El Eibar respira con dificultad, el Leganés se desangra en Ipurua
El punto es insuficiente, sobre todo para los madrileños, que tienen la salvación casi imposible. Los de Mendilibar, con cuatro puntos por encima del descenso.
El Leganés frenó al Eibar en Ipurua, donde se produjo un empate (0-0) que no contenta a nadie, porque sirve de poco en la lucha por la permanencia debido al triunfo del Mallorca. Era una final, y los dos equipos jugaron muy nerviosos, atenazados por el miedo al descenso en un partido muy malo. Los guipuzcoanos buscaban un triunfo tranquilizador para alejarse del peligro, mientras que los madrileños necesitaban la victoria para seguir manteniendo viva la llama de la esperanza en la lucha por sobrevivir en Primera División. Ni unos, ni otros lograron su objetivo, lo que beneficia a sus rivales.
El entrenador azulgrana, José Luis Mendilibar, hizo seis cambios respecto al once inicial que perdió en Sevilla el lunes con un 4-4-2; mientras que el técnico de los blanquiazules (jugaron de verde), Javier Aguirre, repitió el mismo equipo que venció en el feudo del Espanyol el domingo, con una defensa de 5 hombres (un 5-4-1). Los dos conjuntos actuaron con mucha intensidad desde el principio, ya que se jugaban la vida, aunque inicialmente hubo más lucha que buen juego. El Eibar llevó la iniciativa al principio ante un Leganés que esperó agazapado atrás, y Kike García 'abrió el fuego' con un cabezazo que paró el portero ex-azulgrana Cuéllar; mientras que respondió Aitor Ruibal con un buen disparo que el guardameta Dmitrovic despejó para enviar a córner.
La primera parte fue muy igualada y aburrida, ya que los locales no acertaron a superar la doble barrera defensiva visitante de cinco y cuatro hombres. Un cabezazo de Tarín -le quitó el balón a su compañero Bustinza cuando se aprestaba para cabecear a placer- en un saque de falta botado por Rosales, sacó del sopor a los presentes. Poco antes del descanso, al que se llegó con un previsible 0-0 dada la igualdad entre ambos contendientes, Pape Diop cabeceó fuera un saque de esquina.
En la segunda mitad, los eibarreses comenzaron a profundizar por la banda izquierda con José Ángel 'Cote', cuyos centros habitualmente crean peligro. Pero en esta ocasión, ese 'arma' ofensiva fue desactivada por un Leganés que trabajó bien presionando en el centro del campo y defendiéndose con orden y seguridad. Mientras tanto, el juego del Eibar era gris, como el tiempo climatológico, con nubes en lugar de sol en Ipurua, sin ideas para superar la tela de araña visitante.
Mendilibar movió el banquillo y dio entrada a Inui, Cristóforo y Charles para intentar llevar la batuta del encuentro. Tarín estuvo a punto de marcar en su portería cuando intentaba evitar el remate de Kike García, quien minutos antes fue derribado por detrás en el área pero el árbitro no señaló el penalti que reclamó el delantero conquense. A pesar de los cambios, el Leganés se defendió como 'gato panza arriba' y los locales no tuvieron ideas para superar su blindaje defensivo. Los nervios por el miedo al descenso atenazaron a unos y otros, sobre todo a un equipo azulgrana al que le 'pesaban las piernas' y que no tuvo las ideas claras en ataque, ya que actuó muy atascado. En los últimos minutos se jugó muy poco, porque Bustinza se lesionó sólo, mientras que Cuéllar se quejó de problemas en un ojo, con lo que se perdió tiempo. Con todo, el Leganés buscó el triunfo -el empate no le bastaba- a su manera, también con más ganas que acierto ofensivo.