Lo de siempre, Cejudo y uno que siempre la pide
El de Fuenlabrada fue uno de tantos partidos del Racing. No fue peor, pero un error puntual le condenó. Martín Solar pareció la luz al final del túnel
Desesperante
Si lo es para los aficionados, que no debe ser para los futbolistas (los que siguen en el barco) y para José Luis Oltra, que está dando una lección de saber estar y está honrando la profesión de entrenador. No gana, ha descendido, pero trasmite la sensación de que cree que cualquier día lo pueden conseguir. Y lo intenta una y otra vez. Y los futbolistas que anoche estuvieron en el Fernando Torres también. No hay nada que reprocharles, incluso a Carmona, que estuvo catastrófico o a Abraham, que defensivamente no puede cuando el rival está más o menos en forma. Otra cosa es a los que no estuvieron. Cada vez se hace más difícil creer que en tres semanas se hayan producido diez bajas. ¿Cuántos podrían/querrían jugar si hubiera algo en juego? Lo último, los 'motivos personales' de Sergio Ruiz. El lunes, tras el entrenamiento, alardeando de la profesionalidad del equipo para defender el escudo y competir en los cuatro partidos que quedaban y el martes no se subió al autobús. La afición es buena, casi santa, pero todo tiene un límite.
Las quiere todas
Martín Solar debutó como racinguista en Fuenlabrada. Y lo mejor que se puede decir de él es que fue Martín Solar. No se corta, pide todos los balones, da soluciones siempre al compañero que tiene el balón y genera un dinamismo que no se ha visto en toda la temporada en el centro del campo del Racing. Solo una vez dudó: debió rematar desde la frontal y sin embargo la alargó hacia la izquierda. Se equivocó, pero fue la única vez. Bien, Martín. Y, no sé, será una fijación mía, pero tengo la sensación que Siverio está tocado por una varita mágica que hace que en cuanto está en el área le empiezan a caer al lado balones para que los pueda rematar. Tiene un don. Y le han tenido en boxes todo el año. Una más del que te dije. Y de los que le escucharon.