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MEMORIAS DE SUDÁFRICA

Mundial-2010: pasó el 28 de junio

España y Portugal, dos de las selecciones candidatas a llevarse el título al final de la competición velan armas antes de medirse el día siguiente en Ciudad del Cabo, en el estadio Green Point. Tanto españoles como portugueses llegaban en un óptimo estado de juego: la derrota ante Suiza en el primer partido había espabilado a los de Del Bosque, mientras que los lusos acumulaban 19 encuentros sin conocer la derrota (no perdían desde el 11 de febrero de 2009).
Este España-Portugal en Suráfrica iba a vivir un encuentro con mucho morbo en los banquillos. Por parte española estaba Vicente del Bosque, y por el lado portugués figuraba Carlos Queiroz. Fue precisamente el portugués quien relevó al salmantino en el banquillo del Real Madrid en el verano de 2003. Florentino Pérez decidió prescindir de Del Bosque y fichó al luso como relevo.
Vicente del Bosque se mantenía con los pies en el suelo antes de medirse a los portugueses: “Se puede decir que hemos cumplido con un mínimo exigible, pero somos ambiciosos e inconformistas. Ante Portugal, que no es un partido España-Cristiano porque ellos son un buen equipo, es una eliminatoria en la que hay ilusión, pero pase lo que pase, España tiene una buena generación. No habrá ninguna revolución si caemos eliminados…”.
Por su parte, Carlos Queiroz se mostraba retador en las horas previas: “España tiene un buen balance de resultados, pero las estadísticas no ganan partidos, sirven para prepararlos. Son los actuales campeones de Europa, pero son once jugadores como los nuestros y va a ser una gran exhibición entre dos grandes equipos. Nuestro juego de ataque es un dolor de cabeza para cualquier rival”.
David Villa era, junto con Fernando Torres, la principal baza ofensiva de La Roja. Para el delantero, que se había convertido en el máximo goleador español histórico en los Mundiales, el partido ante Portugal iba a ser “complicado. Portugal juega como un bloque, no ha encajado ningún gol y es la selección que ha logrado más goles en un partido en este campeonato (ante Corea del Norte, a la que endosó un severo correctivo: 7-0), y mal haríamos en fijarnos solo en Cristiano. Tenemos que tratar de imponer nuestro estilo”.
Una de las claves del buen momento que atravesaba Portugal radicaba en la figura de su portero Eduardo. A sus 27 años se había convertido en una de las referencias de la selección lusa tras recoger el testigo de otro gran guardameta, Vitor Baia. Uno de sus secretos era ir siempre acompañado de un rosario que le había regalado su madre y del que no se desprendía en ninguna circunstancia.
Otro de los focos de atención era la figura de Cristiano Ronaldo, entonces jugador del Madrid (había cumplido su primera campaña de blanco) y considerado uno de los mejores delanteros del momento. Para el portugués, este encuentro era especial: “Después de Brasil es hora de jugar contra España, uno de los mejores equipos del Mundial y que está lleno de amigos. Estoy esperanzado en ganar”.
El otro partido de octavos que se disputaría el 29 de junio era el que enfrentaba a Paraguay con Japón. Los nipones llegaban lanzados de la mano de Honda, que se había convertido en lanzar faltas directas para aprovechar los efectos del ‘Jabulani’. Era una de las nuevas superstars del Mundial africano.
Fue L’Osservatore Romano, el diario de El Vaticano, quien ponía a Paraguay en el mapa: según dicho medio, y bajo un llamativo titular (“El fútbol nació en Paraguay”) explicaba que los guaraníes ya jugaban al fútbol en el siglo XVII. Para ello hacían referencia a las memorias de José Manuel Peramás, un jesuita español que pasó varios años en aquellas tierras enseñando y predicando el Evangelio…
