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MÁLAGA 1-1 EXTREMADURA

Deprimente empate del Málaga ante un Extremadura superior

El Málaga, que jugó fatal, no pudo pasar del empate ante un Extremadura que fue mejor, pero que se mostró indeciso. Sadiku y Zarfino, autores de los goles.

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Huele a chamusquina en La Rosaleda. El Málaga volvió a regalar puntos de oro ante un Extremadura que mereció mucho más que este insuficiente empate que le mantiene lejos de la orilla. Gio Zarfino, de certero cabezazo, equilibró el gol anotado por Armando Sadiku. El equipo de Sergio Pellicer, desangelado, frío y sin ideas, fue incapaz de pasar por encima de un adversario al que le faltó creerse de verdad que podía llevarse los tres puntos de este estadio a pesar de que puso el poquito fútbol que se vio en esta calurosa noche.

Los primeros 30 minutos fueron insoportables. Mucho control del Extremadura que presionaba muy arriba pero sin llegada. Juanpi, organizador y proyectando pases de calidad. En el Extremadura, buenos intentos por la banda izquierda de Nono. A los 28’, en la primera jugada hilvanada, Tete Morente centró desde la línea de fondo y Armando Sadiku, adelantándose a Borja Granero, fusiló a Casto Espinosa. 1-0. Decimosegundo tanto del delantero albanés cedido por el Levante.

A pesar de esta ventaja el Málaga no terminaba de serenar su fútbol. Los hombres de Mosquera no variaban su filosofía y trataba de encontrar su momento a base de estrategia. A los 39’ un buen disparo de rosca ejecutado por Juanpi se marchaba fuera por poco. A los 41’ los de Almendralejo dieron su primer aviso. Munir, de manera espectacular, envió a córner un disparo, mano a mano, de Nono que aprovechó un tremendo error defensivo local. Una acción que agudizaba los temblores malaguistas que recibían con alivio el pitido final de un mal primer tiempo.

Manuel Mosquera decidió refrescar a su equipo con Óscar Pinchi, un futbolista habilidoso y con talento, en lugar de Olabe, que no estuvo afortunado. Los extremeños necesitaban un pequeño milagro porque las balas se les acaban. Conducidos por Nono, su mejor jugador, iniciaron la segunda parte con mejor actitud atacante. El Málaga era un manojo de miedos, muy echado para atrás y buscando el golpe de fortuna.

A los 56’ Casto rechazó un disparo esquinado de Juanpi. De lo poco que trabajó hasta ese instante el ex portero de Mérida, Betis, Albacete Murcia, Las Palmas, Almería o Alcorcón. A los 58’ Sergio Pellicer cambió a Hicham y Luis Muñoz por Boulahroud y Renato Santos. Cambios de refresco típicos en este nuevo fútbol postpandemia. Dos minutos después Mosquera sacó a Kike Márquez, un jugador con olfato, por Cristian.

A los 64’ absurda falta lateral de Juankar sobre Álex Cruz. Este mismo jugador la ejecuta y Zarfino, completamente solo, cabecea a la red. 1-1. El desconcierto malaguista era tal que pocos segundos después se libró del 1-2 en cabezazo de Álex Alegría. El Málaga trataba de desperezarse, pero no tenía criterio ni ideas. A los 72’ Pellicer volvió a cambiar a Armando Sadiku, su máximo goleador, por Buenacasa. El tiempo volaba y el 1-1 no servía a ninguno de los dos equipos.

A los 81' Munir mandó a córner otro remate de cabeza en solitario de Gio Zarfino. El Extremadura ponía más empeño en ganar que este Málaga en absurda pretemporada al que pesaban las piernas y con la mente bloqueada. A los 86 minutos Pellicer hizo un increíble cambio. Luis Hernández, central recién salido de una lesión, entró por Juanpi. Con sensación de impotencia de los unos y los otros se llegó al pitido final. Un triste empate que no saca de apuros a nadie. El Málaga, con 40 puntos, sigue en caída mientras que el Extremadura a seis de la salvación, necesita pedir un deseo a una estrella fugaz.