Fútbol contra la ELA
Racing y Tenerife unirán fuerzas el domingo para mandar su apoyo a Unzué y Sabou, que pasaron por ambos clubes, afectados por esta enfermedad degenerativa
El anuncio de Juan Carlos Unzué de que padece Esclerosis lateral amiotrófica, la ELA, ha conmocionado al fútbol español. La cruel enfermedad degenerativa del sistema nervioso central que acaba produciendo una parálisis muscular progresiva ha tocado esta vez a un deportista muy conocido. Destacó primero como portero y posteriormente como entrenador, y es miembro además de una familia de gran predicamento en el mundo del ciclismo, su otra gran pasión, ya que es hermano de Eusebio Unzué, el patrón del equipo Movistar de ciclismo.
Se da la circunstancia de que Juan Carlos defendió los colores de los dos equipos que se van a ver las caras el domingo en El Sardinero, el Racing y el Tenerife, que no van a dejar pasar la ocasión de manifestarle su apoyo públicamente. Igual que a Marcel Sabou, el centrocampista rumano que también jugó en ambos clubes y que lleva varios años peleando contra la misma enfermedad. Ambos equipos saltarán el domingo a los Campos de Sport luciendo una camiseta verde (el color de la campaña del Día Mundial contra la ELA que, coincidencia, se celebra el domingo) en la que se podrá leer 'Fuerza Unzué y Sabou. 21J Día Mundial contra la ELA'.
Unzué defendió dos temporadas, del 97 al 99, en Primera, la portería del Heliodoro Rodríguez López, mientras que su paso por El Sardinero fue mucho más breve. Y dramático. Fue una víctima colateral de la implosión del consejo de administración que montó el hoy condenado Ángel Lavín, Harry. A Unzué le trajo Manolo Saiz, buen amigo suyo, firmo por tres temporadas (no sin polémica con los administradores judiciales) y cuando el torrelaveguense rompió con Pernía y Harry estos se cargaron a Unzué la semana antes del inicio de la Liga y ficharon a Fabri. El resto es historia..., y descenso a los infiernos.
Marcel Sabou, por su parte, jugó en la temporada 90-91 en el Tenerife y las dos campañas siguientes, en Segunda, triunfó en el Racing. Después se fue al Sporting de Gijón, ciudad en la que fijó su residencia y donde le alcanzó hace varios años la cruel enfermedad.
A la espera de que la ciencia encuentre a tiempo una cura para su enfermedad, al menos Juan Carlos y Marcel sabrán que su Racing y su Tenerife, su fútbol, no les olvidan.