero al frente del Cadete B del Espanyol que conquistó la Nike Premier Cup (considerada un Mundialito de la categoría) en Manchester. Y también se dedicó a elaborar informes sobre los rivales del primer equipo, que le trasladaba primero a José Antonio Camacho y después a los entrenadores que fueron llegando.

Hasta 1999, cuando decidió dejar el club. Para entonces ya era el ‘Maestro’. Uno de los futbolistas más mágicos del Espanyol moderno. Y el propietario de la puerta 18 del RCDE Stadium. La de su primer dorsal, hace ahora 30 años.