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ESPANYOL 0-LEGANÉS 1

Silva apuntilla al Espanyol

Espanyol y Leganés demostraron por qué son los dos últimos: oda a la Segunda. Los pericos, virtualmente descendidos. El Leganés, con la salvación a siete puntos.

Atronaba por megafonía el ‘I will survive’ mientras en un desolador RCDE Stadium calentaban los titulares de Espanyol y Leganés. Aunque lo de que calentaban es un decir, entre las altas temperaturas, la humedad y las llamas del infierno que arden ya bajo las entrañas de los dos peores equipos de LaLiga. Bajo uno que ha hecho todo lo posible por resistir pese a que le expoliaron el gol, y otro que ha acumulado más méritos para quemarse que un pirómano. Sobrevivirán, que no es poco. Otra cosa es vivir.

Porque, no contentos con sendas temporadas catastróficas, el espantoso espectáculo que pericos y pepineros brindaron de entrada fue para echarse a llorar. Contribuyó el tupido 5-4-1 de Aguirre, con Guerrero en punta por la lesión de Óscar. Pero también la incapacidad de los de Rufete, quien presentó a Javi López, Pedrosa y Wu Lei como principales novedades. Lejos de luchar por colgarle al otro el farolillo rojo, parecían ambos equipos empeñados en ser el peor de LaLiga. Como si tuviera premio.

Lo único mareante, y reseñable, en toda la primera mitad fue la lipotimia de Raúl de Tomás, que le dejó aturdido aunque tras unos minutos pudo continuar. Eso sí, siendo con su tendinitis a cuestas una sombra de lo que fue. Como el Espanyol al completo, que hace unos meses se paseaba por Europa. Igual que en aquel 2007 en que, cuando tuvo que jugar a puerta cerrada en Livorno, afirmó el presidente Sánchez Llibre que por el ambiente se había asemejado a “un partido de Preferente”. Este Espanyol-Leganés ni soñaría con ello.

Y eso que lo animó en la reanudación Jonathan Silva, que se plantó solo ante Diego López para superarlo entre las piernas. Al 0-1 respondió el inaudito RdT con un disparo de falta que rechazó Cuéllar. Sí pudo celebrar el Espanyol durante una décima de segundo el tanto del empate, anotado por el madrileño, pero ubicado en claro fuera de juego. En el tramo final gozó de otra clara, que envió fuera. Ahí ya jugaban con diez los blanquiazules por la expulsión de Calleri, que puso así una rúbrica a su terrible campaña.

No volvió a sonar el ‘I will survive’ al final en el RCDE Stadium, apuntillado y rematado el descenso virtual de un lamentable Espanyol que puede oficializarlo en el Camp Nou. La melodía tampoco sonará en el autocar del Leganés, aunque alguno la silbará tímidamente, con la permanencia a siete puntos cuando quedan 12 en juego. Pasaría a la historia si se salvara. Al menos lo habrá luchado. Otros hace tiempo que se dieron por vencidos, hasta el punto de que firmarán su peor temporada de siempre.