Deportivo y Rayo empatan entre la locura y la polémica
El Rayo ganaba 0-2 a los 21’, el Deportivo remontó en dos minutos y dos discutibles penaltis en el tramo final firmaron un 3-3 que no contenta a nadie.
Los partidos de fútbol son muchas veces melones por abrir en los que no sabes cómo de bueno o malo saldrá. El que disputaron Deportivo y Rayo no entraba en las previsiones de nadie, no por el resultado, por lo visto en el campo. Dos equipos que fueron el doctor Jekyll y míster Hyde sacando lo mejor y lo peor de cada uno en una tarde loca. Primer tiempo de ensueño de los de Jémez favorecido por los enormes errores atrás de los locales. Reacción de Champions de los coruñeses en el segundo acto en que le bastaron dos minutos para igualar el duelo. Luego un tramo final alimentado en la polémica en dos penaltis que dejaron tablas en el marcador para desesperación de todos. Para dos equipos plagados de fallos que tuvieron en la mano, cada uno en su momento, tres puntos de oro que pueden echar de menos. El Depor sigue sin ganar y en la frontera del descenso, mientras el Rayo no logra meter el pie en playoff.
Y eso que el duelo empezó con el guion previsto, con Paco tirando de rotaciones en su regreso a Riazor en busca de piernas frescas con Tito, Milic, Luna, Óscar, De Frutos y Villar. Vázquez, por su parte, aparcó por primera vez el sistema de tres centrales, al que volvería tras la hecatombe inicial, con otras seis novedades: Bóveda, Uche, Aketxe, Keko, Mollejo y Koné. Más inesperado fue el inicio del partido, con un Rayo golpeando duro a los 28 segundos. Porque eso fue lo que necesitó Juan Villar para marcar su primer gol como franjirrojo ante la inexplicable pasividad local. La esperada ambición de los madrileños, cristalina. Los miedos de los gallegos, disparados. Y el golpe pudo ser estocada en el minuto 15, tras otro regalo blanquiazul, pero Dani Giménez evitó un gol casi cantado de Trejo. Pero en este Depor no hay dos sin tres y a los 21 minutos el regalo de Mollejo en su cesión con el pecho fue ya con lacito para que Juan Villar, muy atento, marcase a placer. Los defectos de la defensa más goleada de Segunda, al descubierto para premiar el buen momento y la fe del Rayo.
Las dudas en el último tercio de la primera parte eran tres. Por un lado, saber si los coruñeses iban a seguir con su cascada de regalos. Luego, si los de Paco Jémez, inmensamente superiores en todas las zonas del campo y las fases del juego, iban a hacer sangre de un equipo roto. Y por último, si los de Vázquez iban a encontrar una pequeña luz de esperanza en una jugada de estrategia, una individualidad o un milagro divino. No ocurrió ninguna de las tres en un primer acto en lo que mejor para el Depor fue que Riazor estuviese vacío porque la bronca a los suyos hubiese sido de época.
Como no podía ser de otra forma, Fernando Vázquez movió ficha en el descanso con la entrada de Çolak, Hugo Vallejo y Santos en busca del milagro. Y la primera piedra apareció en el minuto 50, con un cabezazo inapelable de Christian Santos para abrir un partido que parecía muerto. Y como el fútbol es grande, inexplicable a veces, Mollejo empató el duelo dos minutos después. Esta vez la siesta y los regalos fueron madrileños. Partido nuevo, cambio de dinámica, y más de media hora por delante. Se igualó el marcador, y se igualó el partido, que pasó a no tener dueño y sí muchos sobresaltos, como un disparo al palo de Tito a los 65 minutos en la continua ruleta de emociones que se convirtió Riazor. Y casi acto seguido la tuvo Aketxe, pero su remate casi a placer se marchó fuera. Por si fueran pocas las emociones, penalti a favor de los blanquiazules con suspense y muchas dudas. Aketxe mandó al larguero tras tocar Drimtrievski, pero de nuevo apareció el VAR para repetir el penalti al moverse el portero rayista y esta vez el vasco no perdonó. Era el minuto 90, pero todavía quedaba otro penalti, esta vez de Mujaid, tan discutible como evitable. Mario firmó el 3-3 para rubricar un empate de locura, errores y polémica.
Fernando Vázquez: "Estoy preocupado por Peru"
Fernando Vázquez, entrenador del Deportivo, se ha mostrado preocupado por el alcance de la lesión de Peru Nolaskoain, que tuvo que abandonar el césped en los últimos minutos del partido con el Rayo Vallecano por un esguince de tobillo.
"No sabemos el alcance de la lesión, peri lo normal es que sea baja para los próximos partidos y estoy triste por eso. Estoy preocupado por Peru porque era un jugador importante para el Dépor, pero que hay soluciones en la plantilla está claro", comentó el preparador blanquiazul en su comparecencia.
Del partido, rescató la capacidad del Deportivo para "remontar un resultado tan adverso" como el del pasado miércoles en Oviedo (2-2) y acabar sumando un punto.
Paco Jémez, entrenador del Rayo Vallecano, se congratuló de la "bendita locura" que se vio en el Estadio Abanca-Riazor en el duelo entre su equipo y el Deportivo, con seis goles (3-3), remontada de los locales y empate final con polémica por un penalti en cada área.
"Tenemos que dar más solidez defensiva y entereza, pero el fútbol es esto, bendita locura. Quiero huir del aburrimiento y seguro la gente que lo vio por la tele tendrá cualquier tipo de sensación, pero menos aburrimiento cualquier cosa", comentó en rueda de prensa.
El técnico pidió a LaLiga que modifique los horarios porque a las cinco de la tarde hace "un calor de tres pares de cojones", aunque crean que "el norte" sea más fresco.
Paco aseguró que no vio penalti por mano de Andrés Martín, que revisó el VAR, y dijo que al defensa, que "en líneas generales estuvo bien, le sigue persiguiendo la maldición de estar en todas las situaciones negativas del equipo".
Además, advirtió de que no va a disponer de Pozo en lo que resta de temporada. "Sigue con sus molestias y es una pena porque nos vendría fabulosamente bien, es extraordinario en todos los aspectos y nos daría muchísimo", apuntó.
De su rival en Riazor dijo que su "gran fortaleza es la plantilla" que tiene, con jugadores que hacen "daño".
"Tiene potencial para salir de ahí (descenso) y sacar esta temporada lo mejor que se pueda. Ojalá se salve", deseó.