Brasil accedió a los cuartos de final tras superar cómodamente a Chile. De la mano de un inspirado Robinho, los brasileños sometieron a los chilenos con dos tantos en cinco minutos que acabaron por romper la pizarra de Bielsa, que no justificó la derrota y, por tanto la eliminación: “Llegamos de manera justa (segundo clasificado del Grupo H) y la eliminación es también justa”.
El zaguero Juan abrió el marcador ante Chile aprovechando una jugada de estratega a balón parado: fue un córner sacado por Maicon que aprovechó el central para rematar aprovechando una pantalla de Lucio a un defensor chileno.
Cinco minutos después del gol de Juan, Brasil sentenció el partido. Fue una jugada magnífica y eléctrica en la que Kaká, metió un pase magistral al espacio, para que Luis Fabiano recogiera el esférico, encarara a Bravo, al que regatearía con mucha facilidad antes de marcar a puerta vacía. Era el tercer gol del atacante que por entonces militaba en el Sevilla.
El tercer gol brasileño llegó tras una formidable jugada personal de Ramires, que tras arrancar desde su terreno al adelantase a un jugador chileno, siguió progresando. Regateó a otro rival, se internó en el área y al salirle otro zaguero más, cedió a Robinho que fusiló a Bravo. La canarinha liquidaba el partido en el minuto 59.
Como Brasil ante Chile, Holanda no tuvo problemas para superar a Eslovaquia. Le bastó un poco de su pareja estrella, Robben y Sneijder, para doblegar a una de las sensaciones del torneo. Sensación porque fue el equipo que eliminó a Italia, la campeona del mundo en 2006. Los tulipanes pasaban a cuartos con un partido más de oficio que estético.
Tras una serie de minutos en las que ambas selecciones se estuvieron estudiando, Robben desatascó el partido a favor de los holandeses: recibió un pase largo de Sneijder, se escapó por la banda derecha, se frenó en el pico del área, recortó hacia dentro y cuando estaba en la frontal del área, soltó un zurdazo. El balón, tras pasar por entre las piernas de dos jugadores eslovacos, se fue lejos del brazo del portero y entró.
Wesley Sneijder, que había ganado el triplete (Liga, Copa y Champions con el Inter) marcó el segundo tanto holandés al batir al meta eslovaco Mucha con un derechazo. Se había aprovechado de un medido centro de Kuyt para certificar la victoria de la selección de los Países Bajos.
Con el tiempo ya cumplido, Vittek se dejó caer ante la salida del meta holandés Stekelenburg ante la presencia de colegiado del encuentro, el español Undiano Mallenco: el delantero del Ankaraguku sintió el contacto del portero neerlandés, arrastró la pierna y se dejó caer. En su lanzamiento engañó al portero y marcó.
La concesión del primer gol de Tévez en el Argentina-México, en el que el colegiado italiano Rosetti validó el tanto de la albiceleste cuando su jugador estaba en posición antirreglamentaria, y la no concesión del gol de Lampard a Alemania cuando todo el mundo había visto las imágenes en las pantallas de los estadios, había provocado numerosas quejas a la FIFA, por lo que el máximo organismo regulador decidió que no se podían dar las repeticiones de los goles en los estadios: es decir, prohibía rectificar las decisiones adoptadas…
Una vez eliminada del torneo, la selección inglesa regresaba a su país en medio de una fuerte polémica en la que estaban inmersos el seleccionador Fabio Capello (la mayoría de la prensa inglesa calificaba de obsoleto su manual de estilo: “Ha paralizado a su equipo, tomó decisiones erróneas… debe ser el primero en desaparecer”), los jugadores (“Fabio, es el momento de desaparecer… y llévate a estos perdedores contigo”) y la FIFA (“El no uso de la tecnología en un campeonato como el Mundial de Fútbol es propia de una actitud neandertal”).
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Velando armas

