REAL SOCIEDAD
Diez años de un ascenso clave para la Real
Fue la culminación de una temporada inolvidable, de una plantilla liderada por Martín Lasarte y que rescató al equipo donostiarra de los infiernos.
Hoy se cumplen diez años de uno de los momentos claves en la historia reciente de la Real Sociedad: su último ascenso a Primera división. Fue la culminación de una temporada inolvidable, de una plantilla liderada por Martín Lasarte y que rescató al equipo donostiarra de los infiernos, salvándole de una situación de riesgo inminente, con una crisis económica que estuvo a punto de llevarla a su desaparición. Aquel hito debe ser recordado como el principio del momento actual, de estabilidad y bonanza, por el que atraviesa la entidad txuri-urdin, con una final de Copa en el horizonte y una nueva clasificación para la Champions League como objetivo en la recta final de este mes que resta de competición.
Aquel equipo puso las bases de la regeneración de la Real. Una plantilla capitaneada por Mikel Aranburu y Xabi Prieto, con otros estandartes de la cantera como David Zurutuza, Carlos Martínez, Jon Ansotegi, Imanol Agirretxe, Mikel Labaka, Dani Estrada, Iosu Esnaola, Markel Bergara, Zubikarai... entre otros; con Claudio Bravo poniendo el poso en defensa, la aportación inesperada de Alberto De la Bella y Diego Rivas, y sobre con un imberbe y recién llegado Antoine Griezmann, que empezaba a deslumbrar a todo el mundo, dando los primeros pasos de la estrella que luego llegaría a ser en Primera, en la Real, en el Atlético y en el Barcelona. Ya ha pasado una década de aquella fecha, y parece que fue ayer. Porque es inolvidable. ¡Cómo se va a borrar de la memoria si suponía el regreso por todo lo alto! Y nunca mejor dicho.
Ver Anoeta aquel 13 de junio de 2010 cómo estaba es impresionante. Aunque parece de otro mundo, con las pistas de atletismo. Anoeta rugió como nunca había hecho antes, ni en partidos de Champions League. Es lo más cerca que había estado desde el 2003 de un título la afición de la Real. Aquel día ganaron 2-0 al Celta de Vigo y se proclamaron campeones de Segunda. Y cogieron el ascensor de vuelta a Primera. La lesión de Xabi Prieto tras marcar el penalti del 1-0 y su celebración con muletas, las lágrimas del jovencísimo Griezmann, el gol de Carlos Bueno y su celebración a lo uruguayo, la ausencia en la portería de Claudio Bravo, la vuelta al ruedo con banderas y bufandas, el manteo a Lasarte... ¡quien no se acuerda de aquel 13 de junio de 2010!
Era el fin del infierno, y el comienzo de la gloria. Porque desde entonces la Real no ha parado de crecer. Aquella generación todavía fue capaz de llevar a la Real a jugar otra Champions League, y dejó el camino despejado para que hoy en día Imanol Alguacil lidere un proyecto asentado entre los grandes y que de forma recurrente tiene como objetivo la clasificación europea. Eso lo logró esa generación de jugadores del ascenso de 2010, un grupo al que siempre habrá que estar agradecidos. Ellos mismo sienten que pusieron su granito para hacer más grande a la Real. Y lo dicen con orgullo. "La verdad que el descenso, paradógicamente, fue una suerte para muchos chicos de Zubieta porque el club tuvo que apostar por la cantera, nos juntamos gente de casa, estuvimos peleando dos años hasta lograr el ascenso, y luego con algún fichaje y siguiendo con la idea de apostar gente de casa, se ha logrado que el equipo haya pasado de querer permanecer a tener como meta siempre ir a Europa, así que uno se siente orgulloso e importante de haber participado en ese proceso", señala Carlos Martinez, uno de los integrantes de aquel histórico equipo. No, Charly, el orgullo es nuestro. Y nuestro eterno agradecimiento. La Real es hoy lo que es gracias en gran parte a vosotros, a aquel ascenso certificado un 13 de junio de 2010.