La cuenta atrás de Braithwaite
Su protagonismo ha descendido en el tramo post-confinamiento. Acabará jugando por la lesión de Griezmann, pero su futuro en el Barça no está claro.
Las apariencias post-confinamiento engañaron con Braithwaite. Obediente con los deberes de los preparadores físicos del Barça, llegó en buena forma y, con Suárez todavía protegido por Setién, fue titular en Mallorca. Marcó el 0-2, que sorprendentemente celebró poco pese a que era su primer gol con el club azulgrana, y jugó los 90 minutos. Se movió bien y convenció tanto a Setién que en el partido contra el Sevilla, el primero en el que el Barça tropezó, le quitó el puesto de titular a Griezmann. Jugó 63 minutos y no hizo gran cosa. Ese día empezó a apagarse Braithwaite. Desde entonces, apenas ha jugado cinco minutos ante el Athletic para perder tiempo, 21' contra el Celta (otro tropiezo), 17' ante el Villarreal en el que pudo marcar dos goles y ocho ante el Espanyol.
200 minutos en cifras redondas no parecen suficientes para garantizar la continuidad del delantero danés, que firmó el 20 de febrero un contrato hasta 2024 con una cláusula de rescisión de 300 millones de euros. Pero las condiciones de su fichaje fueron especiales. Después de fracasar en la negociación por Rodrigo, Werner y Aubameyang, el Barça desistió de fichar un delantero en enero tras la lesión de Suárez y lo fió todo en la recuperación de Dembélé, una mala idea. Primero, porque el francés no tiene nada de delantero centro goleador. Y segundo, porque no es un jugador fiable. Dembélé se rompió el tendón del bíceps femoral de la pierna derecha y ya no hubo más remedio que traer a un jugador. El Barça sólo podía fichar a algún delantero de LaLiga y Braithwaite fue la solución. No era un plan.
Lo más normal es que el Barça mueva a Braithwaite, jugador que tiene cartel en LaLiga y en la Premier. Habrá que ver, no obstante, cómo queda el escenario en el frente de ataque del Barça. Si finalmente Lautaro acaba en el Camp Nou y Suárez apura su último año de contrato, Braithwaite se quedará sin sitio. Otra cosa sería que el Barça digiriese sus esfuerzos a Neymar y apurase el último año con Suárez en el once. Braithwaite entonces podría ser un buen suplente para el uruguayo. Pero, a día de hoy, al sueño de Braithwaite, que en todo caso irá a Lisboa con sus compañeros como viajó a Nápoles para integrarse en el grupo cuatro días antes del Clásico que pudo cambiar su vida como jugador azulgrana en el Bernabéu, le quedan dos partidos. Está en la cuenta atrás.