España y Portugal, dos de las selecciones candidatas a llevarse el título al final de la competición velan armas antes de medirse el día siguiente en Ciudad del Cabo, en el estadio Green Point. Tanto españoles como portugueses llegaban en un óptimo estado de juego: la derrota ante Suiza en el primer partido había espabilado a los de Del Bosque, mientras que los lusos acumulaban 19 encuentros sin conocer la derrota (no perdían desde el 11 de febrero de 2009).

Foto:JUAN FLORDIARIO AS

Morbo en el banquillo

Este España-Portugal en Suráfrica iba a vivir un encuentro con mucho morbo en los banquillos. Por parte española estaba Vicente del Bosque, y por el lado portugués figuraba Carlos Queiroz. Fue precisamente el portugués quien relevó al salmantino en el banquillo del Real Madrid en el verano de 2003. Florentino Pérez decidió prescindir de Del Bosque y fichó al luso como relevo.

Foto:JESUS AGUILERADIARIO AS

Del Bosque, con los pies en el suelo

Vicente del Bosque se mantenía con los pies en el suelo antes de medirse a los portugueses: “Se puede decir que hemos cumplido con un mínimo exigible, pero somos ambiciosos e inconformistas. Ante Portugal, que no es un partido España-Cristiano porque ellos son un buen equipo, es una eliminatoria en la que hay ilusión, pero pase lo que pase, España tiene una buena generación. No habrá ninguna revolución si caemos eliminados…”.

Foto:JUAN FLORDIARIO AS

Queiroz, desafiante

Por su parte, Carlos Queiroz se mostraba retador en las horas previas: “España tiene un buen balance de resultados, pero las estadísticas no ganan partidos, sirven para prepararlos. Son los actuales campeones de Europa, pero son once jugadores como los nuestros y va a ser una gran exhibición entre dos grandes equipos. Nuestro juego de ataque es un dolor de cabeza para cualquier rival”.

Foto:MIKE HUTCHINGSREUTERS

Villa, en forma

David Villa era, junto con Fernando Torres, la principal baza ofensiva de La Roja. Para el delantero, que se había convertido en el máximo goleador español histórico en los Mundiales, el partido ante Portugal iba a ser “complicado. Portugal juega como un bloque, no ha encajado ningún gol y es la selección que ha logrado más goles en un partido en este campeonato (ante Corea del Norte, a la que endosó un severo correctivo: 7-0), y mal haríamos en fijarnos solo en Cristiano. Tenemos que tratar de imponer nuestro estilo”.

Foto:JUAN FLORDIARIO AS

Talismán Eduardo

Una de las claves del buen momento que atravesaba Portugal radicaba en la figura de su portero Eduardo. A sus 27 años se había convertido en una de las referencias de la selección lusa tras recoger el testigo de otro gran guardameta, Vitor Baia. Uno de sus secretos era ir siempre acompañado de un rosario que le había regalado su madre y del que no se desprendía en ninguna circunstancia.

Foto:FRANCISCO LEONGAFP

Cristiano, preparado

Otro de los focos de atención era la figura de Cristiano Ronaldo, entonces jugador del Madrid (había cumplido su primera campaña de blanco) y considerado uno de los mejores delanteros del momento. Para el portugués, este encuentro era especial: “Después de Brasil es hora de jugar contra España, uno de los mejores equipos del Mundial y que está lleno de amigos. Estoy esperanzado en ganar”.

Foto:Armando FrancaAP

Honda superstar

El otro partido de octavos que se disputaría el 29 de junio era el que enfrentaba a Paraguay con Japón. Los nipones llegaban lanzados de la mano de Honda, que se había convertido en lanzar faltas directas para aprovechar los efectos del ‘Jabulani’. Era una de las nuevas superstars del Mundial africano.

Foto:Toru HanaiREUTERS

Paraguay, 400 años de fútbol

Fue L’Osservatore Romano, el diario de El Vaticano, quien ponía a Paraguay en el mapa: según dicho medio, y bajo un llamativo titular (“El fútbol nació en Paraguay”) explicaba que los guaraníes ya jugaban al fútbol en el siglo XVII. Para ello hacían referencia a las memorias de José Manuel Peramás, un jesuita español que pasó varios años en aquellas tierras enseñando y predicando el Evangelio…

Foto:JUAN MABROMATAAFP

Brasil pasa a cuartos

Brasil accedió a los cuartos de final tras superar cómodamente a Chile. De la mano de un inspirado Robinho, los brasileños sometieron a los chilenos con dos tantos en cinco minutos que acabaron por romper la pizarra de Bielsa, que no justificó la derrota y, por tanto la eliminación: “Llegamos de manera justa (segundo clasificado del Grupo H) y la eliminación es también justa”.

