La trituradora de Chen en el Espanyol no se detiene
Los directores de comunicación y de seguridad son los últimos damnificados este curso, tras Guasch, Perarnau, Filomeno, Navarro, García Pont y tres entrenadores.
Resulta casi imposible seguir la cuenta de los movimientos realizados por Chen Yansheng en cargos de responsabilidad desde que su aterrizaje en el Espanyol se hiciese efectivo en enero de 2016. Tan cuantiosos que suponen por sí solos toda una demostración de que su proyecto ha ido dando tumbos, plagado de equivocaciones, al menos desde su propio punto de vista, pues de lo contrario tanto cambio hubiera sido innecesario.
Los últimos en sufrir la voracidad de esta trituradora en que se ha convertido el Espanyol del presidente y propietario del 99,55 por ciento de las acciones han sido, este mismo viernes y aún sin anuncio oficial, el director de comunicación, Agustín Rodríguez, y el de seguridad, Antoni Guerra. Se da la circunstancia de que ambos fueron nombrados casi simultáneamente, en el último trimestre de 2018, por lo que su desempeño en el club perico apenas habrá durado algo más de año y medio. Y, desde luego, solo por las tareas que les eran propias, no se les puede achacar a ninguno de los dos un cierto grado de responsabilidad en los resultados deportivos, cuando menos en el descenso y la peor temporada de la historia del Espanyol.
Con Rodríguez y Guerra se cierra (por ahora) un desdichado curso en el que ya habían sido apartados de sus funciones desde dos directores generales, Roger Guasch y Óscar Perarnau (éste del área deportiva), al director comercial y de márketing, Agustí Filomeno, pasando por el coordinador de fútbol base, Fran Navarro, y la reciente dimisión del vicepresidente Carlos García Pont. También han caído tres entrenadores: David Gallego, Pablo Machín y Abelardo Fernández.
Y, mientras tanto, el poder se ha ido acumulando principalmente en tres figuras. En Francisco Joaquín Pérez Rufete, director deportivo que planificó la plantilla del descenso y que ahora comanda el proyecto obligado a ascender en un año, En José María Durán, que en diciembre aún trabajaba en el Getafe y que, siete años después, es director general y consejero delegado. Y en Mao Ye Wu, proclamado subdirector general y único ejecutivo con poder que resiste desde el principio de la era Chen.