La importancia de los detalles
El Huesca no demostró en El Sardinero y el Racing se limitó a no cometer los fallos groseros que le caracterizan. Amago de pelea por un calentón de Pulido
El calentón de Pulido
El Racing no jugó mejor frente al Huesca que en la mayoría de partidos de esta temporada. Lo que marcó la diferencia respecto a la mayoría de las jornadas es que esta vez el equipo de Oltra no se suicidó. El penalti absurdo, la expulsión innecesaria la cantada increíble del portero..., esos errores no forzados que han llevado al Racing a Segunda B. Cuando no hizo eso el Racing mantuvo el tipo frente a la mayoría de los equipos y el sábado tuvo además la fortuna de tener enfrente un equipo que se equivocó. El Huesca vino a Santander creyendo que ganar al colista venía de suyo. Y no, jugando al trantrán no se gana a nadie. Supongo que a estas alturas, pasado ya el calentón, Pulido, el central oscense, ya se habrá dado cuenta de que la culpa fue de la traca del Huesca y no de nada raro (hubo conato de pelea porque al terminar el partido le dijo a Cejudo: "Venga, ahora iros a disfrutar de la prima que habéis ganado"), que por la actitud de unos y otros no parece verosímil.
Autoridad
Otro de los que ante el Huesca dio señales de jerarquía fue Jordi Figueras. Es verdad que este ya lo había demostrado, pero en los últimos meses, con la caída a los abismos del equipo, cada vez se oían más voces recordando las lesiones que le lastraron en su anterior paso por Segunda B, la hierba artificial y todo eso, ya saben. Es verdad que ya tiene 33 años y que sí es cierto lo de las lesiones, pero también que en dos temporadas ha jugado 56 partidos y que cuando está en el once la defensa del Racing es otra. Cuestiones económicas aparte, que las cuentas las tienen que echar otros, yo no me plantearía romper el contrato con uno de los jugadores que más marca las diferencias del equipo. Y si tiene que rotar cuando se juegue en hierba artificial, que rote.