Foto:Michael SohnAP

Juan sacó provecho de la estrategia

El zaguero Juan abrió el marcador ante Chile aprovechando una jugada de estratega a balón parado: fue un córner sacado por Maicon que aprovechó el central para rematar aprovechando una pantalla de Lucio a un defensor chileno.

Foto:JORGE SILVAREUTERS

Letal Luis Fabiano

Cinco minutos después del gol de Juan, Brasil sentenció el partido. Fue una jugada magnífica y eléctrica en la que Kaká, metió un pase magistral al espacio, para que Luis Fabiano recogiera el esférico, encarara a Bravo, al que regatearía con mucha facilidad antes de marcar a puerta vacía. Era el tercer gol del atacante que por entonces militaba en el Sevilla.

Foto:Clive RoseDIARIO AS

Ramires se lo guisa y Robinho se lo come

El tercer gol brasileño llegó tras una formidable jugada personal de Ramires, que tras arrancar desde su terreno al adelantase a un jugador chileno, siguió progresando. Regateó a otro rival, se internó en el área y al salirle otro zaguero más, cedió a Robinho que fusiló a Bravo. La canarinha liquidaba el partido en el minuto 59.

Foto:ROBERTO SCHMIDTAFP

Holanda sin problemas

Como Brasil ante Chile, Holanda no tuvo problemas para superar a Eslovaquia. Le bastó un poco de su pareja estrella, Robben y Sneijder, para doblegar a una de las sensaciones del torneo. Sensación porque fue el equipo que eliminó a Italia, la campeona del mundo en 2006. Los tulipanes pasaban a cuartos con un partido más de oficio que estético.

Foto:JERRY LAMPENREUTERS

Desatascador Robben

Tras una serie de minutos en las que ambas selecciones se estuvieron estudiando, Robben desatascó el partido a favor de los holandeses: recibió un pase largo de Sneijder, se escapó por la banda derecha, se frenó en el pico del área, recortó hacia dentro y cuando estaba en la frontal del área, soltó un zurdazo. El balón, tras pasar por entre las piernas de dos jugadores eslovacos, se fue lejos del brazo del portero y entró.

Foto:JOE KLAMARAFP

La puntilla de Sneijder

Wesley Sneijder, que había ganado el triplete (Liga, Copa y Champions con el Inter) marcó el segundo tanto holandés al batir al meta eslovaco Mucha con un derechazo. Se había aprovechado de un medido centro de Kuyt para certificar la victoria de la selección de los Países Bajos.

Foto:THOMAS COEXAFP

Vittek engañó a Undiano

Con el tiempo ya cumplido, Vittek se dejó caer ante la salida del meta holandés Stekelenburg ante la presencia de colegiado del encuentro, el español Undiano Mallenco: el delantero del Ankaraguku sintió el contacto del portero neerlandés, arrastró la pierna y se dejó caer. En su lanzamiento engañó al portero y marcó.

Foto:ROGAN WARDREUTERS

La FIFA y las repeticiones en las pantallas

La concesión del primer gol de Tévez en el Argentina-México, en el que el colegiado italiano Rosetti validó el tanto de la albiceleste cuando su jugador estaba en posición antirreglamentaria, y la no concesión del gol de Lampard a Alemania cuando todo el mundo había visto las imágenes en las pantallas de los estadios, había provocado numerosas quejas a la FIFA, por lo que el máximo organismo regulador decidió que no se podían dar las repeticiones de los goles en los estadios: es decir, prohibía rectificar las decisiones adoptadas…

Foto:ROBERTO SCHMIDTAFP

Inglaterra, Capello y los tabloides

Una vez eliminada del torneo, la selección inglesa regresaba a su país en medio de una fuerte polémica en la que estaban inmersos el seleccionador Fabio Capello (la mayoría de la prensa inglesa calificaba de obsoleto su manual de estilo: “Ha paralizado a su equipo, tomó decisiones erróneas… debe ser el primero en desaparecer”), los jugadores (“Fabio, es el momento de desaparecer… y llévate a estos perdedores contigo”) y la FIFA (“El no uso de la tecnología en un campeonato como el Mundial de Fútbol es propia de una actitud neandertal”).

Foto:PAUL ELLISAFP